Plinio Corrêa de Oliveira

 

 

La verdadera grandeza de un pueblo

 

 

 

 

Trechos del discurso en el Auditorio del Palacio Mauá, en São Paulo, 27-11-1976 (*)

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(...) “Para no prolongarme más, recuerdo solamente un hecho histórico que espanta a todos los que se preocupan con los anales del pasado.

Fin del siglo XV, termina una era y se abre otra. Una potencia surge en el firmamento del mundo y allí va a brillar con un sol de primera grandeza durante mucho tiempo; hasta podrá decir, comparándose a los astros, que en sus límites nunca se ponía el sol: es España. 

 

Arriba, la rendición de Granada delante de los Reyes católicos Isabel y Fernando. Abajo, detalle de la recepción de Colón en Barcelona, en 1493, por García Ibáñez

 

España que, al mismo tiempo, expulsa al moro de Granada, impone su dominio sobre el norte del Africa sublevado, manda a Cristóbal Colón a descubrir América y funda así el mayor imperio colonial hasta entonces conocido.

España realiza esas tres actividades, al mismo tiempo gloriosamente, serenamente, yo casi diría noble y elegantemente, bajo la sonrisa femenina, materna y regia de Isabel de Castilla.

¿Cuál es la razón por la que tan gran esfuerzo es realizado y llevado a la victoria por un pueblo, casi al mismo tiempo, venciendo en tres frentes? ¿Tenía ese pueblo detrás de sí siglos de tranquilidad, siglos de paz? Ese pueblo tenía ochocientos años de lucha contra la morería invasora.

Y porque ellos no quisieron doblar la rodilla delante de una religión que sabían que era falsa, porque no quisieron dejar la fidelidad a Jesucristo, a quien reconocían como Dios verdadero, se resignaron a ocho siglos que templaron su carácter, ocho siglos de lucha.

De la lucha emergieron gigantes para el trabajo. Llenaron América con su descendencia. Africa con el terror de sus armas. Europa con el esplendor de su nombre. Los genios florecieron, los talentos brillaron, los grandes santos iluminaron la Iglesia, la Contrarreforma fue impulsada por España, como una potencia de primer orden.

Por detrás estaban ocho siglos de luchadores. Las dificultades, las intemperies, cuando son mayores, tanto más preparan a una nación para su grandeza, cuando ella es grande al enfrentarlas.”

                           

Arriba, Santa Teresa de Jesús y Santo Ignacio de Loyola

 

(*) Para leer el texto integral y en su versión original en portugués, basta pinchar acá.


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