Cap. III, 8. Un “gesto de Kamikaze”

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El autor no ignoraba que la publicación de una obra de tal género sería equivalente a un gesto de “kamikaze”: por cierto infligía un duro golpe al progresismo naciente, pero también habría de exponer inevitablemente al grupo de “O Legionário” a críticas y represalias, comprometiendo su influencia en los ambientes católicos. Fue exactamente lo que sucedió a partir de esa fecha.
“Era un gesto de kamikaze. O estallaba el progresismo, o estallábamos nosotros. Estallamos nosotros. En los medios católicos, el libro suscitó aplausos de unos, la irritación furibunda de otros, y una extrañeza profunda en la inmensa mayoría. La noche densa de un ostracismo pesado, completo, interminable, bajó sobre aquellos de mis amigos que continuaron fieles al libro. El aislamiento y el olvido nos envolvieron, cuando estábamos todavía en la flor de la edad: era éste el sacrificio previsto y consentido. La aurora, como veremos, sólo volvió a rayar en 1947. Pero el progresismo naciente recibió con el libro un golpe del que hasta hoy no se rehizo” 82.
El arzobispo de São Paulo, Mons. José Gaspar de Affonseca e Silva, no escondía en privado su preocupación por la actividad del movimiento guiado por Plinio Corrêa de Oliveira, con el evidente apoyo del Nuncio apostólico 83. Imprevistamente, sin embargo, falleció en un accidente aéreo cuando aterrizaba en Río de Janeiro, el 27 de agosto de 1943. Su sucesor, Mons. Carlos Carmelo de Vasconcelos Motta 84, ya antes de ocupar la sede episcopal estaba minuciosamente enterado de la situación efervescente en la capital paulista 85.
Mons. Carlos Carmelo, cuya visión era opuesta a la de “O Legionário”, tenía también un temperamento muy distinto al de su predecesor: no era un hombre de medios términos y enfrentó abiertamente la situación. Impuso al equipo de “O Legionário” un “armisticio” 86 que sonó como desaprobación hacia sus dirigentes. Plinio Corrêa de Oliveira perdió su cargo de presidente de la Acción Católica; el padre Antonio de Castro Mayer, Vicario general de la arquidiócesis, fue rebajado a simple vicario ecónomo de la parroquia de un barrio obrero, San José de Belém; el padre Geraldo de Proença Sigaud fue enviado a España 87. Siguió una tempestuosa campaña de difamación, de la cual el Dr. Plinio y sus amigos no pudieron defenderse públicamente, a causa del “armisticio” impuesto por el arzobispo. Finalmente, en diciembre de 1947 Plinio Corrêa de Oliveira fue exonerado de la dirección de “O Legionário”. En el número del 29 de febrero de 1948, apareció un editorial bajo el título “Legionário en tercera fase”, en el que se anunciaba el comienzo de una “nueva fase” en la existencia del semanario, resumida en la frase final del artículo, no firmado: “Incipit vita nova” 88. No contenía siquiera una palabra sobre Plinio Corrêa de Oliveira, quien había dedicado a “O Legionário”, con inmensa generosidad, quince años de su vida. Ese mismo año Mons. Hélder Câmara asume el cargo de asistente eclesiástico de la Acción Católica Brasileña 89. La atmósfera había cambiado profundamente.
El progresismo ya mostraba las líneas principales de la que sería su táctica constante en los años subsiguientes. El mismo Plinio Corrêa de Oliveira la resume en estos puntos:
“a) Fuga del debate o del diálogo doctrinario. Las críticas a mi libro, explicitadas en uno que otro órgano de prensa religiosa, eran dispersas, pobres de argumentos y ricas de pasión. A veces también aparecían implícitas o veladas en pronunciamientos de esta o de aquella autoridad eclesiástica;
