Cap. II, 8. “Escogisteis la vergüenza y tendréis la guerra”

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De izquierda a derecha: Chamberlain, Daladier, Hitler, Mussolini y Ciano tras la firma del Acuerdo de Múnich.

 

1938 fue el año crucial de la crisis europea. El 11 de marzo tuvo lugar la invasión de Austria y su anexión a Alemania, que pasó a la historia con el nombre de Anschluss. Éste fue el primer acto de la Segunda Guerra Mundial 94.
Con el Anschluss, el Estado austríaco fue prácticamente borrado del mapa europeo 95. Con “el alma indignada y el corazón en sangre”, Plinio Corrêa de Oliveira denunció en un artículo a cinco columnas, en primera página, la “dramática desaparición de la Austria católica del mapa europeo” 96.
Mussolini, dando media vuelta en su toma de posición de 1934 —cuando, para evitar la anexión de Austria, había enviado las divisiones alpinas a la frontera de Brenner— esta vez aprobó la acción de Hitler. Para celebrar la amistad ítalo-germánica, el Führer realizó una visita oficial a Italia del 3 al 9 de mayo de 1938. En aquella ocasión Pío XI se retiró a Castelgandolfo, fuera de la época habitual, para no tener que asistir, como afirmó, en “el día de la Santa Cruz” a la apoteosis “de otra cruz que no es la Cruz de Cristo” 97. El número 289 de “O Legionário”, del 27 de marzo de 1938, mostraba en primera página una imagen del Coliseo romano, con la noticia de que el gran monumento habría sido iluminado en honor de la visita de Hitler a Roma. “El Coliseo —decía el epígrafe—, testigo multisecular del martirio de los primeros cristianos y de la insaciable crueldad del paganismo, ¡será iluminado en honra del ilustre perseguidor de los cristianos de nuestros días y restaurador del paganismo en Alemania… con una fuerte luz roja!”.
El 12 de septiembre de 1938, después de la anexión de Austria, fue la vez de los Sudetes. Para impedir que la situación se precipitase, el primer ministro británico Neville Chamberlain se dirigió personalmente a Berchtesgaden, Alemania, para negociar un acuerdo con el Führer. Plinio Corrêa de Oliveira no se hacía ilusiones.“La guerra —escribía en aquella ocasión— es una cuestión de días, o de meses, pero fatalmente estallará (…). Mientras Hitler esté en el poder, ella será inevitable” 98.
Para evitar que la situación se precipitase, Mussolini propuso, in extremis, una conferencia cuatripartita, que se realizó en Munich el 29 y el 30 de septiembre de 1938 99. Las democracias occidentales, representadas por el Premier inglés Chamberlain y su colega francés Daladier, con la ilusión de evitar la guerra buscaron a toda costa un compromiso con la Alemania nazi 100.
Son conocidas las palabras con las que, al día siguiente de los acuerdos de Munich, Churchill, jefe de la oposición conservadora en los Comunes, apostrofó a Chamberlain: “Debíais elegir entre la vergüenza y la guerra: escogisteis la vergüenza y tendréis la guerra”.
En un lúcido artículo de los años 70, sobre la “détente”, Plinio Corrêa de Oliveira recordará así el acontecimiento:
“Munich no fue sólo un gran episodio de la historia de este siglo. Es un acontecimiento símbolo en la historia de todos los tiempos: todas las veces que hubiere, en cualquier tiempo y en cualquier lugar, un enfrentamiento diplomático entre belicistas delirantes y pacifistas delirantes, la ventaja sonreirá a los primeros y la frustración a los segundos. Y si hay un hombre lúcido, censurará los Chamberlain y los Daladier del futuro con las palabras de Churchill: «Debíais elegir entre la vergüenza y la guerra. Escogisteis la vergüenza y tendréis la guerra»” 101.
Menos de seis meses después, el 15 de marzo de 1939, violando los acuerdos establecidos, Hitler invadió Checoeslovaquia e incorporó al Reich los territorios de Bohemia y Moravia, para los cuales instituyó un “protectorado”. Así, también la república Checoeslovaca, una de las creaciones de la paz de Versalles de 1918, desaparecía del mapa de Europa. El mes anterior había muerto Pío XI, ya gravemente enfermo. El 2 de marzo de 1939, el Cardenal Camilo Caccia Dominioni anunciaba, desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, la elección del nuevo Papa, el Cardenal Eugenio Pacelli, con el nombre de Pío XII 102.
Aquel año se había abierto con una sorprendente previsión de Plinio Corrêa de Oliveira, aparecida en el primer número de “O Legionário” de ese año: “Efectivamente —escribía— mientras se van delimitando todos los campos de batalla, se va desarrollando un proceso cada vez más claro: el de la fusión doctrinaria del nazismo con el comunismo. A nuestro parecer, 1939 asistirá a la realización de esta fusión” 103.
Algunos meses después, en agosto de 1939, el anuncio del llamado Pacto Ribbentrop-Molotov “causó repentinamente el efecto de una verdadera bomba en la opinión pública europea, estupefacta con este brusco acuerdo entre los dos países representantes de las dos ideologías que hasta entonces más se habían combatido” 104.
El tratado de no agresión entre Rusia y Alemania representaba la más imprevisible “inversión de alianzas” de nuestros tiempos: “Nadie que haya vivido concientemente aquella experiencia —escribe el historiador alemán Andreas Hillgruber— puede olvidar la sorpresa y desconcierto, el choque provocado por un breve anuncio de la «Oficina de Informaciones alemana» en el anochecer del 21 de agosto, confirmado al día siguiente por la Tass: «El gobierno del Reich y el gobierno soviético se han puesto de acuerdo para la celebración de un pacto recíproco de no-agresión. El ministro del exterior von Ribbentrop arribará a Moscú el miércoles 23 de agosto para llegar a la conclusión de las negociaciones»” 105.

