El fin del “mito de la abundancia” y la sociedad autogestionaria

 

El intelectual socialista de vanguardia André Gorz —uno e los grandes inspiradores del PSOE— sostiene en su libro Adiós al proletariado que está llegando el momento oportuno para avanzar hacia un socialismo postindustrial, que en términos marxistas sería la autogestión comunista. Bajo los efectos de la automatización este régimen podrá llegar a superar la idea del crecimiento económico continuo y a una disminución paulatina del trabajo, manteniendo una "producción social a un nivel comúnmente acep­tado como suficiente". Además, "la idea misma de que un día pueda haber bastante para todos y de que la búsqueda del 'más' y del 'mejor' puede ceder su lugar a la búsqueda de valores extraeconómicos y no comerciales", es inherente a la nueva sociedad autogestionaria. Pero para que esto sea realizable es necesario un cambio de mentalidad que acepte la idea de autolimitación de las necesidades y del consumo. Debe mostrarse que "en la práctica (…) no solamente se puede vivir mejor trabajando y consumiendo menos y de otra forma", sino que "esta limitación voluntaria y colectiva de la esfera de la necesidad" permitirá experimentar "nuevas formas de vivir en comunidad, de consumir, de producir y de cooperar" en régimen de “comunidades de base” autogestionarias (André GORZ, Adiós al proletariado, p. 130).

Pierre Rosanvallon, joven teórico en ascensión dentro del partido socialista francés, afirma: "El socialismo nunca se ha concebido sino como una sociedad de transición hacia la abundancia (...). Ahora, la idea misma de la abundancia es una peligrosa ficción (...) la verdadera sociedad postindustrial, no es la sociedad de la abundancia mítica que suprimiría el trabajo por la virtud del maquinismo, es aquella que reduce voluntariamente la parte de actividad productiva en la vida social" (L’Âge de l'autogestion, pp. 173-175).

Un estudio de José Luis Navarro sobre el ecologismo, la utopía y los nuevos modelos de sociedad, editado por la Secretaría Federal de Política Sectorial del PSOE, afirma: "De lo que no cabe duda es de que 'el modo de vida occidental' no puede ser mantenido por más tiempo (…). Es una situación que afectará drásticamente a las nuevas generaciones." El estudio cita en abono de esta tesis al autor comunista W. Harich, quien afirmó eufemísticamente: "yo no creo que vaya a existir nunca una sociedad comunista que viva en sobreabundancia, una sociedad comunista que viva de una plenitud material como era aquella a la que los marxistas hemos as­pirado hasta ahora. En este punto nos tenemos que corregir" (José Luís Navarro, Utopía y desarrollo in PSOE, Cuadernos de Política Sectorial — Ecología, Medio Ambiente y Socialismo, p. 412).

Esta misma concepción se difundió mucho en movimientos próximos al socialismo que actúan en la práctica como fuerzas auxiliares.

El movimiento verde, una vertiente del socialismo que reúne a ecologistas, pacifistas y anarquistas, renunció al objetivo de la sociedad de la abundancia. En efecto, hablando para líderes socialistas españoles en el III Encuentro de Jávea, Johan Galtung caracterizó al movimiento verde como defensor de las empresas cooperativas, la urbanización decreciente, la producción colectiva sólo para el autoconsumo y para el intercambio no-monetario, vida comunal, descentralización y desarrollo de federaciones. Como se ve, es un sistema de vida que excluye la superproducción y sólo es posible si los hombres se acostumbran al subconsumo. Galtung concluye que "los partidos verdes continuarían creciendo" y que, "el movimiento verde ha aparecido para permanecer" (Johan Galtung, Los nuevos movimientos sociales y la izquierda actual in Alfonso GUERRA y otros, El nuevo compromiso europeo — Jávea III, pp. 94, 95, 105, 107).

