Cap. VII, 3. San Luis María Grignion de Montfort y el Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen

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San Luis María Grignon de Montfort nació en Bretaña el 31 de enero de 1673 y murió en Saint-Laurent-sur-Sèvre, en la Vandea, extenuado por las fatigas del apostolado, el 28 de abril de 1716 21. Su vida, como ha sido observado 22, se encaja casi exactamente dentro de los límites cronológicos (16801715) del período tratado por Paul Hazard en su obra —considerada hoy a justo título clásica— sobre la crisis de la conciencia europea 23. San Luis de Montfort fue beatificado por León XIII el 22 de enero de 1888 y proclamado santo por Pío XII el 20 de julio de 1947. Él fue, afirmó Pío XII, “el apóstol por excelencia del Poitou, de la Bretaña y de la Vandea” 24; los vandeanos que se alzaron en armas contra la impiedad revolucionaria eran los descendientes de los campesinos que el gran Santo, con sus misiones populares, había preservado de los gérmenes de la Revolución, a tal punto que, como afirma el mismo Pontífice, se ha podido escribir sin exagerar “que la Vandea de 1793 había sido la obra de sus manos” 25.
“El gran medio de todo su ministerio apostólico, su gran secreto para atraer las almas y darlas a Jesús, es la devoción a María” 26. Nuestra Señora, en cuanto Medianera entre Jesucristo y los hombres, fue el objeto de la ardiente meditación de San Luis de Montfort. En torno a la Mediación universal de María el Santo francés, según Plinio Corrêa de Oliveira, “construyó toda una mariología que es el mayor monumento de todos los siglos a la Virgen Madre de Dios” 27.
El encuentro entre Plinio Corrêa de Oliveira y San Luis María de Montfort fue en cierto sentido inevitable. En efecto, la devoción a Nuestra Señora representó un fundamento de la espiritualidad del Dr. Plinio, que desde niño la aprendió a través del ejemplo de su madre, y comenzó a admirar sobre todo un aspecto, el de la maternidad divina 28. La Santísima Virgen —escribía el pensador brasileño— representa “la quintaesencia inefable, la síntesis amplísima de todas las madres que han existido, que existen y que existirán. De todas las virtudes maternas que la inteligencia y el corazón del hombre puedan conocer. Más aún, de aquellos grados de virtud que sólo los Santos saben descubrir, y a los cuales sólo ellos saben aproximarse, volando con las alas de la gracia y del heroísmo. Es la madre de todos los hijos y de todas las madres. Es la madre de todos los hombres. Es la madre del Hombre. Sí, del Hombre-Dios, del Dios que se ha hecho Hombre en el seno virginal de esta Madre, para rescatar a todos los hombres. Es una Madre que se define con una palabra: el mar, que a su vez da origen a un nombre. Nombre que es un cielo: es María” 29.

 

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Cuadro milagroso de Nuestra Señora del Buen Consejo, venerado en la capilla del Colegio São Luis, en la capital de San Pablo

