El Conde de “X” y el plan de Europa Unida

Ahora que la Unión Europea está en los titulares de todos los diarios, creemos interesante dar a conocer los entretelones de la construcción de este proyecto. En una compilación de exposiciones autobiográficas de Plinio Corrêa de Oliveira, él narra una conversación que tuvo en París en 1950, con el Conde de “X” [las fechas que aparecen entre paréntesis se refieren a la reunión a la que corresponde el pasaje trascrito].

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Plinio Corrêa de Oliveira, en “Mi vida pública”, Parte VII ‒ Viajes 1950 y 1952 en Europa, Capítulo IV ‒ Francia, Tema No. 6, pp. 393‒395:

“En la sala de espera de Monseñor Beaussart conocí a un conde de “X” (SD 28/07/73).

“Este caballero era de la nobleza francesa, de una antigua familia de origen protestante, calvinista, pero con el paso del tiempo y las buenas dragonadas de Luis XIV, entró en razón y regresó a la verdadera fe.

“Se presentaba como un católico practicante y como un buen amigo de Monseñor Beaussart. Tendría en ese momento casi 75 años y yo 42 años.

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Sede del Automóvil Club de Francia, Plaza de la Concordia, en París

“Después de las presentaciones, manifestó el deseo de conocerme más de cerca y me invitó a un almuerzo en el Automóvil Club de París, ambiente muy fino, pero que servían un almuerzo plutôt mediocre. Él era un hombre de trato muy agradable.

“Como de costumbre, cuando dos hombres se encuentran por razones de negocios, o por razones de doctrina, de ideología o política, después de sentarse, observan un poco el ambiente, piden el menú y los vinos, y la conversación imperceptiblemente pasa a los asuntos serios.

“Me hizo elogios de Pío XII (yo había escuchado de Monseñor Beaussart comentarios muy diferentes). Y quiso contarme cosas de Francia y Europa.

“También hizo muchos elogios genéricos del Archiduque Otto de Habsburgo: “Hombre muy inteligente y capaz.” La única cosa que le faltó decirme es que Otto era de muy buena familia…

“La conversación no parecía conducir a algo importante, cuando de repente me dijo (SD 14/06/80):

‒ “Pues bien, Profesor, por cierto, Ud. como líder católico quiere aprovechar su tiempo”.

“Concordé enfáticamente.

‒ “Y quiere saber lo que va a ocurrir”.

“Venía como en una bandeja. Entonces, respondí:

‒ Sí, claro.

“Él entonces me hizo una descripción de lo que sería la política de aproximación entre las izquierdas y las derechas en las próximas décadas, que describió con entusiasmo, presentándola como una cosa muy buena que debería ocurrir.

“Fue una exposición fluida, que duró alrededor de unos cuarenta y cinco minutos, en la que puso todas las cartas sobre la mesa. (SD 28/07/73).

‒ “Usted sabe, profesor, Europa está cambiando de una manera que nadie se imagina. En lugar de caminar hacia una dilaceración entre las corrientes que la dividen, por el contrario, se mueve hacia una síntesis. Está siendo preparado una Europa Unida, cuyo centro será probablemente Estrasburgo, la ciudad carolingia” (Nota: las negritas son en este sitio).

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Estrasburgo: puentes cubiertos en el barrio de la Petite France.

“Y continuó:

‒ “También se está preparando un parlamento de Europa; y después del Parlamento, se prepara un gobierno de Europa. Este Parlamento y este gobierno harán desaparecer por completo las diversidades nacionales. Las fronteras aduaneras serán eliminadas, por lo que se podrá hacer la exportación de mercaderías con toda facilidad, sin impuestos, sin aduanas ni tazas. Por tanto, Europa tendrá un sólo mercado consumidor, una sola industria y un sólo comercio general”.

“Aun dentro de esta confidencia, agregó:

‒ “Dentro de los países todas las corrientes entrarán en compromiso, desde el Partido Comunista a los monárquicos; desde las más moderadas a las más radicales e intransigentes (SD 6/14/80). Las izquierdas y las derechas convergirán (SD 7/28/73). Y en este Parlamento de Europa  Unida habrá representantes de todas las clases sociales, representantes de la industria, representantes de los sindicatos, especialistas y sumidades que expresarán todos los valores europeos”. (SD 6/14/80).

“Y afirmó algo sorprendente:

‒ “Incluso los jefes de las casas reales van a contribuir a ello. En el Consejo de Europa, ellos representarán la tradición. Otros representarán el dinero, y otros aún representarán la cultura y así sucesivamente. Y este Consejo va a llevar a Europa a una completa conexión con Rusia” (SD 7/28/73).

“Y concluyó así:

‒ “Se abrirá así una nueva posibilidad para los componentes de las casas imperiales y reales, que están ahora en la miseria. Ellos no se conviertan en monarcas, pues esa época histórica cesó. Pero quedarán como representantes de la tradición, como uno de los valores de Europa. Las casas reales y la antigua nobleza también van a enviar a sus diputados al Parlamento de Estrasburgo. Y Ud. verá sentados juntos, en la misma bancada, al archiduque Otto de Habsburgo y al presidente de un sindicato. Y toda Europa, desde su más antigua tradición casi carolingia, a su más moderna expresión de la extrema izquierda, todas reconciliadas, caminarán en la misma dirección”.

“Oí todo sin hacer ningún comentario. Escuché con un actitud de sorpresa que velaba mi asombro y mi completa falta de admiración por este plan (SD 6/14/80).

“En el momento de la salida, agradecí el almuerzo, diciendo que había sido muy interesante, muy instructivo, pero sin decir una palabra que significara la aprobación de ese plan.

“Nos saludamos y entonces se le ocurrió esto:

‒ “Bueno, profesor, sé está viajando a Roma y era necesario que supiera estas cosas antes de acercarse a un centro internacional tan importante como la Ciudad Eterna. Aquí está mi tarjeta de visita. Llámeme a su regreso, porque entonces será la otra parte de su viaje”. (SD 7/28/73).

E inclinándose hacia mi oído dijo en voz baja: “Entonces le acompañaré a los mejores prostíbulos, y ahí usted podrá conocer a las verdaderas ‘filles de París’.”

“Esto fue dicho en el momento de dar la mano para despedirse.

“Solté su mano, dije un “adiós” seco (SD 6/14/80) y fruncí el ceño. El se dio cuenta de que yo había cerrado la cortina (SD 7/28/73). Se fue en una dirección y yo me fui en otra  y no volvimos a vernos nunca más.

“Este hombre sabía perfectamente que yo era un católico practicante, de comunión diaria. Sabía de mi pasado católico, de mi condición de escritor y periodista católico. ¿Cómo podía imaginar que podría agradarme una oferta infame de aquellas?

“Frente a ese tipo de cosas, y después de algunas decepciones que había tenido en España, tuve la desagradable sensación de estar frente a una pared, que se esperaba que fuera de un granito resistente y honesto, y que de repente se convierte en una pared de cartón, de la cual salían gusanos y podredumbre. ¿Quiénes eran esas personas?” blank

Campaña de la TFP francesa contraria a la ratificación del Tratado de Maastricht por Francia, delante del Parlamento europeo en Strasbourg

(*) Traducción y difusión por el sitio de Acción Familia (Santiago de Chile).

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