Cap. II, 6. La denuncia del paganismo nacional socialista

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En Alemania, dos prelados en particular se distinguieron por su resistencia al nacionalsocialismo: Konrad von Preysing, obispo de Berlín, y Clemens August von Galen, obispo de Münster.

 

El 30 de enero de 1933, Adolfo Hitler recibió del Presidente mariscal Hindenburg el cargo de Canciller del Reich 56. Después de las elecciones de 5 de marzo para el Reichstag, conducidas en un clima de abierta intimidación, el gabinete nacional socialista recibió por ley “plenos poderes”. Era el día 23 de marzo. En esa misma primavera, el Führer solicitó la celebración de un Concordato entre la Santa Sede y el nuevo régimen. El acuerdo fue firmado en el Vaticano el 20 de julio de 1933 57. La Santa Sede, sin embargo, declaró que el Concordato no debía interpretarse de ningún modo como una aprobación de las doctrinas y de las tendencias del nacional socialismo 58.
Hitler nombró a Alfred Rosenberg, el hombre que representaba “la quintaesencia de todas las fuerzas hostiles a la Iglesia y al cristianismo” 59, su agente para la “supervisión” de la educación ideológica del partido y de todas las asociaciones alineadas. La década que va desde 1935 hasta el fin del régimen se caracterizó por la creciente exacerbación de la lucha antirreligiosa, con la supresión progresiva de las escuelas, de las instituciones y de la prensa católica, y la difamación sistemática de los principios y de las organizaciones de la Iglesia.
El 14 de marzo de 1937 salió a luz la Encíclica de Pío XI Mit brennender Sorge. Movido por el deseo de actuar para que “la fe en Dios, primer e insustituible fundamento de toda religión”, permaneciese “pura e íntegra en las regiones germánicas”, el Papa condenaba los errores del nacional socialismo, afirmando entre otras cosas:
“Si la raza o el pueblo, si el Estado o una determinada forma de él, si los representantes del poder estatal u otros elementos fundamentales de la sociedad humana tienen, en el orden natural, un lugar esencial y digno de respeto, por otro lado quien los desprende de esta escala de valores terrenos, elevándolos a la categoría de suprema norma de todo, aún de los valores religiosos, divinizándolos con culto idolátrico, pervierte y falsifica el orden creado e impuesto por Dios, está lejos de la verdadera fe en Dios y de una concepción de la vida conforme a ella” 60.
“La Mit brennender Sorge, por su claridad, por su invocación a las verdades de la fe cristiana y a su oposición al neopaganismo nazista, por la condenación del racismo y del Estado totalitario, provocó un choque violento en la opinión pública alemana e internacional. El Führer se llenó de estupor y explotó en abominable cólera. Pero la Encíclica tuvo el efecto de una intimación” 61. Como lo recordaría Pío XII, “descubrió a los ojos del mundo lo que era en realidad el nacional socialismo: la orgullosa apostasía de Jesucristo, la negación de su doctrina y de su obra redentora, el culto de la fuerza; la idolatría de la raza y de la sangre, la opresión de la libertad humana” 62. En la resistencia al nacional socialismo en Alemania se distinguieron sobre todo dos prelados: Mons. Konrad von Preysing 63, Obispo de Berlín, y Mons. Clemens von Galen 64, Obispo de Münster. Ambos intervinieron desde sus sedes episcopales para defender la concepción cristiana de la persona humana y los derechos soberanos de Dios sobre la sociedad y sobre las familias. “Yo levanto mi voz —afirmó Mons. von Galen en su sermón del 13 de julio de 1941, en la Iglesia de San Lamberto, en Münster— y en mi calidad de hombre alemán, de ciudadano honrado, de ministro de la religión católica, de Obispo católico, yo grito: ¡exigimos justicia! Si este grito no fuere oído, no será más posible restaurar el dominio de la justicia soberana.
¡Así, nuestro pueblo alemán y nuestra patria, pese al heroísmo de nuestros soldados que alcanzan victorias gloriosas, irán a la ruina a causa de nuestra corrupción interna!” 65.
La actitud y el tono de estos prelados alemanes fueron admirados por Plinio Corrêa de Oliveira, que, como ellos, pertenecía a las indómitas filas de los defensores de la fe. Entre 1929 y 1947 fueron publicados en “O Legionário” nada menos que 2.936 artículos contra el nazismo y el fascismo, de los cuales 447 son de Plinio Corrêa de Oliveira. Es importante subrayar que gran parte de estos escritos aparecieron no solamente antes de la guerra, sino también antes de la Encíclica Mit brennender Sorge, cuando todavía se acumulaban muchos equívocos sobre el nazismo. En la persecución antirreligiosa hitleriana, el Dr. Plinio no veía apenas un aspecto accidental y extrínseco de la política del Tercer Reich, sino la lógica consecuencia de una visión del mundo que era la antítesis de la concepción católica. “La realidad es que la política antirreligiosa del Tercer Reich es una característica esencial de éste, un rasgo fundamental de su contenido ideológico o, mejor aún, el sentido profundo y la propia razón de ser del nazismo” 66.

