Julio [1974] – En unión con las demás TFP, la TFP ecuatoriana se declara en estado de resistencia a la “Ostpolitik” vaticana, publicando en la prensa el documento La política de distensión del Vaticano con los gobiernos comunistas: Para la TFP ¿omitirse o resistir? Tres días después, el Cardenal-Arzobispo de Quito, Monseñor Pablo Muñoz Vega, entrevistado por un importante diario de esa ciudad, se refiere -sin mencionar la declaración de la TFP- al problema de las relaciones de la Santa Sede con el mundo comunista. El Purpurado argumenta que, estando la virtud en el medio y no en los extremos, la Iglesia asume una posición que no es capitalista ni comunista, sino que está entre los dos. Lo cual, continúa el Prelado, ocasiona a la Iglesia las críticas de ambos extremos, siendo la simultaneidad en que éstas se producen algo honroso para Ella, pues constituye la prueba de que está en el medio, y por lo tanto con la verdad; esas consideraciones darían por probado implícitamente, que la TFP está en el error, o sea en uno de los extremos: el capitalismo.
En la declaración Verdad, Error y Término Medio -de la cual se difundieron 10.000 ejemplares en las calles de Quito- la TFP, reafirmando su acatamiento filial y ardoroso al Santo Padre y al Prelado quiteño, en todos los términos y extensión prescritos por la doctrina y las leyes de la Santa Iglesia Católica, se refiere al comunicado del Cardenal.
La TFP sostiene que desde hace años se oye hablar, en ciertos sectores eclesiásticos, de una posición católica ni capitalista ni comunista, pero que jamás se consiguió que alguien explicara, en términos concretos, en qué consiste esa posición. Afirmar que la posición de la Iglesia no es capitalista ni comunista, no es definirla por lo que es, sino solamente por lo que no es. La entidad, pidiendo disculpas para decir que tal definición tiene más bien el carácter de una evasiva que de una afirmación substanciosa y clara, solicita al Pastor una definición en términos positivos o que, al menos, indique una obra en la cual esa definición aparezca. Asimismo, sostiene que en cualquier polémica no es lícito admitir, a priori, que ambos contendores están necesariamente en extremos y que el medio se encuentra trazando simplemente una línea equidistante entre lo que afirma uno y otro. Sería, pues, indispensable, en rigor de justicia, probar que ambas partes están en los extremos. La entidad afirma no encontrar esa prueba, en lo que a ella se refiere, en el comunicado del Cardenal y le solicita indique en qué tópico de la declaración de la TFP, o de la revista “Reconquista”, existe alguna posición contraria a la Doctrina de la Iglesia, a la cual se pueda calificar de extremista.
“Si el simple hecho de estar en las antípodas del comunismo nos debiera convencer automáticamente de que caímos en error, no sabríamos cómo interpretar la actitud de muchos varones santos y canonizados por la Iglesia, teólogos y filósofos de alto valor, que en siglos pasados se colocaron en las antípodas de herejías contra las cuales lucharon con santa valentía…
“En realidad, el criterio del ‘término medio’, debido al hecho de expresarse por analogía, en términos geométricos, pide que sea usado con extremo cuidado en materias de este tipo, tan distantes por su índole de la geometría. Y, como hijos que somos de la Iglesia infalible, en lugar de buscar dónde está el término medio, para allí encontrar la verdad, nos parece más seguro buscar la verdad, para afirmar que allí está el término medio. Porque si la virtud está en el medio, el medio estará necesariamente donde está la virtud. Y el camino de la verdad y de la virtud, lo encontraremos en la doctrina de la Santa Iglesia infalible. Por esto, en lugar de indagar si estamos en el término medio, preguntamos si, sí o no, nuestros escritos están conformes con las enseñanzas de la Iglesia”.
No hubo nuevo pronunciamiento del Cardenal Muñoz Vega sobre esta materia (cfr. “TFP Informa“, Trece años de luchas en Ecuador, Número especial agosto-noviembre de 1983, págs. 6 y 7).