“b) Difamación y después campaña de silencio o de ostracismo. Al soplo de una campaña difamatoria, toda ella verbal, los principales elementos que en el Clero y en el laicado habían aplaudido mi libro fueron siendo gradualmente reducidos al silencio, removidos de sus puestos, y relegados al ostracismo. Un ostracismo del cual sólo algunos consiguieron librarse enmudeciendo completamente acerca del asunto;
“c) Seguir avanzando, como si nada hubiera sucedido. Así sofocada la oposición, sólo restaba a la corriente innovadora proseguir su marcha, discreta pero resueltamente” 90.
El pequeño grupo de “O Legionário” se mantuvo, no obstante, compacto y fiel en la tempestad: el mayor de sus nueve miembros tenía 39 años, el más joven 22 91. A partir de febrero de 1945 este grupo se reunía, todas las noches sin excepción, en la sede de la calle Martim Francisco 665, en el barrio de Santa Cecilia, analizando con preocupación el deterioro de la situación religiosa y política en el Brasil y en el mundo.
Plinio Corrêa de Oliveira, guía intelectual del grupo, se esforzaba en infundir en éste una profunda y verdadera vida interior, en la convicción de que la acción y el estudio debían alimentarse en las fuentes de la oración y el sacrificio. Así explicaba él la “vida interior”:
“Un hombre debe estar empeñado en un constante análisis de sí mismo. A todo momento, necesita saber cómo está su alma: por qué está actuando de esta o de aquella manera; si le es lícito proceder de este o de aquel modo; si es conforme a la moral católica sentir de este o de aquel modo frente a un determinado acontecimiento. Este esfuerzo se llama «vida», no sólo porque es tan intenso y debe ser tan continuo, que constituye para el hombre como una existencia aparte, que se desdobla en un plano más alto y más profundo que su existencia exterior. Y es llamado «vida interior», precisamente porque exige que el hombre tenga el hábito ininterrumpido de analizarse y gobernarse a sí mismo, actuando y viviendo «dentro de sí mismo» en forma incesante” 92.
En el estudio, en la oración y en la fraterna y cotidiana convivencia, el grupo creció en unidad y cohesión. Este período catacumbal, vigilia de nuevas luchas, duró tres años 93. En dicho lapso el antiguo equipo de “O Legionário” no cesó en su batalla polémica contra los errores que medraban en el mundo católico. Uno de sus principales blancos continuó siendo Jacques Maritain, objeto de sabias críticas escritas por el mismo Plinio Corrêa de Oliveira 94 o por valerosos polemistas como el padre Arlindo Vieira 95 y José de Azeredo Santos 96. En este período de aislamiento e incomprensión, uno de los grandes amigos del grupo fue el padre Walter Mariaux 97, jesuita alemán de mucho relieve, a quien el doctor Plinio describe en estos términos: “Rubio, muy alto, hercúleo, exuberante de salud, gestos amplios, manos de Feld-marschall, él causa siempre una primera impresión de robustez y determinación, que de a poco se va completando con elementos psicológicos nuevos. No conocí personalidad más rica en aspectos contrastantes y no obstante armónicos” 98. En 1949 el padre Mariaux, animador de la Congregación Mariana del Colegio San Luis, fue llamado por sus superiores a Europa. Parte de los Congregados dirigidos por él se incorporaron entonces al grupo que bajo la guía del doctor Plinio se reunía en la casa de la calle Martim Francisco. Nace así el “Grupo de la Martim”, en el que se destacaban cuatro hermanos Vidigal Xavier da Silveira, el doctor Luiz Nazareno de Assumpção Filho, el doctor Eduardo de Barros Brotero, el profesor Paulo Corrêa de Brito Filho y José Luiz Marinho Villac, más tarde Canónigo y rector del seminario de Campos 99.

