Nobleza y élites tradicionales análogas 146, publicado en 1992 (**), puede ser considerada la continuación ideal y el desarrollo de Revolución y Contra-Revolución, a la cual Plinio Corrêa de Oliveira había añadido en 1976 una Tercera Parte, titulada Revolución y Contra-Revolución veinte años después 147. En ella describía la aparición, como sucesora de la Revolución comunista, de una IV Revolución menos ideológica y más tendenciosa, que tiene por objeto extinguir los viejos modelos de reflexión, volición y sensibilidad, para alcanzar más rápidamente la meta última de la Revolución: imponer, sobre las ruinas de la Civilización Cristiana, una sociedad “tribal” y anárquica, sometida al Príncipe de las Tinieblas.
El retorno al modelo humano representado por las “élites tradicionales” puede constituir, según expone en su última obra el pensador brasileño, el principal antídoto a esta extrema declinación de la sociedad. En efecto, la Revolución de la Sorbona, en 1968, constituyó una explosión de alcance universal, que aceleró el proceso de proletarización de la sociedad. El impulso hacia el continuo perfeccionamiento, que caracterizó la Edad Media y los siglos siguientes, podría hoy revivir si la nobleza reencontrase el sentido de la propia misión histórica.
“Si el noble del siglo XX se mantiene consciente de esta misión y, animado por la fe y por el amor a una tradición bien entendida, todo hiciera para cumplirla, alcanzará una victoria de grandeza no menor que la conseguida por sus antepasados cuando contuvieron a los bárbaros, repelieron al Islam hacia el otro lado del Mediterráneo y, bajo el comando de Godofredo de Bouillon, derribaron las puertas de Jerusalén” 148.
En la conclusión de su último libro, Plinio Corrêa de Oliveira así describe el funesto desenlace del largo proceso revolucionario:
“Pese a haber encontrado en su camino innumerables obstáculos, tal ha sido —a partir de la confluencia histórica en que la Edad Media declina y muere, el Renacimiento surge en medio de sus alegres triunfos iniciales, la revolución religiosa del Protestantismo comienza a fomentar y a preparar de lejos la Revolución Francesa, y de muy lejos la Rusa de 1917…— el carácter inexorable de la marcha victoriosa de dicho proceso, que se diría invencible la fuerza que lo ha movido y definitivos los resultados alcanzados por él.
“«Definitivos» parecerán, efectivamente, esos resultados si no se hace un análisis atento de la índole de ese proceso.
“A primera vista, parece eminentemente constructivo, pues levantó sucesivamente tres edificios: la seudo-Reforma protestante, la república liberal-democrática y la república socialista soviética.
“Sin embargo, su verdadera índole es esencialmente destructiva: él es la destrucción; él derribó la tambaleante Edad Media, al desvaído Antiguo Régimen, el apopléjico mundo burgués, frenético y perturbado; bajo su presión se encuentra en ruinas la ex URSS, siniestra, misteriosa, podrida como una fruta que ha caído hace tiempo del árbol.
“Hic et nunc, ¿no es verdad que son ruinas los mojones que señalan efectivamente la trayectoria de ese proceso? Y, de la más reciente de esas ruinas, ¿qué está resultando para el Mundo sino la exhalación de una confusión general que promete a cada momento catástrofes inminentes, contradictorias entre sí, que se desvanecen en el aire en el momento en que están por precipitarse sobre los mortales y, al hacerlo, generan la perspectiva de nuevas catástrofes, aún más inminentes, aún más contradictorias? ¿Las cuales quizá se desvanecerán, a su vez, para dar origen a nuevos monstruos, o quizá se transformarán en realidades atroces, como la migración de hordas enteras de eslavos del Este hacia el Oeste, o la de hordas mahometanas avanzando del Sur hacia el Norte?
“¿Quién puede saberlo? ¿Quién sabe si esto ocurrirá? ¿Quién sabe si ocurrirá sólo (!) esto? ¿Si no será algo más y peor que esto?
“El cuadro es, sin duda, desalentador para todos los hombres que no tienen Fe; por el contrario, para quienes la tienen, desde el fondo de este horizonte suciamente confuso y torvo una voz, capaz de suscitar la más alentadora confianza, se hace oír: «Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará»” 149.
Notas:
146 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Nobleza y élites tradicionales análogas…, cit. El libro fue traducido al italiano, español, inglés y francés, y recibió el aplauso de varias personalidades, entre las cuales cuatro cardenales: Mario Luigi Ciappi, Silvio Oddi, Alfons Maria Stickler y Bernardino Echeverría; y dos conocidos teólogos, los Padres Raimondo Spiazzi y Victorino Rodríguez.
(**) N. del E.: En octubre de 2008 fue publicada la primera edición alemana de dicha obra.
147 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Rivoluzione e Contro-Rivoluzione vent’anni dopo, en Rivoluzione e Contro-Rivoluzione, cit., pp. 59-74. Cfr. también la edición especial de “Catolicismo”, Nº 500 (1992), con una actualización a la III Parte hecha por el propio Prof. Corrêa de Oliveira.
148 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Nobleza y élites tradicionales análogas, cit., p. 138.
149 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Nobleza y élites tradicionales análogas, cit., p. 154.