Sección Primera

 

Plinio Corrêa de Oliveira:

Fe, coherencia, liderazgo, valentía

 

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TRADICION FAMILIA PROPIEDAD

UN IDEAL, UN LEMA, UNA GESTA:


La Cruzada del siglo XX

 

Se designa en este libro con el nombre genérico de TFPs al conjunto de Sociedades de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad constituidas bajo esa denominación, así como a las entidades que, aunque con otros nombres, se dedican a la defensa de la trilogía Tradición, Familia y Propiedad, y a los Bureaux TFP existentes en varias capitales.

Autónomas y cohermanas, las TFPs son el mayor movimiento cívico-cultural anticomunista de inspiración católica del mundo.

Cuando en la reseña de cada país usamos la sigla TFP, estamos aludiendo a la respectiva entidad local.

Comisión de Estudios de las TFPs orientada por
CARLOS FEDERICO IBARGUREN
MARTIN JORGE VIANO

Proyecto gráfico y arte final
Luis GUILLERMO ARROYAVE
JOSE RICARDO B. LUZITANO
FELIPE BARANDIARAN PORTA

Impresión
ARTPRESS — INDUSTRIA GRAFICA E EDITORA
Rua Javaés 681 São Paulo Brasil

Este volumen se terminó de imprimir el día 2 de febrero de 1990, día de la festividad de la Purificación de la Santísima Virgen y Nuestra Señora del Buen Suceso, en la ciudad de São Paulo, Brasil

Entre los antepasados paulistas de Plinio Corrêa de Oliveira, se destaca su bisabuelo materno, el Dr. Gabriel Rodrigues dos Santos (1816-1858). Periodista, profesor de la Facultad de Derecho del Estado de São Paulo, Secretario del Gobierno Provincial y diputado al Parlamento del Imperio en dos legislaturas, era considerado el mejor orador de su partido y desarrolló una actividad legislativa de gran importancia.

El Dr. João Alfredo Corrêa de Oliveira (1835-1919) tío-abuelo de Plinio Corrêa de Oliveira poseía una notable inteligencia. Fue profesor de la Facultad de Derecho de Recife, diputado en varias legislaturas, Presidente de la provincia de São Paulo y de la de Paraná, ministro, Senador Vitalicio del Imperio y Consejero de Estado (también vitalicio). Como Presidente del Consejo de Ministros presentó a la Princesa Isabel la llamada Ley Aurea, que abolió la esclavitud en Brasil. Proclamada la República, integró el directorio Monárquico Brasileño.

El Dr. João Paulo Corrêa de Oliveira y doña Lucilia Ribeiro dos Santos Corrêa de Oliveira son los padres del Dr. Plinio. Doña Lucilia ejerció profunda influencia sobre la formación del carácter de su hijo, que a su vez le tributó siempre la mayor veneración y afecto filial.

 

Una grande y luminosa realidad: el movimiento católico

 

 

Cuando menos se esperaba, un magnífico movimiento de jóvenes suscitó en todo Brasil, en el centro como en el Norte, en el Norte como en el Sur, falanges que, resueltas a instaurar la paz de Cristo en el Reino de Cristo, proclaman bien alto su resolución de morir por la Iglesia." "Legionario", 1937 (1)

 

Todo parece prosperar en la Iglesia de Dios entre 1928 y 1935. Transcurre nor­malmente el Pontificado de Pío XI. En estos años surge en Brasil una grande y luminosa realidad: el movimiento católico.

Movimiento católico. La expresión, de uso corriente en esta época, designa el conjunto de las diversas asociaciones reli­giosas y de apostolado, languidecientes unas, extraordinariamente pujantes otras. Se extienden del norte al sur de Brasil y aglutinan decenas de millares de personas de ambos sexos y de todas las clases sociales. Entre las de mayor vitalidad so­bresalen las Congregaciones Marianas, que constituyen el llamado movimiento mariano.

El movimiento mariano, cuya expan­sión había comenzado alrededor de 1925 principalmente entre la juventud de la medía y pequeña burguesía, tiene una de sus primeras afirmaciones triunfales en el Congreso de la Juventud Católica realizado en la ciudad de São Paulo, en septiembre de 1928.

A partir de entonces se extiende a todo Brasil el gran florecimiento de las Congregaciones Marianas que —como veremos— en 1933 demostrarán ser una gran fuerza nacional.