 

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Plinio Corrêa de Oliveira reconstruyó lo que denominó “genealogía de los monstruos”, trazando las ascendencias ideológicas del nacional socialismo, desde Lutero hasta Hitler:
“El protestantismo produjo en Alemania un proceso evolutivo de ideas filosóficas y hechos político-sociales que, paralelamente al liberalismo y en aparente antagonismo con éste, generó el nazismo, con una lógica de hierro (verdadera si no fuesen erradas sus premisas). (…) El nazismo es el resultado de una evolución profunda, su política antirreligiosa es parte integrante de su pensamiento, y ese pensamiento es tan entrañadamente antirreligioso, que yo no me asombraría más con la conversión de la masonería en asociación de piedad, que con la transformación del Partido Nazi en baluarte de las ideas católicas en Europa Oriental” 67.
Plinio Corrêa de Oliveira no dejó de denunciar el antisemitismo nazi, mostrando la substancial diferencia con las medidas de cautela tomadas históricamente por la Iglesia en relación al pueblo hebreo.
“Las medidas de prudencia que se recomiendan en relación a los judíos son legítimas y hasta necesarias cuando el judío no es convertido o cuando se convirtió con la intención evidente de «épater les bourgeois». Pero esa precaución se dirige exclusivamente contra los errores doctrinarios del judío y no contra su raza en sí, que es la raza en la cual se encarnó el Verbo. Convertido sinceramente, el judío es un hijo dilecto de la Santa Iglesia” 68. Siendo así, la Iglesia determinó “con incesante energía, que nunca se faltase a la caridad para con el antiguo pueblo de Dios. El nazismo, por el contrario, es para con los judíos de una crueldad brutal e inútil” 69. “Sería preciso que en Alemania surgiese un nuevo San Bernardo, que invocase para el pueblo de Israel aquella misericordia que ni su gran Víctima le negó” 70.

 

Notas:

56 Tras la muerte del Presidente Hindenburg, el 2 de agosto de 1934, los poderes de Presidente del Reich y de Canciller fueron unificados en las manos de Hitler. Se inició así la rápida transformación de la sociedad en un sentido totalitario. Sobre este proceso, cfr. entre otros: KARL DIETRICH BRACHER, Die deutsch Dictatun, Kiepenheuer und Witsch, Colonia, 1980 (1969); MARTIN BROSZAT, Der Staat Hitlers, Deutscher Taschenbuch Verlag, Munich, 1981; HANS-ULRICH THAMER, Il terzo Reich. La Germania dal 1933 al 1945, tr. it. Il Mulino, Boloña, 1993.

57 Los plenipotenciarios de Pío XI y de Hitler en las tratativas fueron respectivamente el Cardenal Eugenio Pacelli, Secretario de Estado, y el Vice-Canciller del Reich, Franz von Papen. Sobre el Concordato de 1933 y sobre las relaciones entre la Santa Sede y el nacional socialismo, cfr. MICHELE MACCARRONE, Il Nazionalsocialismo e la Santa Sede, Studium, Roma, 1947; Friedrich Engel-Janosi, Il Vaticano fra fascismo e nazismo, Le Monnier, Florencia, 1973; ANTHONY RHODES, The Vatican in the Age of Dictators 1922-1945, Hodden and Stoughton, Londres, 1973; ROBERT GRAHAM, Il Vaticano e il nazismo, Cinque Lune, Roma, 1975; GIACOMO MARTINA, Storia della Chiesa, vol. IV, L’età contemporanea, Morcelliana, Brescia, 1995, pp. 129-218.

58 Cfr. “L’Osservatore Romano” del 27 de julio de 1933. “Sin duda se puede levantar la cuestión de si la conclusión del Concordato con el Reich había efectivamente contribuido, como posteriormente fue muchas veces afirmado, a la Machtbefestigung (consolidación del poder) nazi, una vez conquistado el poder. Lo cierto es que el Concordato, que fuera suscrito por Pacelli no sin preocupación, proporciona al gobierno de la Iglesia una base jurídicamente incontestable y, al mismo tiempo, la posibilidad efectiva de, en el período posterior, enrostrar continuamente al régimen de Alemania los arbitrios y las violaciones al derecho de gentes” (BUKHART SCHNEIDER, Pio XII. Pace, opera della giustizia, tr. it. Edizioni Paoline, Roma, 1984, p. 24).

59 H.-U. THAMER, Il terzo Reich, cit., p. 550. Con sus dos panfletos A los oscurantistas de nuestro tiempo (1935) y Peregrinos protestantes de Roma (1937), Rosenberg declaró abiertamente la incompatibilidad entre nacional socialismo y cristianismo.

60 PÍO XI, Encíclica Mit brennender Sorge, del 14 de marzo de 1937, in IGINO GIORDANI, Le encicliche sociali dei Papi, da Pio IX a Pio XII, Studium, Roma, 1944, p. 410 (pp. 405-426). El texto de la encíclica fue enviado clandestinamente a centenas de ciudades y pueblos de Alemania, donde fue impreso en cada lugar y distribuido a las diferentes diócesis. El 21 de marzo de 1937, para subrayar al máximo la importancia del acontecimiento, los Obispos alemanes leyeron personalmente, desde el púlpito, la Encíclica de Pío XI. Sobre la encíclica cfr. HEINZ-ALBERT RAEM, Pius XI, und der Nationalsozialismus. Die Enzyklika “Mit brennender Sorge” vom 14 marz 1937, Schöningh, Paderborn, 1979.

