En septiembre de 1970 el marxista Salvador Allende ascendió al poder en Chile, gracias también a la colaboración y a la complicidad de la Democracia Cristiana y de amplios sectores del clero. Lo que estaba sucediendo en Chile tenía un significado que trascendía las fronteras de aquel país y constituía un precedente de importancia mundial. Ya en 1967 el joven dirigente de la TFP brasileña, Fabio Vidigal Xavier da Silveira (1935-1971), en un libro titulado Frei, el Kerensky chileno 62, había denunciado el papel desempeñado por el líder de la DC, Eduardo Frei Montalva 63, y por sus seguidores, en la comunización de Chile. Sobre el mismo asunto Plinio Corrêa de Oliveira publicó una serie de importantes artículos en la “Folha de S. Paulo”; y en 1973 la TFP chilena difundió un manifiesto que desarrollaba una idea central: el comunismo no habría tomado el poder en Chile si la opinión pública católica no hubiese sido ideológicamente intoxicada y desorientada.
En 1976, la TFP chilena publicó un resonante libro en el que denunciaba la colaboración de una gran parte del episcopado y del clero chileno con el experimento marxista de Salvador Allende. En el Brasil fue preparado un resumen del mismo, bajo el título La Iglesia ante la escalada de la amenaza comunista. Llamado a los obispos silenciosos 64, al que se añadió una primera parte redactada por el propio Plinio Corrêa de Oliveira, en que analizaba las posiciones asumidas por influyentes figuras de la Jerarquía eclesiástica brasileña a favor del comunismo. La obra mostraba cómo la infiltración comunista en los ambientes católicos se había iniciado 40 años antes. Uno de los muchos síntomas de esa dramática situación eran las poesías escandalosamente pro-comunistas de Mons. Pedro Casaldáliga, obispo de San Félix de Araguaia. El libro concluía con un vehemente apelo a los “obispos silenciosos”, para que salieran de su circunspección y tomaran la palabra. “En las manos de los Silenciosos —escribía el Profesor Corrêa de Oliveira— puso Dios todos los medios que aun pueden remediar la situación: son ellos numerosos, disponen de posiciones, de prestigio y de cargos” 65.
Una vez más el silencio fue la única, pero elocuente respuesta 66.
Hacia fines de los años ’70 la atmósfera política en Brasil cambió profundamente como consecuencia de la gradual liberalización del régimen, la llamada “Apertura Política” 67. Dicho proceso se inició bajo el gobierno del presidente Ernesto Geisel y llegó a su fin en el del general João Batista Figueiredo. En esta fase, la izquierda católica renovó su tentativa de conquistar la sociedad bajo el liderazgo de nuevas figuras, entre las cuales el cardenal-arzobispo de São Paulo, Mons. Paulo Evaristo Arns 68 y el cardenal-arzobispo de Fortaleza, Mons. Aloísio Lorscheider 69.
Notas:
62 FABIO VIDIGAL XAVIER DA SILVEIRA, Frei, o Kerensky chileno, Editora Vera Cruz, São Paulo, 1967.
63 Eduardo Frei Montalva (1914-1982), que fuera en París discípulo de Maritain, intentó colocar en práctica la utopía política demócrata cristiana en Chile a través de su “Revolución en libertad”, que tenía como uno de sus pilares a la “reforma agraria” (cfr. PIERRE LETAMENDIA, Eduardo Frei, Beauchesne, París, 1989; FABIO V. XAVIER DA SILVEIRA, Frei, o Kerenski chileno, cit.).
64 Cfr. PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, A Igreja ante a escalada da ameaça comunista. Apelo aos Bispos Silenciosos, Editora Vera Cruz, São Paulo, 1976. Publicado en junio de 1976, el libro tuvo cuatro ediciones totalizando 51.000 ejemplares.
65 Ibid., p. 86.
66 En ese mismo período, el periodista italiano Rocco Morabito, corresponsal de “O Estado de S. Paulo” en Roma, informaba en un artículo que: “era posible econtrar, sobre las mesas de trabajo del Vaticano, algunos ejemplares del libro de Plinio Corrêa de Oliveira” (“O Estado de S. Paulo”, 8 de Abril de 1977).
67 El presidente Geisel revocó el Acto Institucional Nº 5 (AI-5), por él mismo promulgado, que garantizaba a los militares el control del Parlamento, abolió la pena de muerte y la censura de la radio y la televisión, y permitió el retorno de algunos exiliados políticos. Un lúcido análisis de los factores que influenciaron en el proceso de Apertura Política fue presentado por Plinio Corrêa de Oliveira en Soy católico: ¿puedo ser contrario a la Reforma Agraria?, cit., pp. 47-55. El presidente Figueiredo promulgó sucesivamente la amnistía por los crímenes políticos y una ley sobre la reorganización de los Partidos.
68 El Cardenal Paulo Evaristo Arns, franciscano, fue nombrado por Paulo VI Arzobispo de São Paulo el 22 de octubre de 1970 y Cardenal el 2 de febrero de 1973. En mayo de ese mismo año vendió el palacio episcopal de São Paulo, pasando a residir en una casa común en el barrio de Sumaré. Desde el comienzo de su episcopado hizo de la “reforma agraria” y de la campaña sobre los derechos humanos su bandera. Consideró “inevitable” la legalización del Partido Comunista brasileño y favoreció la creación del Partido de los Trabajadores (PT) que reunía los exponentes del sindicalismo de izquierda. Nunca dejó de apoyar a los teólogos más progresistas de Brasil y de América Latina. Después de la publicación, el 30 de octubre de 1975, de la Declaración de Itaicí, documento episcopal de tono aberrantemente filo-comunista, la TFP hizo publicar en la prensa el mensaje No se engañe, Eminencia, en el cual el Profesor Plinio Corrêa de Oliveira así se dirigía al Arzobispo de São Paulo: “No se engañe, sin embargo, Eminencia. Nuestro pueblo sigue llenando las iglesias y frecuentando los Sacramentos”; pero “Actitudes como la de los firmantes del documento de Itaicí van abriendo un foso cada vez mayor, no entre la Religión y el pueblo, sino entre el Episcopado paulista y el pueblo. La Jerarquía Eclesiástica, en la propia medida en que se omite en el combate a la subversión comunista, se va aislando en el contexto nacional” (in “Catolicismo”, Nº 299-300, noviembre-diciembre de 1975).
69 Mons. Aloisio Lorscheider, franciscano, fue Secretario General (1968-1971) y después Presidente (1971-1979) de la CNBB. Nombrado por Paulo VI Arzobispo de Fortaleza (1973) y Cardenal (1976), acumuló desde 1975 la presidencia del CELAM y de la CNBB.
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