Plinio Corrêa de Oliveira, que fue congregado mariano y terciario carmelita, durante toda su vida conoció, practicó y propagó las principales devociones a Nuestra Señora: rezaba cotidianamente el Santo Rosario, el Angelus, el Pequeño Oficio de la Inmaculada Concepción; usó el Escapulario del Carmen y llevó siempre consigo la Medalla Milagrosa revelada a Santa Catalina Labouré; pero entre todas las devociones, consideró más perfecta la consagración monfortiana, conocida como “esclavitud de amor” a la Santísima Virgen.
Afirma el P. Antonio Royo Marín que ninguna devoción mariana puede compararse a la que propone San Luis María en el Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen 30. Es el libro por excelencia, que encierra una “sublime doctrina” 31. “Este pequeño tratado —escribe a su vez el P. Garrigou-Lagrange— es un tesoro para la Iglesia, junto con el resumen que el Bienaventurado hizo para una religiosa con el título «El Secreto de María»” 32. “Se puede decir —según el P. de Finance— que con él, la idea de Consagración ha alcanzado su perfecta expresión” 33.
Entre los innumerables testimonios al respecto, es significativo el del propio Juan Pablo II, que ha descrito así el papel del Tratado en su formación espiritual:
“La lectura de aquel libro ha marcado en mi vida una giro decisivo. He dicho un giro, si bien se trata de un largo camino interior que coincidió con mi preparación clandestina para el sacerdocio. Fue justamente entonces que me llegó a las manos este singular tratado, uno de esos libros que no basta «haber leído». Recuerdo haberlo llevado conmigo por mucho tiempo, hasta en la fábrica de soda cáustica, tanto que su linda tapa estaba manchada de cal. Releía continuamente y uno tras otro, ciertos pasajes. Pronto me di cuenta que, más allá de la forma barroca del libro, se trataba de algo fundamental. De ahí resultó que la devoción de mi infancia y también de mi adolescencia hacia la Madre de Cristo fue sustituida por una nueva actitud, una devoción venida de lo más profundo de mi fe, como desde el mismo corazón de la realidad trinitaria y cristológica” 34.
Plinio Corrêa de Oliveira “descubrió” el Tratado y se consagró a Nuestra Señora a los veintidós años, después de haber hecho una novena a Santa Teresita del Niño Jesús para pedir un progreso en la vida espiritual. Su vida y su obra pueden ser consideradas como una meditación continua sobre la obra de San Luis María Grignión de Montfort.
“Si hay una obra en la cual se percibe aquella «luz intelectual plena de amor» de la cual habla Dante, es la de Grignion de Montfort” 35.
“Pienso no equivocarme afirmando que, en esencia, el «Tratado» no es sino la exposición de dos grandes verdades enseñadas por la Iglesia, de las cuales él saca todas las consecuencias necesarias, y a cuya luz examina toda la vida espiritual. Estas dos verdades son la maternidad espiritual de Nuestra Señora con relación al género humano y la mediación universal de María Santísima” 36.
Fue del Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen que nació Revolución y Contra-Revolución, del cual el mismo autor ha enunciado los principales puntos de enlace con la obra maestra montfortiana 37.

 

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En vísperas de la canonización de San Luis de Montfort, cuando la combustión nuclear había consumido Nagasaki e Hiroshima, Plinio Corrêa de Oliveira realzaba el nexo profundo de este episodio con la difusión de la “Verdadera Devoción” en el mundo:
“Hace dos siglos que la bomba atómica del Catolicismo está lista. Cuando ella explote de hecho, se comprenderá en toda su plenitud la frase de la Escritura: Non est qui se abscondat a calore eius (No hay quien se esconda a su calor). Esta bomba tiene un nombre muy dulce. Se llama «Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen». Un librito de poco más de cien páginas. En él cada palabra, cada letra es un tesoro. Este es el libro de los tiempos nuevos que han de venir. (…) Y, lo repetimos, es esta la «Verdadera Devoción», la bomba atómica que, no para matar sino para resucitar, Dios puso en las manos de la Iglesia en previsión de las amarguras de nuestro siglo” 38.
El pensador brasileño siempre resaltó el carácter profético de San Luis María Grignion de Montfort y su actualidad de su doctrina en el siglo XX: “Si alguien me pidiese que le indique un apóstol-modelo para nuestros tiempos, respondería sin vacilación, citando el nombre de un misionero… ¡fallecido hace precisamente 239 años!” 39.
San Luis María —agrega— es actual, como actualísimo sería hoy el profeta Elías, en el sentido de ser el hombre más adaptado y adecuado para nuestros tiempos.
“Adaptado, en el sentido de ser «apto» para hacerle bien. Adecuado, también, en el sentido de disponer de los medios adecuados para corregirlo. Y, por lo tanto, modernísimo. Pues ser moderno, en efecto, no es necesariamente parecerse con los tiempos, y muchas veces hasta es precisamente lo contrario. Pero, para un apóstol, ser moderno significa estar en condiciones de hacer el bien en el siglo en que se vive…” 40.

