Hipótesis, hipótesis…

“Folha de S. Paulo”, 22 de mayo de 1982

 

En todos los aspectos del enfrentamiento anglo-argentino [N.C.: Para más información ver: “Vietnamizar Iberoamérica: meta comunista que puede tornarse viable en situaciones críticas” ] encuentro puntos enigmáticos:

1. Dado que la disputa diplomática entre Buenos Aires y Londres por la soberanía de esas islas viene desde 1833, ¿por qué el presidente Galtieri elegiría precisamente este momento para ordenar su invasión? Por el contrario, ¿la crisis económica en la que se encuentra su noble nación no le aconsejaría abstenerse de semejante iniciativa?

2. Ciertos simpatizantes del General Galtieri, que viven en Brasil, han afirmado que, dado que su gobierno era tan inestable, no tenía nada mejor que hacer que polarizar el patriotismo argentino en torno a su persona mediante una importante acción exterior. Imaginemos que ésta fuera una explicación. — ¿Sería una defensa? Si alguien quisiera defenderme con tales argumentos, haría que mi “defensor” fuera procesado por difamación. ¿Sería apropiado que un hombre llevara a su país a la guerra, con el riesgo de arrastrar al mundo entero a la tragedia, sólo para prolongar su presencia en el poder?

3. ¿Por qué actuó entonces? — Buscando una explicación, la única que encuentro es decir que Argentina tiene más posibilidades de victoria de las que cree. En este caso, ¿cuáles son? Se me ocurren dos:

a) Argentina tendría la bomba atómica. Admitamos. En ese caso, ¿qué haría con ellas? ¿Enviar un avión para lanzarlas sobre Londres? ¿Sería humano, por un rocoso y helado archipiélago, eliminar así innumerables vidas? ¿Qué terrible maldición de Dios, y del hombre, sobre cualquiera que hiciera tal cosa?

Y aún hay más. Si el golpe fracasara debido al funcionamiento del sistema de defensa británico, ¿a qué catastróficas represalias se expondría Buenos Aires? ¿Querría el general Galtieri exponer a ese riesgo a la bella e inmensa capital platina? Me repugna creerlo.

b) Entonces habría que excogitar otro tipo de apoyo a la movida del actual gobierno argentino en las Islas Malvinas. Y surge la hipótesis de la ayuda soviética.

Sin embargo, en este caso — como quedó claro en el comunicado de la TFP argentina (cfr. “La Nación” del 13-4-82, reproducido en la “Folha de S. Paulo” del 16-4-82) y en mi télex, enviado en nombre de la TFP brasileña, al Presidente J.B. Figueiredo (cfr. “Folha de S. Paulo” del 7-5-82) — podría ocurrir que fuerzas de desembarco rusas pusieran pie en territorio continental argentino y nunca se marcharan. Esto, a su vez, traería el grave riesgo de un recrudecimiento del terrorismo, la guerrilla, los disturbios y la agitación en todos los lugares del continente sudamericano donde hay comunistas.

¿No ve el presidente Galtieri que esta hipótesis despierta objeciones, sospechas y temores sobre su política, que se agravarían con un desembarco ruso? En la Argentina católica, la reacción a un desembarco semejante tomaría fácilmente el carácter de una guerra de religión para expulsar al invasor ateo. Del mismo modo que las luchas de los pernambucanos para expulsar a los holandeses calvinistas de Brasil se convirtieron en una guerra de religión.

Y esta lucha religiosa daría el mismo sabor a las reacciones anticomunistas que provocaría el alboroto extendido por Moscú por todo el continente.

El general Galtieri nunca debió imaginar que sería elegido por aclamación popular como jefe de esta guerra, él que, en un gesto inexplicable, insondable, habría abierto las puertas del continente a la invasión comunista….

4. Y a este respecto, sería oportuno presentar otra faceta enigmática de los acontecimientos actuales.

Si la Rusia comunista es el sostén del general Galtieri, es justo decir que de cualquiera podría esperarse que aceptara este respaldo… excepto, precisamente, del general Galtieri, quien, desde su toma de posesión, había iniciado una activa represión anticomunista. Pero aquí está ahora, del brazo del embajador comunista y de los de las naciones satélites, en visitas de cordialidad. Al mismo tiempo, recibe afectuosos guiños del gobierno de Pekín. Y está reabriendo el camino de regreso para los Montoneros exiliados, además de cooperar con todo lo que es peronista y de izquierda en Argentina. ¿Para qué tantas “vueltas y volteretas”?

5. En realidad, el Gobierno argentino ha respondido que “no piensa” pedir ayuda a Rusia. Se trata de un curioso desmentido, que casi suena a confirmación indirecta. De hecho, las palabras entrecomilladas no cierran la puerta a la posibilidad de que lo piense mañana. Porque, obviamente, lo que un hombre “no piensa” hacer, puede hacerlo al día siguiente.

¿Qué queda claro en todo esto? Nada, salvo la existencia de un terrible enigma, de una enorme confusión.

En este punto, la falta de espacio me comprime. Y me veo obligado a cerrar.

Lo hago lanzando algunas hipótesis: supongamos que, con la intención de vietnamizar Sudamérica, Moscú logró empezar por prender fuego a la pólvora, atrayendo el patriotismo del general Galtieri hacia el ataque a las Malvinas. La posibilidad de un desembarco ruso en territorio argentino se habría visto cercenada, ya que la opinión católica del país fue alertada por el comunicado de la TFP argentina. Pero el plan de vietnamización no se había detenido por este motivo.

En los últimos días, los diarios han informado —entre afirmaciones y desmentidos— que Venezuela ha incursionado en la zona que reclama como ex Guayana Inglesa. Y se ha reavivado el viejo reclamo territorial de Perú contra Chile, ya que ahora aviones peruanos vigilarán la frontera argentino-chilena. Y los correspondientes aviones argentinos serán enviados al “frente” de Malvinas.

Una erisipela de guerras se extendería así por Sudamérica, con el corolario de crisis económicas y revoluciones sociales. Como las reivindicaciones territoriales de Colombia contra Venezuela y de Ecuador contra Perú sólo duermen a la ligera…

Hipótesis, sí. Pero con el terrible aire de ser creíbles. Y ayudarían mucho a explicar cómo, repitiendo el movimiento de las Malvinas a lo largo de la costa del Pacífico, ¡Moscú podría esperar vietnamizar todo el continente!

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