 

Notas:

82 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Kamikaze, in “Folha de S. Paulo”, 15 de febrero de 1969.

83 MONS. C. ISNARD, Reminiscências, cit., p. 221.

84 Monseñor Carlos Carmelo de Vasconcelos Motta nació el 16 de julio de 1890 en la ciudad de Bom Jesus do Amparo (Minas Gerais). Ordenado sacerdote el 29 de junio de 1918, fue consagrado obispo de Diamantina el 20 de octubre de 1932. El 19 de diciembre de 1935 fue elevado a la arquidiócesis de San Luis de Maranhão, que gobernó hasta el 18 de agosto de 1944, cuando fue llamado a substituir a Mons. José Gaspar de Afonseca e Silva como arzobispo de São Paulo. Gobernó la arquidiócesis hasta 1964, cuando fue repentinamente transferido a Aparecida, tras la revolución del 31 de marzo de ese año. En febrero de 1946 fue elevado a la púrpura cardenalicia por Pío XII con el título de San Pancracio. Murió en Aparecida del Norte el 18 de setiembre de 1982.

85 El informante del nuevo Arzobispo fue, según consta, el benedictino D. Paulo Marcondes Pedrosa, a quien ya hemos mencionado como fundador de la Congregación Mariana de Santa Cecilia y de “O Legionário” (MONS. C. ISNARD, O.S.B., Reminiscências, cit., p. 223).

86 “¡Hágase un armisticio total y absoluto en los campos contendores! Esta orientación queremos darla, no en carácter definitivo, sino apenas de emergencia, mientras ciertos asuntos de actualidad no fueren juzgados por la Comisión Episcopal de la Acción Católica” (cfr. “Revista Eclesiástica Brasileira”, Nº 4, diciembre de 1944). Cfr. también Armisticio, “O Legionário”, Nº 641, 19 de noviembre de 1944.

87 Cfr. PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Padre Sigaud, in “O Legionário”, Nº 711, 24 de marzo de 1946.

88 “O Legionário”, Nº 804, 29 de febrero de 1948.

89 Mons. Hélder Câmara había participado activamente de la Acción Integralista Brasileña (AIB), movimiento de inspiración fascista dirigido por Plinio Salgado. En 1937 pasó a formar parte del consejo supremo de la AIB, compuesto de 12 miembros. Cuando en 1946 el Arzobispo de Río de Janeiro, Mons. Jaime de Barros Câmara, quiso hacerlo su obispo auxiliar, encontró dificultades en la Santa Sede a causa de la precedente actividad política del P. Hélder como “integralista”. El Papa le negó la nominación, que llegó solamente seis años después. En ese lapso de tiempo Hélder Câmara maduró su pasaje del integralismo al progresismo.

90 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A Igreja ante a escalada da ameaça comunista Apelo aos Bispos Silenciosos, Editora Vera Cruz, São Paulo, 1976, pp. 48-49.

91 Los ocho compañeros del doctor Plinio eran: José de Azeredo Santos, Paulo Barros de Ulhôa Cintra, José Fernando de Camargo, José Carlos Castilho de Andrade, Fernando Furquim de Almeida, José Gonzaga de Arruda, Adolpho Lindenberg, José Benedicto Pacheco Salles.

92 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Pío XII, in “O Legionário”, Nº 533, 19 de marzo de 1943.

93 “La muerte segó tres luchadores de nuestras filas tan escasas de miembros. El primero fue el delicado, el intrépido, el noble hijo de Nuestra Señora, nuestro inolvidable José Gustavo de Souza Queiroz. Me acuerdo también con respeto y añoranza de la personalidad ardorosa, pero al mismo tiempo silenciosa y suave, de una militante de la JOC (Juventud Obrera Católica), Da. Angélica Ruiz. Y la personalidad batalladora y tan distinguida de un jefe de familia ejemplar, de ese cirujano eximio que todo Santos admiró, de ese profesor universitario relevante, de ese padre de los pobres que fue Antonio Ablas hijo” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Nasce a TFP, in “Folha de São Paulo”, 22 de febrero de 1969). Sobre José Gustavo de Souza Queiroz, cfr. ID., “Bem-aventurados os puros, porque verão a Deus”, in “O Legionário”, Nº 710, 17 de marzo de 1946.

94 El 6 de febrero de 1944 Plinio Corrêa de Oliveira publicó y comentó en “O Legionário” el texto integral de la Carta enviada por Maritain al cotidiano brasileño “O Diário” para responder a las críticas del padre Arlindo Vieira, aparecidas el 31 de octubre de 1943 en el mismo “O Legionário” (Cfr. Os “direitos humanos” e o Legionário, “O Legionário”, Núms. 600 y 601, del 6 y 13 de febrero de 1944). Cfr. también ID., Desfazendo explorações maritainistas, “Catolicismo”, Nº 42, junio de 1954, pp. 5-6; ID., A comunidade dos Estados segundo as normas de Pio XII, in “Catolicismo”, Nº 43, julio de 1954; ID., Tolerar o mal em vista de um bem superior e mais vasto, “Catolicismo”, Nº 44, agosto de 1954.

