Arriba, inauguración de las máquinas del Legionario, en presencia del arzobispo de San Pablo, Dom Duarte Leopoldo e Silva. A la derecha del arzobispo se encuentran la señora Lucilia Ribeiro Corrêa de Oliveira y Plinio Corrêa de Oliveira. A su izquierda se encuentran el obispo de Sorocaba, José Carlos de Aguirre, el obispo auxiliar de San Pablo, José Gaspar de Affonseca e Silva, y la señora Olga de Paiva Meira, presidenta de la Liga de Damas Católicas.
“O Legionário”, órgano oficial de la Congregación Mariana de la Parroquia de Santa Cecilia, dirigido por Mons. Marcondes Pedrosa, era un simple folleto mensual de cuatro páginas cuando comenzó a publicarse el 29 de mayo de 1927.
Los temas tratados por el periódico eran la defensa de los principios tradicionales y familiares, la tutela de los derechos de la Iglesia, la formación de nuevas élites católicas y la lucha contra la infiltración comunista. El primer artículo de Plinio Corrêa de Oliveira, dedicado a la Universidad Católica, apareció en el Nº 43, del 22 de septiembre de 1929; el segundo, publicado en noviembre de 1929 con el título El Vaticano y el Kremlin 40, ya deja entrever aquello que será uno de los temas de fondo de su pensamiento: la imposibilidad de cualquier acuerdo entre la Iglesia Católica y el comunismo. En un artículo con el título de Nuestras reivindicaciones políticas, en el número del 8 de febrero de 1931, convocaba a la unión de los católicos para exigir del nuevo gobierno la defensa de los “derechos de la Iglesia”.
Por el estilo conciso, la fuerza polémica, el amor a la verdad, el joven congregado mariano, que tenía como sus ejemplos a los grandes publicistas católicos como Louis Veuillot 41 y, en Brasil, a Carlos de Laet 42, mostraba corresponder perfectamente al modelo de periodista indicado por Pío XI en la Encíclica Rerum Omnium del 26 de enero de 1933, en la cual el Pontífice declaró a San Francisco de Sales como Patrono de “todos aquellos católicos que con la publicación de diarios o de otros escritos, ilustran, promueven y defienden la doctrina cristiana” 43. “Antes de todo —agregaba el Sumo Pontífice dirigiéndose a los periodistas católicos— estudien con suma diligencia y lleguen a poseer la doctrina católica tanto cuanto puedan; que no corrompan la verdad ni la debiliten o disimulen so pretexto de no ofender al adversario” 44.
El 6 de agosto de 1933, Plinio Corrêa de Oliveira fue llamado a asumir la dirección de “O Legionário”, que en aquel mismo mes se tornó el órgano oficioso de la Arquidiócesis de São Paulo. La publicación no estaba destinada al gran público, sino a los ambientes del movimiento católico, a fin de orientar su pensamiento y su acción. Fue dentro de estos ambientes, del norte al sur del país, que pronto se extendió la vigorosa influencia del semanario.
A quien lo acusaba de ser poco “caritativo” con los enemigos, Plinio respondía que la actitud del “Legionário” sí era de lucha, pero defensiva y no ofensiva: “La principal finalidad del «Legionário» es orientar la opinión de los que ya son católicos” 45.
Plinio era el autor de los artículos de fondo y de la columna “Al margen de los hechos”, que después se llamó “7 días en revista”. Congregó a su alrededor a un equipo de valerosos colaboradores 46 entre los cuales estaban dos jóvenes sacerdotes llamados a convertirse en figuras de primer plano en el clero brasileño: el P. Antonio de Castro Mayer 47, asistente eclesiástico del periódico, y el P. Geraldo de Proença Sigaud 48, de la Congregación del Verbo Divino. Entre los más brillantes colaboradores laicos, descollaba José de Azeredo Santos, un joven congregado oriundo del estado de Minas Gerais, venido de Río a São Paulo para ejercer la profesión de ingeniero 49. El equipo, de entre cinco y ocho miembros, se reunía regularmente para examinar a la luz de la doctrina de la Iglesia recortes de diarios y noticias provenientes de todo el mundo. “En el cuadro de la redacción de ese semanario —recordará el Dr. Plinio— se formó gradualmente un grupo de amigos, todos congregados marianos como yo, que nos dedicamos de cuerpo y alma al periodismo católico” 50. Bajo el impulso del dinámico Director, en 1936 el periódico se transformó de quincenario de dos hojas en un semanario de ocho páginas, y de simple boletín parroquial pasó a ser la más escuchada voz católica del país.