En una época en que la práctica de la Religión era en general vista como cosa de mujeres y viejos, las Congregaciones Marianas prestan a la Iglesia el incompara­ble servicio de atraer hacia el catolicis­mo y las actividades apostólicas a legio­nes de jóvenes de todas las clases socia­les. Esta transformación abre un nuevo capítulo en la vida religiosa de Brasil.

Todo el movimiento católico, que por su amplitud y variedad constituye un ver­dadero mundo, progresa unido filialmen­te a un Clero en el cual son numerosas las personalidades de valor y de prestigio, y a un Episcopado de no menor valor, compacto y profundamente venerado.

La gran figura de la Jerarquía católica de Brasil es Monseñor Sebastián Leme da Silveira Cintra, Arzobispo de Río de Janeiro, entonces el único Purpurado brasileño. En el Estado de São Paulo, el Arzo­bispo Metropolitano, Monseñor Duarte Leopoldo e Silva, es la personalidad más representativa, con merecida fama en to­do el País.

Es en las filas del movimiento católico de São Paulo donde se forma el primer núcleo de batalladores que, más tarde, dará origen a la TFP brasileña (3). 

 

“Que Dios te preserve y te dé el puesto de jefe de la generación que te está destinado”.

De una carta de Alceu Amoroso Lima a Plinio Corrêa de Oliveira *

* Alceu Amoroso Lima (1893-1983) nació en Río de Janeiro. Más conocido por su seu­dónimo literario Tristão de Ataíde, fue es­critor, periodista y profesor universitario de renombre. Presidente del Centro Dom Vital y más tarde dirigente nacional de la Acción Católica, tuvo un papel relevante en la izquierda católica.

 

 

Plinio Corrêa de Oliveira en 1930, el día en que se graduó de abogado

En la Facultad de Derecho, el comienzo de la lucha 

En la plaza de Santa Cecilia, en São Pau­lo, se sitúa la iglesia parroquial del mismo nombre. A partir de 1928, un joven estudíante de Derecho, Plinio Corrêa de Oliveira, inicia su militancia católica en las filas de la Congregación Mariana que allí se re­úne todos los domingos.

Nacido el 13 de diciem­bre de 1908, sus padres —el abogado João Pau­lo Corrêa de Oliveira y dona Lucilia Ribei­ro dos Santos Corrêa de Oliveira— pertene­cían a viejas familias de la aristocracia rural de los estados de Per­nambuco y São Paulo respectivamente. Su tío abuelo, João Alfredo Co­rrêa de Oliveira, fue Senador del Imperio, Consejero de Esta­do, Presidente de la Provincia de São Paulo, varias veces miembro del Con­sejo de Ministros y finalmente Primer Mi­nistro. En el ejercicio de este cargo fir­mó, con la Princesa Isabel, la ley que libe­ró a los esclavos, conocida en Brasil co­mo Ley Áurea.

El período inicial de la actividad de Pli­nio Corrêa de Oliveira se caracteriza por el constante apostolado, reuniones, confe­rencias, discursos; primero en la Congregación Mariana de Santa Cecilia, más tar­de en toda la capital, en otras ciudades del Estado de São Paulo, de Río de Janei­ro y de otros Estados. Dicha actividad no se circunscribe, sin embargo, a los am­bientes específicamente católicos.

Cuando cursa el cuarto año en la tradi­cional Facultad de Derecho de la Plaza de San Francisco en São Paulo —con­siderada en la época baluarte del laicismo— Plinio Corrêa de Oli­veira agrupa inicialmente a algunos congregantes ma­rianos y con ellos funda, en 1929, la Acción Uni­versitaria Católica (AUC), la que muy pronto se convierte en una victoriosa realidad de la vida académica de entonces.

La Acción Universitaria Católica, a la vez que crece en número e influencia en la Facultad de Derecho, se extiende rápidamente a las otras escuelas superiores de São Paulo. **

** La AUC sería integrada en 1938, por de­cisión de la autoridad eclesiástica, en el sec­tor correspondiente de la Acción Católica, es decir, la Juventud Universitaria Católica (JUC). Esta tomará un rumbo ideológico de izquierda, tristemente célebre en la histo­ria del catolicismo brasileño.

