Cap. IV, 14. La fuerza propulsora de la Contra-Revolución

blank

 

Si la más potente fuerza propulsora de la Revolución es el dinamismo de las pasiones humanas, desencadenadas por un odio metafísico contra Dios, contra la Verdad y contra el Bien, existe simétricamente una dinámica contra-revolucionaria, que es el empeño en regular las pasiones, subordinándolas a la voluntad y a la razón. La fuerza propulsora de la Contra-Revolución está en el vigor de alma que le viene al hombre por el hecho de que Dios gobierna en él la razón, la razón domina la voluntad, y ésta domina la sensibilidad. Él es siervo de Dios pero, justamente por eso, señor de sí mismo.
Tal vigor de alma no puede ser concebido sin tomar en consideración la vida sobrenatural, que eleva al hombre por encima de las miserias de la naturaleza caída. En esa fuerza de alma está, para Plinio Corrêa de Oliveira, el dinamismo más profundo de la Contra-Revolución.
“Se puede preguntar de qué valor es ese dinamismo. Respondemos que, en tesis, es incalculable y ciertamente superior al de la Revolución: «Omnia possum in eo qui me confortat» (Filip. 4, 13).
“Cuando los hombres resuelven cooperar con la gracia de Dios, entonces se operan las maravillas de la Historia: es la conversión del Imperio Romano, es la formación dela Edad Media, es la reconquista de España a partir de Covadonga, son todos esos acontecimientos que se dan como fruto de las grandes resurrecciones de alma de que los pueblos son también susceptibles. Resurrecciones invencibles, porque no hay nada que derrote a un pueblo virtuoso y que verdaderamente ame a Dios” 118.

 

Nota:

118 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Revolución y Contra-Revolución, cit., p. 112. En la misma línea, ver R. DE MATTEI, La vita interiore, fondamento della Contro-Rivoluzione, in “Lepanto”, Nº 132-133, julioagosto de 1993.

Adelante

Índice

Contato