A fines de la década del 70, el radio de acción de las TFPs ya se había extendido a toda América Latina, desde donde se propagaba de manera cada vez más señalada a los Estados Unidos y a Europa. Las asociaciones inspiradas en el pensamiento de Plinio Corrêa de Oliveira desempeñaron un papel preeminente en contrarrestar la guerra psicológica conducida por el comunismo en todos los continentes, y contraponerle la integridad de la doctrina católica.
En diciembre de 1981, mientras los medios de comunicación de todo el mundo ensalzaban al recién electo presidente francés François Mitterrand, las TFPs entonces existentes en trece países dirigían a las naciones occidentales un Mensaje de Plinio Corrêa de Oliveira, titulado El socialismo autogestionario frente al comunismo: ¿barrera o cabeza de puente? 85. El pensador brasileño, examinando el programa de Mitterrand a la luz de Revolución y Contra-Revolución, mostraba cómo entre la Revolución Francesa y el socialismo autogestionario existía “toda una genealogía de revoluciones: 1848, 1871 y la Sorbona-1968” 86.
El autor del Mensaje demostraba que el programa autogestionario tenía por objeto disgregar la sociedad en corpúsculos autónomos, a través de una transformación no sólo de las empresas industriales, comerciales, rurales, sino también de la familia, de la escuela, de toda la vida social, perturbando a fondo la vida privada de cada individuo.
Los temas de fondo tratados por Plinio Corrêa de Oliveira no tenían, evidentemente, alcance restringido a Francia 87. La meta de ese gran lance era abrir los ojos a la opinión pública internacional. El Mensaje concluía con un magnífico texto de San Pío X, augurando a Francia que volverá a resplandecer como la hija primogénita de la Iglesia.
Es difícil medir, por su amplitud, los efectos de esta histórica denuncia difundida en todo el mundo. Lo cierto es que desde entonces el programa de Mitterrand sufrió un rápido deterioro de popularidad, y el presidente francés fue obligado a renunciar, por lo menos en parte, a las reformas que constaban en su proyecto original.
Entre el neosocialismo de Mitterrand y la Perestroika lanzada por Gorbachov 88, en 1985, existe una continuidad histórica e ideológica. En ambos casos se asiste a una tentativa del marxismo de desvincularse del estatismo, para acelerar la marcha hacia la sociedad de tipo autogestionario, tal como Plinio Corrêa de Oliveira la describe en el apéndice a la Parte III de Revolución y Contra-Revolución.
La acción de Plinio Corrêa de Oliveira abarcó los grandes acontecimientos mundiales del siglo XX. Arriba: una delegación de la TFP frente a las murallas del Kremlin, donde aún ondea la bandera comunista, en 1990, cuando se entregó a Gorbachov una petición firmada por cinco millones de personas a favor de la independencia de Lituania.
La nueva etapa del proceso revolucionario tuvo su primer y espectacular lance el 9 de noviembre de 1989 con la caída del muro de Berlín. Mientras Polonia, Alemania Oriental, Checoslovaquia y Hungría se separaban del bloque soviético, Plinio Corrêa de Oliveira promovió una colecta de firmas a favor de la independencia de Lituania, abandonada a su destino por Occidente. Con 5.218.000 firmas recolectadas en menos de tres meses, la campaña “Pro Lituania libre” entró en el Libro Guiness de Récords como la mayor colecta de firmas de la historia. La entrega de los microfilms de las firmas se efectuó con gran solemnidad en la sede del Parlamento Lituano el 4 de diciembre de 1990 89. El 27 de agosto de 1991 la independencia de Lituania fue finalmente reconocida por los Estados occidentales y, el 6 de septiembre siguiente, por la misma Unión Soviética. Lo mismo sucedió poco después con los otros Países Bálticos.
El derrumbe de la Cortina de Hierro y los sucesos en el Este europeo levantaban nuevos interrogantes sobre el futuro desarrollo de la Perestroika, pero ofrecían la confirmación, trágicamente evidente, del fracaso de la utopía comunista 90. En un manifiesto titulado Comunismo y anticomunismo en el umbral de la última década de este milenio, publicado en más de 50 de los mayores periódicos del mundo en los primeros días de marzo de 1990, el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira, con su habitual agudeza, observaba:
“Toda esta actual movida del mapa europeo se reviste aquí y allá de circunstancias y significados diversos. Pero sobre todos ellos pende un significado general que los engloba y penetra, como un gran impulso común: es el Descontento. (…) Escribimos esta palabra con “D” mayúscula, porque es un descontento hacia el cual convergen todos los descontentos regionales y nacionales, los económicos y los culturales, durante muchas y muchas décadas acumulados en el mundo soviético, bajo la forma de una apatía indolente y trágica, de quien no concuerda con nada, pero está físicamente impedido de hablar, de moverse, de levantarse, en suma, de manifestar una desacuerdo eficaz. (…) Si el Descontento en el mundo soviético se desarrolla de este modo sin encontrar obstáculos de mayor envergadura, el observador político no necesitaría ser muy perspicaz para percibir el punto final adonde llegará: el abatimiento del poder soviético en todo su inmenso imperio, hasta ayer rodeado por la Cortina de Hierro, y la exhalación, desde el fondo de las ruinas que así se amontonan, de un único, inmenso, atronador grito de indignación de los pueblos esclavizados y oprimidos” 91.