Al lado, la Congregación Mariana de Santa Cecília a la que había ingresado en 1928 (Plinio Corrêa de Oliveira sexto de izquierda a derecha en la última fila)

   

Muestra elocuente de este progreso es que en 1930, cuando Plinio Corrêa de Oliveira se gradúa de abogado, la Acción Universitaria Católica consigue que sea celebrado el Santo Sacrificio de la Misa en el propio patio interno de la Facultad, con ocasión de la solemne entrega de di­plomas. El acto cuenta con la prestigiosa presencia de casi todo el cuerpo docen­te, y un gran número de universitarios comulga. El sermón está a cargo del famo­so P. Leonel Franca, S.J. * 

* El P. Leonel Franca (1893-1948), jesuita brasileño, fue una de las personalidades más destacadas de la vida cultural de su país. Fecundo y erudito escritor, además de bri­llante polemista, su obra versa sobre temas teológicos, filosóficos e historia eclesiásti­ca. Muchos de sus libros tuvieron numero­sas ediciones y, traducidos al español, fue­ron impresos en España y Argentina. 

 

"Realmente algo ha cambiado en lo más profundo de la juventud paulista, y para mejor", es el comentario entre los presentes.

Son los frutos del movirniento mariano. Tal cambio en el ambiente produce efec­tos sensibles en la vida pública brasileña. En ese mismo año de 1930 estalla la re­volución que cierra el ciclo de la Repúbli­ca Vieja e implanta la dictadura de Getú­lio Vargas. El comunismo trata de sacar ventajas de la situación. En 1934, el Arzo­bispo de São Paulo, Monseñor Duarte Le­opoldo e Silva, en célebre mensaje al Epis­copado brasileño asevera que "la hierba dañina del comunismo vino en la mochi­la de ciertos personales de 1930" (4). Luis Carlos Prestes —más tarde fundador del Partido Comunista y durante muchos años su secretario general— se incorpora­ba entonces a la corriente comunista.

Varios factores determinan a Getúlio Vargas a convocar una Asamblea Constitu­yente. * 

* En julio de 1932 se desencadena en São Paulo una rebelión contra el Gobierno Fe­deral del Presidente Getúlio Vargas. La Re­volución Constitucionalista —como quedó conocida en la Historia— exige el fin del régimen de excepción implantado por Vargas en 1930, expresando así la insatisfac­ción de las clases dirigentes de São Paulo contra el populismo sindical del nuevo go­bierno. Derrotada después de dos meses de lucha, la Revolución Constitucionalista apresura, sin embargo, la vuelta a la consti­tucionalidad, garantizando la convocación de elecciones para la Constituyente que se instalará en Río de Janeiro en noviembre de 1933.

 

“Si los católicos no se hubieran unido para interferir en las elecciones de 1933, hoy Brasil estaría definitivamente desviado hacia la izquierda”

Oswaldo Aranha (5)

El diputado más votado de la Constituyente de 1934

Entretanto se crea en 1932 la Liga Elec­toral Católica (LEC), institución de ámbi­to nacional auspiciada por el Episcopa­do. Su modo de actuar consiste en interpelar a los candidatos respecto a su posi­ción ante las llamadas reivindicaciones mínimas. Quienes se declaren contrarios a estas no recibirán el voto católico.

En noviembre de 1932 se instala en São Paulo la Junta Provincial de la LEC. Plinio Corrêa de Oliveira es nombrado secretario de la misma por Monseñor Duar­te Leopoldo e Silva. En realidad, es Plinio Corrêa de Oliveira quien, inspirado en una institución similar existente en Fran­cia, da al Arzobispo la idea de crear en Brasil tal organización.

El 3 de mayo de 1933 se realizan las elecciones para diputados a la Constitu­yente. En muchos Estados son elegidas figuras de relieve indicadas por la Liga Electoral Católica.

Sorpresa y alegría general en el electo­rado católico: el candidato con más vo­tos, en todo Brasil, es Plinio Corrêa de Oliveira, joven congregante mariano de 24 años, recién egresado de la Universi­dad. Indicado por la Liga Electoral Católi­ca para la Lista Única por São Paulo Uni­do *, obtiene 24.017 votos, el 9.5% del total de los 260.262 votos computados en ese Estado; el segundo candidato es elegido con 12.483 votos. ** 

* La Lista Única está formada por las siguien­tes organizaciones: Partido Republicano Paulista (PRP), Partido Democrático (PD), Federación de los Voluntarios de la Revolu­ción del 32, Liga Electoral Católica y Aso­ciación Comercial.