Los temas tratados en el curso de 1936 fueron los más variados. La persecución religiosa en Alemania, la Revolución en España, la poussée socialista en Francia, la crisis dinástica en Inglaterra, las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, el fracaso de la Sociedad de las Naciones, el intensificarse de la propaganda comunista en el mundo, constituyeron el objeto de análisis y comentarios inspirados en la doctrina de la Iglesia, siempre profundos y esclarecedores. “Desintoxicar los lectores de los frutos de la prensa neutra y darle información cívica realmente católica, fue nuestro constante intento” 51.
En enero de 1937, cuando fueron inauguradas sus nuevas prensas, “O Legionário” había llegado a ser el más influyente semanario católico del Brasil, con una tirada de 17.000 ejemplares.
Notas:
40 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, O Vaticano e o Kremlin, in “O Legionário”, Nº 46, 10 de noviembre de 1929. Cfr. también A Igreja e o problema religioso na Rússia, in “O Legionário”, Nº 54, 16 de marzo de 1930.
41 De LOUIS VEUILLOT (1813-1883), valeroso director del diario “L’Univers”, cfr. las Oeuvres Complètes, Lethielleux, París, 1924-1940, (40 vol.). Cfr. también EUGÈNE E FRANÇOIS VEUILLOT, Veuillot, Lethielleux, París 1902-1913, 4 vol.; EUGÈNE TAVERNER, Louis Veuillot, Plon, París 1913. “Él comprendió —escribió San Pío X a François Veuillot— que la fuerza de la sociedad está en el pleno y completo reconocimiento de la realeza de Nuestro Señor Jesucristo y en la aceptación sin reservas de la supremacía doctrinaria de la Iglesia” (Carta C’est avec, del 22 de octubre de 1913, in IP, vol. VI, La pace interna delle nazioni (1959), p. 299).
42 Carlos Maximiano Pimenta de Laet (1847-1927) fue brillante periodista, profesor en el célebre Colegio Pedro II y miembro de la Acadêmia Brasileira de Letras. Recibió de San Pío X el título de Conde por los servicios prestados a la causa católica.
43 AAS, vol. 5 (1923), p. 49.
44 Ibid.
45 P. CORRÊA DE OLIVEIRA, Ofensiva?, in “O Legionário”, Nº 181, 29 de setiembre de 1935). “Y si para este combate nos fuese permitido escoger un lema, lo enunciaríamos así: Hacia los católicos, caridad y unidad; hacia los no católicos, caridad para obtener la unidad” (ibid.).
46 Además del Dr. Plinio, componían el grupo de redactores de “O Legionário”: Fernando Furquim de Almeida, José Carlos Castilho de Andrade, José de Azeredo Santos, Adolpho Lindenberg, José Fernando de Camargo, José Gonzaga de Arruda y Paulo Barros de Ulhôa Cintra (Meio Século de epopeia anticomunista, cit., pp. 431-432).