 

Notas:

21 Entre las numerosas biografías de San Luis María Grignion de Montfort, las más antiguas continúan siendo las mejores. Cfr. en particular la de P.-J. PICOT DE CLORIVIÈRE, La vie de M. Louis-Marie Grignion de Montfort, París-St. Malo-Rennes, 1785. Las obras principales del Santo son: El Amor de la Sabiduría Eterna (1703-1704), las Cartas (1694-1716), los Cánticos (1700-1716), el Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen María y El Secreto de María (1712), El Secreto Admirable del Santísimo Rosario (1712), la Súplica Ardiente para obtener Misioneros (1713), la Carta Circular a los Amigos de la Cruz (1714), las Reglas de las Hijas de la Sabiduría. Consideran a Montfort como su fundador o inspirador las Hijas de la Sabiduría, los Misioneros de la Compañía de María, los Hermanos de la Instrucción Cristiana de San Gabriel. El 8 de junio de 1981 los Superiores generales de estas familias religiosas dirigieron un llamado a Juan Pablo II a fin de que San Luis Grignion sea declarado Doctor de la Iglesia, “en consideración por su gran santidad, por la eminencia de su doctrina y por la notable influencia que sigue ejerciendo en la Iglesia universal” (Carta personal al Santo Padre).

22 MARCO TANGHERONI, Introduzione a S. Luigi Maria Grignion di Montfort, Il segretto ammirabile del Santo Rosario, tr. it. Ed. Cantagalli, Siena, 1975, pp. 7-8.

23 P. HAZARD, La crise de la conscience européene, cit.

24 PÍO XII, Homilía para la canonización de San Luis María Grignion de Montfort, 21 de julio de 1947, in DR, vol. IX, pp. 177-183.

25 Ibid., p. 178.

26 Ibid., p. 182.

27 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Prólogo a la 1ª edición argentina de Revolución y Contra-Revolución, Ed. Tradición, Familia, Propiedad, Buenos Aires, 1970, p. 16.

28 Sobre la maternidad divina de María, solemnemente proclamada en Éfeso en el año 431, cfr. J. COLLANTES S.J., La fede nella Chiesa cattolica, cit., pp. 298-301.

29 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, O serviço, uma alegria, in “Folha de S. Paulo”, 13 de setiembre de 1980.

30 ANTONIO ROYO MARÍN O.P., La Virgen María, BAC, Madrid, 1968, p. 367.

31 Ibid., p. 393.

32 R. GARRIGOU-LAGRANGE O.P., Vita Spirituale, Città Nova, Roma, 1965, p. 254.

33 JOSEPH DE FINANCE, S.J., Consécration, in DSp, vol. II, 2 (1953), col. 1583 (cols. 1576-1583); cfr. también JEAN WEEGER ANDRÉ DERVILLE, Esclave (spiritualité de l’), in DSp, vol. IV, 1 (1960), cols. 1067-1080; H. M. GEBHARD, La dévotion du Saint Esclavage du point de vue dogmatique, J. Poncet, Lyon, 1967.

34 Juan Pablo II, N’ayez pas peur!, conversación con ANDRÉ FROSSARD, Ed. Robert Laffont, París, 1982, pp. 184-185. El P. ERNESTO MURA, in Il corpo mistico di Cristo (Ed. Paulinas, Alba, 1949, vol. II, pp. 131-133, 167-173) recuerda la influencia del Tratado sobre San Pío X y sobre su Encíclica Ad diem illum, del 2 de febrero de 1904.

35 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Grignion de Montfort, in “O Legionário”, Nº 376, 26 de noviembre de 1939.

36 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Grignion de Montfort, in “O Legionário”, Nº 378, 10 de diciembre de 1939.

37 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Grignion de Montfort, artículos cits.; ID., Pro Maria fiant maxima, in “O Legionário” Nº 379, 17 de diciembre de 1939; ID., Prólogo a la edición argentina de Revolución y Contra-Revolución, Ediciones Tradición, Familia, Propiedad, Buenos Aires, junio de 1970.

38 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Grignion de Montfort, in “O Legionário”, Nº 689, 21 de octubre de 1945.

39 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Doutor, Profeta e Apóstolo na crise contemporânea, in “Catolicismo”, Nº 53, mayo de 1955. Cfr. también ID., O Reino de Maria, realização do mundo melhor, in “Catolicismo”, Nº 55, julio de 1955; ID., Exsurge Domine! Quare obdormis?, in “Catolicismo”, Nº 56, agosto de 1955 y el artículo de CUNHA ALVARENGA (JOSÉ DE AZEREDO SANTOS), Servo de Maria, Amigo da Cruz e apóstolo da Contra-Revolução, in “Catolicismo”, Nº 64, abril de 1956.

40 PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Doutor, Profeta e Apóstolo na crise contemporânea, cit.

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