** Desde la creación de la Justicia Electo­ral hasta nuestros días, aparte de Plinio Co­rrêa de Oliveira tan solo un candidato a di­putado federal por São Paulo obtuvo más del 9% de los votos (Cfr. Datos Estadísti­cos del Supremo Tribunal Electoral; "Día­rio Oficial", 28-3-1979; Resumen oficial de los cómputos en el Estado de São Pau­lo en 1982 y 1986).

 

En la Asamblea Constituyente de 1934, cuya sesión inaugural se ve en la foto, Plinio Corrêa de Oliveira - el diputado más joven y más votado- tuvo un destacado papel

 

“La LEC fue la organización extrapartidista que ejerció la mayor influencia político-electoral en la historia de Brasil.”

Paulo Brossard (6)

 

La elección de Plinio Corrêa de Olivei­ra se debe casi exclusivamente al apoyo de las entidades católicas de São Paulo.

El hecho impresiona de tal manera que, después de este episodio, la Liga Electoral Católica es reconocida como una de las grandes fuerzas políticas de Brasil (7).

Instalada la Asamblea Constituyente en noviembre de 1933, los parlamentarios católicos forman un poderoso bloque que consigue la aprobación de las reivindicaciones mínimas de la Liga Electoral Católica: indisolubilidad del vínculo conyugal, enseñanza religiosa libre en las escuelas públicas y la asistencia religiosa facultativa a las Fuerzas Armadas. Obtiene también que sean incorporados a la Constitución otros puntos del programa máximo de la LEC: el derecho al voto de los religiosos, el reconocimiento de los efectos civiles del matrimonio religioso, el derecho al descanso dominical y la facultad del clero de cumplir el servicio militar en las capellanías castrenses. Además, se invoca el Nombre de Dios en el preámbulo de la Constitución.

Este indiscutible éxito debilita, en considerable medida, el tonus laico del Estado brasileño.

Para alcanzar este resultado —según la opinión generalizada— ejerció notable influencia el joven diputado mariano Plinio Corrêa de Oliveira, uno de los líderes más destacados del bloque católico en la Constituyente.

Al concluir en julio de 1934 su actuación en el escenario legislativo, Plinio Corrêa de Oliveira asume, sin abandonar sus actividades de abogado y periodista, la cátedra de Historia de la Civilización en el Colegio Universitario anexo a la Facultad de Derecho de la Universidad de São Paulo. Más tarde es nombrado profesor catedrático de Historia Moderna y Contemporánea en la Facultad de Filosofía, Ciencias y Letras de São Bento y en la Facultad Sedes Sapientiae, las cuales se integrarán posteriormente en la Pontificia Universidad Católica de São Paulo. 

 

“Se trata de un grupo representativo

de toda una corriente de fuerza e influencia en Brasil,

que incluso hace llegar hasta la Santa Sede

los 'abusos litúrgicos' existentes en Brasil.”

Fray José Ariovaldo da Silva, O.F.M. (8)

 

Visita de los redactores del "Legionario" a Mons. Jaime de Barros Câmara en junio de 1943, antes que el Prelado tomara posesión del Arzobispado de Rio de Janeiro. A su izquierda, el Revdo. P. Walter Mariaux, ex-secretario mundial de las Congregaciones Marianas

En la dirección del grupo del "Legionario" 

Durante su brillante actuación en la Asamblea Constituyente y en el magiste­rio, Plinio Corrêa de Oliveira no inte­rrumpe su militancia en las filas católicas.

En agosto de 1933 asume la dirección del "Legionario", órgano de la Congrega­ción Mariana de Santa Cecilia, a cuyo cuer­po de redactores incorpora jóvenes de relieve del movimiento mariano. Algunos de ellos serán más tarde sus colaborado­res en la fundación de la Sociedad Brasileña de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad — TFP.