También en los Estados Unidos, la nación más rica del mundo, varias corrientes y movimientos —que cuentan con amplio apoyo publicitario— combaten la sociedad de consumo. Al respecto comentan los especialistas Rael Jean y Erich Isaac: "Los radicales políticos [ecologistas] (...)se oponen al desarrollo energético. Su objetivo es transformar la sociedad en comunidades pre-industriales y descentralizadas (...). Los ecologistas consideran cada vez más su movimiento como un movimiento para liberarse de la tecnología moderna. Para muchos ecologistas la tecnología moderna es incompatible con los ritmos ecológicos con los cuales el hombre debe sincronizarse (...) John Shuttlesworth, en una contribución para el manual 'Progress As If Survival Mattered' de la organización 'Friends of the Earth', escribe: ‘La única tecnología realmente buena es acabar con la tecnología'. (...) Murray Bookchin, que se autoproclama anarquista ecológico, gurú no sólo del contracultural ‘Mother Earth News’ sino también de la organización ‘Friends of the Earth’ anunció: 'Mientras perdura la jerarquía (...) la perspectiva de dominar la naturaleza continuará existiendo, y eso conducirá inevitablemente nuestro planeta a la extinción ecológica' (…) En 'Progress As If Survival Mattered', David Browe, miembro del movimiento 'Friends of the Earth', promete: 'Nuestra ansiosa y adquisitiva sociedad de consumo abrirá camino a la sociedad conservacionista, serena y frugal' (...) Jeremy Rifkin admite en 'Entropy' que en la sociedad conservacionista los norteamericanos tendrán un 'estilo de vida frugal y espartano' en el que 'la producción estará centrada en los bienes de supervivencia’" (Rael Jean Isaac, Erich Isaac, The Coercitive Utopians, pp. 67, 69, 76, 77, 79, 80).

En esta campaña de empobrecimiento de los Estados Unidos, los autores señalan un aspecto desconcertante: "El aspecto más misterioso de la campaña antidesarrollo en los Estados Unidos es la significativa audiencia que ha obtenido, (...) Las visiones de los ecologistas utópicos fueron publicadas en característicos periódicos del establishment. (...) Una verdadera avalancha de libros describiendo sus análisis, problemas y soluciones fueron publicados prácticamente por todas las grandes editoriales" (ib., p. 77).

La izquierda católica tampoco promete la abundancia. Sus dirigentes prefieren hablar de justicia y fraternidad- Así Hervé Chaigne crítica el ansia de "multiplicar los bienes"; "No estamos amenazados por el ala negra de la muerte, estamos amenazados por el totalitarismo de la sociedad nueva, denominada de la abundancia (...) La construcción de un mundo mejor no consiste en multiplicar los bienes (...) Es comprender lúcidamente el fenómeno de la socialización, dominarlo y forzarlo a colocarse al servicio de la persona, y esto puede realizarlo solamente el socialismo que tiene al hombre y no al lucro por proyecto" (Hervé Chaigne, Pacem in Terris y las perspectivas de un socialismo nuevo in Jean CARDGNNEL y otros, Socialismo y Cristianismo, p. 243).

Sirviéndole de fondo de cuadro la miseria generalizada de Cuba y Nicaragua, uno de los apologistas de la revolución en esas dos desgraciadas naciones, el teólogo de la liberación Fray Leonardo Boff O.F.M., tampoco promete abundancia si triunfase la revolución social que promueve: "El tiempo de las reformas en el sistema ya pasó; lo importante es un proceso de liberación en el cual los pobres recuperen su dignidad envilecida y ayuden a gestar una sociedad, no necesariamente rica sino justa y más fraterna" (Igreja, Carisma e Poder, p. 39).

Es la primera vez desde la Revolución Francesa, por lo que nos consta, que corrientes de pensamiento con amplia acogida en los medios de publicidad tienen como programa pasar de la abundancia a  mera suficiencia. André Gorz llega a afirmar que la superioridad del "socialismo postindustrial" sobre el capitalismo consiste en que el primero considera benéficos el "decrecimiento de la producción social" y "la alternativa del decrecimiento productivo" que haría "vivir mejor con menos" (op. cit., p. 129). Tendríamos entonces "la producción social a un nivel aceptado como suficiente" (ib., p. 130). ¿Serán los propios socialistas quienes decidirán el grado de esta suficiencia?

Hasta ahora la noción de progreso suponía una mejora en las condiciones materiales de vida y un esfuerzo de toda la sociedad para lograrlas. Pero ahora, las corrientes más modernas — basándose en una controvertida noción de la inhabilidad del progreso— comienzan a predicar la disminución del consumo para llegar a un estado que califican de suficiente. Curiosa noción de modernidad...