Cap. II, 11. El fracaso de la “comedia” de la ONU

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Asamblea General de las Naciones Unidas, 12 de octubre de 1960, en plena Guerra Fría, el representante de Filipinas pronuncia un discurso contra la Unión Soviética (URSS). El líder comunista ruso Nikita Khrushchev grita al presidente de la Asamblea que llame al orden al delegado asiático (sic!), primero golpeando la mesa con el puño y luego blandiendo y golpeando con uno de sus zapatos.

«Cualquier organización internacional que se aleje de la idea de Dios solo puede conducir al dominio de los más fuertes sobre los más débiles» (Plinio Corrêa de Oliveira, «Legionario», 16 de marzo de 1947).

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En 1945, después de la conferencia de Yalta, fue aprobada la carta de las Naciones Unidas, la nueva organización internacional que debería substituir a la Liga de las Naciones. Desde el comienzo, Plinio Corrêa de Oliveira previó que la nueva entidad estaba destinada a fracasar por las mismas razones por las cuales había fracasado su predecesora 141:
“La Organización de las Naciones Unidas está destinada al fracaso a causa de su laicismo. (…)
“Sólo con la «idea de Dios», nada se hace. En primer lugar, porque Dios no es una ficción, sino una realidad, el Ser absoluto. En segundo lugar, porque desde siempre los pueblos creyeron en Dios, o al menos en dioses, y no por esto dejó de haber guerras. Es en el Cristianismo que se debe encontrar el remedio. Y Cristianismo significa Catolicismo.
“Si la ONU fuese constituida a la sombra del Papado, bajo la presidencia del Vicario de Cristo, por pueblos cristianos, entonces el orden universal no sería una quimera. Pero ni todos los pueblos de la ONU son cristianos, ni todos pueblos cristianos son católicos. Ni todos los pueblos católicos son dirigidos por gobiernos católicos, y ni es posible que en un ambiente de éstos el Vicario de Cristo ejerza una influencia eficaz.
“En estas condiciones, el fracaso es inevitable. Ya está en el cementerio de la Historia la difunta Liga de las Naciones. Al lado de ella, ya está abierta otra sepultura: es para la Organización de las Naciones Unidas” 142.

 

Notas:

141 Sobre el fracaso de la ONU, especialmente en lo que se refiere a la impotencia para enfrentar los crímenes de guerra y los genocidios modernos, cfr. YVES TERNON in L’État criminel. Les Génocides au XX siècle (Seuil, París, 1995), que ofrece un cuadro impresionante de los grandes exterminios de masa de nuestro siglo, desde el genocidio de los judíos al de los armenios, del exterminio de los camboyanos al de los pueblos dominados por los soviéticos.

142 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, 7 dias em revista, in “O Legionário”, Nº 76, 16 de marzo de 1947. “La ONU ignoró pura y simplemente la existencia del Papado. Repudió, pues, la única columna sobre la cual se puede organizar normalmente el Derecho internacional. Y fracasará como la Liga de las Naciones, por la misma razón por la cual esta fracasó” (ID., Um ano em revista. A consolidação das instituções democráticas. A paz no mundo, in “O Legionário”, Nº 752, 5 de enero de 1947. Sobre la ONU cfr. también ID., A comédia da O.N.U., in “O Legionário”, Nº 704, 3 de febrero de 1946.

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