Conferencia, 1951 (1)
Imagen peregrina de Nuestra Señora de Fátima que lloró en Nueva Orleans (EEUU), en julio de 1972
A guisa de introducción (2)
Excerpta de comentarios del Prof. Plinio Corrêa de Oliveira sobre el “Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen”
¿Qué influencia tienen las condiciones propias de la vida en el siglo en la manera de vivir nuestra consagración [a la Santísima Virgen]? La vida en el siglo debe ser tal que los mismos principios de belleza universal, que en última instancia revierten en principios de moralidad y santidad universales, se reflejen no sólo en las almas, sino en todo lo que rodea al hombre.
Por una misteriosa afinidad, las formas, los sonidos, los colores y los perfumes pueden expresar estados de ánimo en el hombre. Deben reflejar estados de ánimo virtuosos para que el hombre encuentre en ese entorno los recursos necesarios para su santificación. Deben ser imágenes de Dios, que hablen a sus sentidos y le den el atractivo de la virtud, le estimulen así a conocer y tener apetencia por esa belleza increada de Dios, que sólo verá cara a cara en la gloria del cielo. Organizar un orden temporal que forme así a las almas y las invite al cielo, ésta es la alta misión de los seglares que viven en el siglo.
Es evidente que tal orden temporal estaría en profunda armonía con la Revelación, las enseñanzas y las leyes de la Iglesia, así como con los dictámenes de la verdadera ciencia. Sería, pues, el reino de Jesucristo, el reino de María en la tierra.
La Consagración a Nuestra Señora en nuestro siglo
Plinio Corrêa de Oliveira venera la Imagen de Nuestra Señora de Fátima, durante su visita a la Sede del Reino de María, en mayo de 1973
Llegados a este punto podemos preguntarnos: En nuestro siglo, ¿en qué consiste el servicio de la Santísima Virgen? Consiste en salvar a las almas por todos los medios lícitos, entre los que queremos destacar éste: tomar todas las cosas, ordenarlas con este espíritu y construir la cultura y la Civilización Cristianas. Pues éstas, bajo cierto aspecto, no son otra cosa que la disposición de las cosas de tal manera que sean en esta vida el reflejo de Dios, y así orientan a las almas hacia la vida eterna. Consagrarse a la Virgen y servirla es sostener, promover y defender, contra sus adversarios, la cultura y la civilización, comparables a esa perla preciosa que el hombre debe buscar vendiendo todo lo que tiene. La cultura y la civilización que son esa paz en la tierra, prometida a los hombres de buena voluntad por los Ángeles de Belén, la única paz de Cristo en el reino de María.
Así, todo verdadero Tercer Carmelita, que comprende lo que es su consagración, no sólo es un hombre profundamente interior, sino un soldado nato de la cultura y de la civilización cristiana.
NOTAS
(1) Excerpta de comentarios del Prof. Plinio Corrêa de Oliveira sobre el “Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen” de San Luís Grignion de Montfort, en 1951. Una compilación de esos comentarios puede leerse (en portugués) en el libro “São Luís Maria Grignion de Monfort e o Tratado da Verdadeira Devoção”, editado por Petrus Editora Ltda. El libro puede adquirirse pinchando aquí.
(2) Texto utilizado a guisa de introducción en la primera edición sobre el libro “Ambientes, Costumbres, Civilizaciones” (en portugués), recolección de todos los artículos del Prof. a materia, en “Catolicismo”. São Paulo, 2021, Petrus Editora Ltda. El libro puede adquirirse pinchando aquí.