 

Notas:

94 Cfr. GORDON BROOK-SHEPHERD, Anschluss, the rape of Austria, Macmillan & Co., Londres, 1963; ANDREAS HILLGRUBER, La distruzione dell’Europa, tr. it. Il Mulino, Bolonia, 1991, pp. 133-152. Fue decisivo en el Anschluss el papel del Embajador en Vienna Franz von Papen (1879-1969) que ya en 1933 había allanado el camino del poder a Hitler con sus presiones sobre Hindenburg. Von Papen, que se proclamaba católico, fue definido por Plinio Corrêa de Oliveira como “el mayor traidor de la Iglesia en nuestros días” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, 7 dias em Revista, in “O Legionário”, Nº 516, 2 de agosto de 1942). Una confirmación histórica de esta afirmación nos es suministrada por RICHARD W. ROLFS, The Sorcerer’s Apprentice: the life of Franz von Papen, Lanham, Londres-Nueva York, 1996.

95 “Austria, pobre Austria eternamente escarnecida —anota el 20 de marzo de 1938 en su diario el conde FRIEDRICH RECK-MALLENCZEWEN— cuyo único error fue sin duda el de oponerse al espíritu de la Gran Prusia, conservando hasta el fin el recuerdo del antiguo Sacro Imperio Romano-Germánico” (Il tempo dell’odio e della vergogna, tr. it. Rusconi, Milán, 1970, p. 66).

96 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A conjuração dos Césares e do synhedrio, in “O Legionário”, Nº 288, 20 de marzo de 1938. Así expresó el Dr. Plinio su admiración por la Emperatriz Zita de Austria (1892-1989), esposa del último Emperador, Carlos: “Ella supo hacer por la causa de la monarquía en Europa, a la cual está absolutamente dedicada por un puro idealismo y no por vulgar interés, mucho más que los innumerables soberanos, ex soberanos y pretendientes del mundo entero. Ella es, en este siglo de materialismo grosero, una figura enérgica e idealista, que merece el mayor respeto de todos los observadores” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, O destino trágico de duas grandes dinastias, in “O Legionário”, Nº 247, 6 de junio de 1937). Sobre Zita, cfr. G. BROOK SHEPHERD, The last Empress, Harper Collins Publishers, Londres, 1991.