47 Antonio de Castro Mayer nació en Campinas, en el estado de São Paulo, el 20 de junio de 1904. Se graduó en teología en la Universidad Gregoriana de Roma (1924-1927), donde fue ordenado sacerdote el 30 de octubre de 1927. Asistente General de la Acción Católica de São Paulo (1940), después Vicario general de la Arquidiócesis (1942-1943), el 23 de mayo de 1948 fue consagrado Obispo y nombrado Coadjutor con derecho a sucesión del Obispo de Campos. Gobernó como Obispo la diócesis de Campos hasta 1981. Mons. de Castro Mayer rompió públicamente con Plinio Corrêa de Oliveira y con la TFP en diciembre de 1982. El hecho pronto se hizo público (cfr. “Folha da Tarde”, 10 de abril de 1984; “Jornal do Brasil”, 20 de agosto de 1984), y se relaciona con la progresiva aproximación del ex Obispo de Campos a las posiciones de Mons. Marcel Lefèbvre, culminando con la participación del mismo Mons. de Castro Mayer en las consagraciones episcopales de Ecône del 30 de junio de 1988, que lo hicieron incurrir en excomunión latae sententiae. Murió en Campos el 25 de abril de 1991.
48 Mons. Geraldo de Proença Sigaud nació en Belo Horizonte el 26 de septiembre de 1909. Miembro de la Congregación del Verbo Divino, estudió teología en Roma (1928-1932) donde fue ordenado sacerdote el 12 de marzo de 1932. El 1 de mayo de 1947 fue consagrado Obispo Diocesano de Jacarezinho (1947-1961); después fue Arzobispo metropolitano de Diamantina (1961-1980). La amistad de Plinio Corrêa de Oliveira con Mons. Sigaud, que duró cerca de treinta años, se había iniciado en 1935 por ocasión de un retiro espiritual en el Seminario del Espíritu Santo. “Esta amistad —escribía el Dr. Plinio en 1946— se ha prolongado por más de diez años en los cuales nos hemos encontrado en todas las situaciones posibles: de dolor y de júbilo, de esperanza y de momentáneo desaliento, de incertidumbre y de decisión. Juntos hemos recibido aplausos, juntos hemos recibido censuras; nuestros corazones han pulsado al unísono; frente a todos los acontecimientos de actualidad hemos pasado a través de todo cuanto pueda unir o desunir hombres” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Padre Sigaud, in “O Legionário”, Nº 711, 24 de marzo de 1946). El distanciamiento, que probablemente remonta a mediados de los años sesenta, fue anunciado oficialmente por el mismo Obispo de Diamantina, el 2 de octubre de 1970 cuando, saliendo de una audiencia con el Presidente de la República Emilio Garrastazu Médici, declaró que la TFP se había alejado de él por causa de su apoyo a la reforma agraria promovida por el gobierno y a la reforma litúrgica de Pablo VI. La TFP respondió inmediatamente con un largo comunicado de prensa en el que subrayaba el contraste entre la coherencia de las propias posiciones y las de Mons. Geraldo Sigaud, que se habían tornado vacilantes, reafirmando “la entera corrección de sus actitudes frente a las leyes civiles y eclesiásticas” (Dom Geraldo Sigaud e a TFP, in “Catolicismo”, Nº 239, noviembre de 1970). Cfr. también PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Dentro e fora do Brasil…, in “Folha de S. Paulo”, 11 de octubre de 1970.
49 “Periodista profundo, vívido y brillante, él fue un polemista en toda la fuerza del término, y como tal su nombre permanece escrito en nuestros anales con caracteres dorados. (…) Si algún día la Historia del Brasil contemporáneo fuera escrita con total imparcialidad, su nombre figurará entre los más beneméritos” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, “O premio demasiadamente grande”, in “Folha de S. Paulo”, 17 de julio de 1973). Se inició entonces una larga amistad y cooperación que duró casi cuarenta años, hasta el día en que Plinio Corrêa de Oliveira, arrodillado junto al lecho de dolor del amigo moribundo, en el Hospital Samaritano de São Paulo, recitó en su nombre la Consagración a Nuestra Señora de San Luis María Grignion de Montfort. A José de Azeredo Santos se debieron, en “O Legionário” y después en “Catolicismo”, artículos agudos sobre el maritainismo, sobre la política de la “mano extendida”, sobre el arte moderno y sobre la gnosis.
50 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, “Kamikaze”, in “Folha de S. Paulo”, 15 de febrero de 1969.