Dos años más tarde, el 14 de mayo de 1992, en una entrevista al “Diario Las Américas” de Miami, Plinio Corrêa de Oliveira afirmaba:
“Tal vez no esté lejos el día en que la autenticidad discutible de la retracción del comunismo revele que ésta no fue sino una metamorfosis, y que de la larva descompuesta sale volando la «linda» mariposa de la autogestión… Autogestión que todos los teóricos y líderes máximos del comunismo, desde Marx y Engels hasta Gorbachev, siempre presentaron como la versión extrema y cabal del comunismo, la quintaesencia de éste. (…) El comunismo, aparentemente derrotado, se habría así diseminado por todo el mundo. En este punto, sí, se confirmarían las profecías de Fátima, que advierten: ¡si los hombres no se enmiendan, Rusia esparcirá sus errores por el mundo!” 92
Notas:
85 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, O socialismo autogestionário em vista do comunismo: barreira ou cabeça-de-ponte? El mensaje, inicialmente publicado el 9 de diciembre de 1981 en el “Washington Post” y el “Frankfurter Allgemeine Zeitung”, fue sucesivamente estampado en nada menos que 187 periódicos y revistas de 54 países, en 14 idiomas, con un total de 34.767.900 ejemplares. Cfr. también PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Autogestion socialiste: les têtes tombent à l’entreprise, à la maison, à l’école, Tradition, Famille, Propriété, París, 1983.
86 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Autogestão, dedo e fuxico, in “Folha de S. Paulo”, 11 de diciembre de 1981.
87 Otro hombre símbolo del socialismo fue, en la España de comienzos de los años 80, Felipe González. La TFP española hizo oír su voz de alerta por medio del libro España, anestesiada sin percibirlo, amordazada sin quererlo, extraviada sin saberlo. La obra del PSOE, Editorial Fernando III el Santo, Madrid, 1988.
88 Sobre la “liberalización” de la Glasnost (1985) y de la Perestroika (1986) —tal vez la mayor maniobra propagandística de la historia del comunismo— cfr. las observaciones y críticas de FRANÇOISE THOM, Le moment Gorbatchev, Hachette, París, 1989; MARIO FURLAN, I volti di Gorbaciov, Greco Editori, Milán, 1990; HUBERT BASSOT, Du nouveau à l’Est? Niet, Pierre Téqui, París, 1993; HANS HUYN, Tromperie sur les étiquettes, Documentation Chrétienne, Lausana, 1993.
89 Una delegación compuesta de once miembros de diversas TFPs encabezada por el Dr. Caio Vidigal Xavier da Silveira, director del Bureau-TFP de París, hizo entrega personalmente del monumental conjunto de firmas al Presidente lituano Vytautas Landsbergis, en Vilna, el 4 de diciembre de 1990.
90 “La fuerza del comunismo reside en su capacidad ilimitada de destrucción y su flaqueza en la incapacidad de construir y de crear (…). Si el comunismo puede ser definido como un movimiento que en su primera fase destruye todo, excepto a sí mismo, y en la segunda fase paraliza la sociedad, creo que en su tercera fase comenzará su autodemolición” (CARLOS FRANQUI, From Paralysis to Selfdestruction, in Debates on the future of Communism, bajo la dirección de VLADIMIR TISMANEANU y JUDITH SHAPIRO, Macmillan, Londres, 1991, p. 19).
91 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Comunismo e anticomunismo na orla da última década deste milénio, publicado en la “Folha de S. Paulo” del 14 de febrero de 1990, después en el “Corriere della Sera” de Milán, el 7 de marzo de 1990, y en otros 50 grandes diarios del mundo libre entre febrero y marzo de 1990. En ese mismo mes el Dr. Plinio se indagaba: “Pregunto, en efecto: Gorbachev, más la perestroika, más el desplomamiento de la «Cortina de Hierro», más la visita del jefe ruso a Juan Pablo II, y más el encuentro Gorbachev-Bush en las gloriosas aguas de Malta, donde otrora se reflejaban las naves de los Cruzados, ¿todo esto no constituye una colosal maniobra para envolver al mundo entero en las redes de una política convergencialista y autogestionaria, que deje a todos los pueblos a dos pasos del comunismo?” (PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Um comentário atual, uma antiga previsão, in “Folha de S. Paulo”, 9 de febrero de 1992).
92 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, entrevista al “Diario Las Américas”, 14 de mayo de 1992. “Gorbachev —afirmó en otra entrevista— no fue el liquidador del régimen comunista, sino quien lo libró de ese absceso que era el estalinismo” (entrevista al diario “Expreso” de Guayaquil, Ecuador, 31 de mayo de 1992).
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