97 M. MACCARRONE, Il Nazionalsocialismo e la Santa Sede, cit., pp. 211-212.

98 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, O verdadeiro sentido do vôo de Chamberlain, in “O Legionário”, Nº 314, 18 de setiembre de 1938.

99 Sobre la conferencia de Munich y sobre el “appeasement”, cfr. MARTIN GILBERT, The roots of Appeasement, Weidenfeld and Nicolson, Londres, 1966; CHARLES LOCH MOWAT, Britain between the wars, 1918-1940, Methuen & Co. Ltd., Londres, 1976; TELFORD TAYLOR, Munich, the price of peace, Hodder and Stoughton, Londres, 1979; ROBERT ROTSCHILD, Les chemins de Munich. Une nuit de sept ans: 1932-1939, Perrin, París, 1988; R. A. C. PARKER, Chamberlain and Appeasement, St. Martin’s Press, Nueva York, 1993.

100 “En materia de humillación, Francia e Inglaterra no podían ir más lejos. Han bebido el cáliz hasta la última gota. Y cuando se les anunció que con la ingestión de algunas gotas más tal vez conseguirían la paz, lloraron de alegría” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Os frutos ideológicos da paz, in “O Legionário”, Nº 316, 2 de octubre de 1938).

101 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Churchill, o avestruz e a América do Sul, in “Folha de S. Paulo”, 31 de enero de 1971.

102 Sobre Pío XII (1876-1958) en relación con los acontecimientos aquí tratados, cfr. Card. DOMENICO TARDINI, Pio XII, Tipografia Poliglotta Vaticana, Ciudad del Vaticano, 1960; B. SCHNEIDER, Pio XII. Pace, opera della giustizia, cit.; A. RHODES, The Vatican in the age of dictators, cit.; J. CHÉLINI, L’Eglise sous Pie XII, cit.; G. MARTINA, Storia della Chiesa, vol. IV, L’età contemporanea, cit., pp. 219-247; GIORGIO ANGELOZZI GARIBOLDI, Pio XII, Hitler e Mussolini. Il Vaticano fra le dittature, Mursia, Milán, 1995. El Cardenal Eugenio Pacelli había sido Nuncio en Alemania (1917-1929) y después Secretario de Estado (1930-1939) antes de ascender al trono pontificio.

103 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Entre o passado e o futuro, in “O Legionário”, Nº 329, 4 de enero de 1939. “El nazismo —reiteraba el 8 de mayo de 1938— puede ser equiparado desde el punto de vista internacional, casi al comunismo. Y aún así, este «casi» es muy problemático” (ID., Legitima defesa, in “O Legionário”, Nº 295, 8 de mayo de 1938).

104 J. GUIFFAN, Histoire de l’Europe, cit., p. 195.

105 A. HILLGRUBER, La distruzione dell’Europa, cit., p. 257. El pacto de “no-agresión” tenía una validez de diez años y obligaba a las partes a desistir de todo ataque “recíproco”. Se le había agregado un “protocolo secreto” que dejaba el camino libre a Hitler para atacar a Polonia, entregando a la URSS el control de los tres países bálticos —Estonia, Letonia y Lituania—, de Finlandia, de Polonia y de Besarabia. Cfr. WALTHER HOFER, Die Entfessung des Zweiten Weltkrieges. S. Fischer, Frankfurt a. Main, 1964, pp. 73-118; GERHARD L. WEINBERG, Germany and the Soviet Union, 1939-1941, Brill, Leiden, 1972; ARTURO PEREGALLI, Il Patto Hitler-Stalin e la spartizione della Polonia, Erre Emme Edizioni, Roma, 1989; JUAN GONZALO LARRAIN CAMPBELL, 1939: o Pacto Ribbentrop-Molotov confirmou as denúncias do “Legionário”, in “Catolicismo”, Nº 532, abril 1995, pp. 22-24.

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