95 En Río de Janeiro “la principal figura contra Maritain fue el culto e intrépido jesuita Arlindo Vieira” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A Igreja ante a escalada da ameaça comunista, cit., p. 45). El padre Arlindo Vieira S. J. nació en Capão Bonito, en el Estado de São Paulo, el 19 de julio de 1897. Habiendo ingresado en la Compañía de Jesús, completó sus estudios en Europa, en Roma y en Paray-le-Monial, antes de regresar al Brasil donde se dedicó a la enseñanza y más tarde a las misiones populares, viajando por los lugares más pobres y abandonados del inmenso país. Celebró su última misa en Diego Vasconcelos, en la fiesta del patrono de la ciudad, en 1963. Después de haber distribuido la Comunión se desmayó sobre el altar, donde expiró produciendo una gran emoción en los presentes y dejando una fama de santidad que continúa rodeando su memoria. “Sus semanas eucarísticas van a ser una renovación espiritual de las parroquias. Los Vicarios disputan su presencia. No pocos obispos del interior de Minas Gerais, de São Paulo, del Estado de Río de Janeiro recurren a sus buenos servicios. Sabe cautivar el corazón del pueblo con su bondad. Su elocuencia arrebata. Parece que su palabra trae un verdadero mensaje sobrenatural” (A. MAIA S.J., Crónica dos Jesuítas do Brasil centro-leste, Ediciones Loyola, São Paulo, p. 212). Sobre el padre Vieira, cfr. FRANCISCO LEME LOPES S.J., A mensagem espiritual do P. Arlindo Vieira S. J., constante evocação, “Verbum”, Nº 27, 1970, pp. 403-419.

96 En septiembre de 1950 la revista franciscana “Vozes” de Petrópolis publicó un artículo de José de Azeredo Santos, O rolo compressor totalitário e a responsabilidade dos católicos [“La aplanadora totalitaria y la responsabilidad de los católicos”], en el que se criticaban las doctrinas de Maritain defendidas por Tristão de Athayde. En su número de diciembre, la “Revista Eclesiástica Brasileira” reprodujo el artículo, explicando en nota que se trataba de cuestiones importantes y oportunas, examinadas con agudeza y buen sentido. Pero en el mes de marzo siguiente, fue obligada a publicar una nota del cardenal Vasconcelos Motta que no escondía su reprobación por el artículo de Azeredo Santos.

97 El padre Walter Mariaux, nacido en Ülzen, Alemania, el 21 de diciembre de 1894, ingresó en 1913 en la Compañía de Jesús y en 1926 fue ordenado sacerdote, comenzando a desarrollar su apostolado junto a las Congregaciones Marianas de Colonia (1929) y Münster (1933). A comienzos de 1935 fue transferido a Roma, al Secretariado Central de las Congregaciones Marianas. Su lucha abierta contra el nacional socialismo hizo imposible su retorno a Alemania. Así, en 1940 el P. Mariaux fue destinado a desarrollar el apostolado mariano en el Brasil, donde en ese mismo año conoció y se vinculó al grupo de “O Legionário”. Volvió a Alemania en 1949. Estuvo primero en Hannover y después en Munich, donde desde 1953 dirigió el Paulus-Kreis, la célebre congregación Maior Latina y el Secretariado nacional de las Congregaciones Marianas. La revista “Die Sendung” fue la expresión de su apostolado seglar. Falleció en Munich el 30 de abril de 1963. El padre Mariaux publicó, bajo el seudónimo Testis Fidelis, El cristianismo en el Tercer Reich, (La Verdad, Buenos Aires 1941), documentado e implacable análisis del anticristianismo nacional socialista. Sobre el padre Mariaux cfr. WALTER FINCKE, P. Dr. Walter Mariaux S.J., in “Sendung”, Nº 16 (1963), pp. 97-108; MAX VON GUMPPENBERG S.J., Ein Leben im Dienste der Kongregation, in “Korrispondenz”, Nº 13 (1963), pp. 177-181; HÉJA GYULA S.J., Father Walter Mariaux S.J., (1894-1963), in “Acies Ordinata”, Núms. 31-32 (1962-1963), pp. 390-395.

98 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Em Itaici, in “O Legionário”, Nº 609, 9 de abril de 1944.

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