61 JEAN CHÉLINI, L’Église sous Pie XII. La tourmente (1939-1945), Fayard, París, 1983, p. 87.

62 PÍO XII, Discurso del 2 de junio de 1945, in DR, vol. VI, p. 70. En dicho discurso Pío XII traza un cuadro de este combate a la Iglesia, y de la resistencia opuesta por la Santa Sede y por el pueblo alemán.

63 Konrad Conde von Preysing, nació en Kronwinckel el 30 de agosto de 1880 y murió el 21 de diciembre de 1950 en Berlín. Pertenecía a una familia de la aristocracia católica desde siempre al servicio de la Iglesia. Ordenado sacerdote en 1912, conoció en Munich al Nuncio Pacelli quien, una vez designado Secretario de Estado, lo hizo nombrar Obispo de Eichstatt en 1932 y después de Berlín el 6 de julio de 1935. Desde 1933, él se manifestó como el punto de referencia de los opositores intransigentes del nacional socialismo, en contraposición a la línea “blanda” del Cardenal Adolf Bertram, Presidente de la Conferencia Episcopal de Fulda. El 18 de febrero de 1946 fue nombrado Cardenal.

64 Clemens August Conde von Galen nació el 16 de marzo de 1873 en el castillo de Dinkloge, de una antigua familia católica de Oldenburg. Sacerdote en 1904, fue destinado a Berlín, y después como párroco de S. Lambert en la Diócesis de Münster, de la cual fue designado Obispo en 1933. Desde entonces hasta 1945, condujo desde el púlpito una lucha implacable contra el nazismo, lo que le valió el apelativo de “león de Münster”. Nombrado Cardenal en el Consistorio del 18 de febrero de 1946, falleció inmediatamente después de su regreso de Roma, el 22 de marzo del mismo año. La diócesis de Münster introdujo su causa de beatificación. Cfr. Clemens August Graf von Galen. Un vescovo indesiderabile. Le grandi prediche di sfida al nazismo, ROSARIO F. ESPOSITO (ed.), Ediciones Messaggero, Padua, 1985; Aa. Vv., Il leone di Münster e Hitler. Clemens August Cardinale von Galen, dir. por MONS. REINHARD LETTMANN y MONS. HEINRICH MUSSINGHOFF, Herder, Roma-Friburgo-Viena, 1996.

65 Cit. in Clemens August Graf von Galen. Un vescovo indesiderabile…, cit., pp. 123-124.

66 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Falsificação, in “O Legionário”, Nº 397, 21 de abril de 1940.

67 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Genealogia de monstros, in “O Legionário”, Nº 302, 29 de junio de 1938. Él agrega: “En el elemento genéricamente germánico, el protestantismo inoculó, además del virus del liberalismo, otro veneno: las ideologías de la fuerza. Estas teorías —por lo demás muy emparentadas con la concepción democrática de la sistemática victoria de las mayorías— han engendrado toda la ideología militarista y brutal de la política internacional de Federico II y de muchos Hohenzollern, y más tarde han creado el imperio de Bismarck, la pasión militarista alemana, las escuelas filosóficas germánicas del siglo XIX y, por fin, como producto arquetípico de la filosofía nietzscheana, el hitlerismo” (ibid.). Sobre las raíces culturales del nacional socialismo, cfr. EDMOND VERMEIL, Les doctrinaires de la Révolution allemande, Nouvelles Editions Latines, París, 1948; PETER VIERECK, Metapolitics. The roots of the Nazi mind, Capricorn Books, Nueva York, 1961 (1941); G. L. MOSSE, The crisis of German ideology, Grasset & Dunlap, Nueva York, 1964; NICHOLAS GOODRICK-CLARKE, The occult roots of Nazism, The Aquarian Press, Wellingborough, 1985; LUCIANO PELLICANI, La società dei giusti. Parabola storica dello gnosticismo rivoluzionario, Etaslibri, Milán, 1995, pp. 371-387.

68 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Uma velha ambição dos Judeus, in “O Legionário”, Nº 308, 7 de agosto de 1938.

69 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, 7 dias em revista, in “O Legionário”, Nº 232, 21 de febrero de 1937.

70 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, 7 dias em revista, in “O Legionário”, Nº 215, 25 de octubre de 1936. En otros artículos él muestra cómo la persecución antisemita de Hitler contribuyó, de manera indirecta pero poderosa, a la realización del sueño sionista. “Lo que los jefes del sionismo no obtuvieron, lo obtuvo Hitler con su campaña antisemítica: pobló Tel-Aviv, la nueva ciudad hebraica de la Palestina, hoy dotada de innumerables mejoras y de gran confort. La «patria nacional» de los judíos, la ha llenado el Sr. Hitler” (ID., 7 dias em revista, in “O Legionário”, Nº 599, 3 de enero de 1944).

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