Además de ejercer la dirección, Plinio Corrêa de Oliveira escribe el editorial y la columna 7 Días en Revista. Fernando Furquim de Almeida es el responsable por los artículos sobre la Historia de la Iglesia en el siglo XIX y por la revisión general de los escritos. Más tarde, José Carlos Castilho de Andrade ejercerá el cargo de secretario de redacción. José de Azeredo Santos expone las materias de contenido sociológico. Adolpho Lin­denberg se especializa en asuntos econó­micos y de política internacional. José Fernando de Camargo colabora en la sec­ción Noticiero de la Semana. José Gusta­vo de Souza Queiroz tiene a su cargo el Santo del mes.

También colaboran en el "Legiona­rio" dos jóvenes sacerdotes, profesores del Seminario de São Paulo: Monseñor Antonio de Castro Mayer —Asistente Eclesiástico del periódico— y el P. Ge­raldo de Proença Sigaud, S.V.D., ambos destacadas figuras del joven clero brasi­leño.

En poco tiempo el "Legionario" crece y amplia su campo de influencia y acción. De quincenario de dos hojas se transfor­ma en semanario de ocho páginas; de ho­ja parroquial en órgano oficioso de la Ar­chidiócesis de São Paulo.

*      *      *

El "Legionario" es especialmente desti­nado a los numerosos ambientes vincula­dos al movimiento católico.

La irradíación del periódico se extien­de de un extremo a otro de Brasil, como representante calificado del pensamiento de las fuerzas más jóvenes y dinámicas de ese movimiento.

Sin duda, el "Legionario" encuentra oposiciones. Las principales proceden de sectores irritados con la campana sin cuartel que sus redactores hacen —en conformidad con las enseñanzas y ejem­plos de Pío XI— no sólo contra el comunismo, sino también contra las tenden­cias revolucionarias incubadas frecuente­mente en movimientos de centro e inclu­so en otros que se catalogan como de extrema derecha. Las páginas del periódico abundan en severas críticas contra el fas­cismo, el nazismo y sus congéneres en otros países, cuando esos movimientos parecen alcanzar su cenit. ¡Tan sólo Pli­nio Corrêa de Oliveira escribe 447 artícu­los con trechos contrarios al nazismo y al fascismo! 

 

"Formado por personas que se entendían

muy bien entre sí, el grupo [del "Legionario"]

representaba una especie de punta de lanza contra el movimiento litúrgico.

Quien quisiese sufrir, [sic]

que esperase la edición semanal del "Legionario",

en la cual siempre podía encontrar artículos

contra el Movimiento y sus manifestaciones, contra Maritain,

contra los `desvíos' de la Acción Católica, etc."

Monseñor Clemente José Carlos Isnard, O.S.B., Obispo de Nova Friburgo (10)

 

A pesar de esas luchas, son tiempos re­lativamente tranquilos. Todo promete un porvenir de trabajos fecundos y de magníficos combates a la luz del sol.

Pero precisamente en este momento una inesperada tragedía, que marcará las décadas siguientes, comienza a germinar en la sombra: el progresismo (9). 

Al ser entronizado como Arzobispo de São Paulo, Mons. José Gaspar de Afonseca e Silva adoptará una orientación diferente de la de su predecesor. Próximo al palio puede verse a Plinio Corrêa de Oliveira

 

Los primeros síntomas del “progresismo” 

En 1935 estalla una insurrección comu­nista en Natal, Recife y Río de Janeiro. Al amparo de la noche, oficiales y solda­dos son asesinados a traición por comu­nistas infiltrados en cuarteles de esas ciu­dades. Estos crímenes indignan profunda­mente a la opinión pública brasileña.

Mientras el comunismo internacional asesta este golpe violento y dramático, el progresismo penetra, de manera discre­ta y sutil, en los medios católicos.

En efecto, a partir de 1935 aproximada­mente, comienzan a llegar a Brasil los fru­tos del florecimiento religioso europeo de la post-guerra. Sin embargo, algunos traen incubado el virus de una mentali­dad que discrepa de la buena doctrina.

Tal mentalidad está dominada por la obsesión de conciliar la Iglesia con el mundo neopagano por medio de una nueva formulación del Dogma y de la Moral, de una reforma de las leyes eclesiásticas, de la liturgia, del modo de ser de la propia Iglesia. Es el progresismo que despun­ta veladamente en el horizonte.

*      *      *

Esos errores comienzan a germinar en sectores religiosos de Brasil, entre 1935 y 1943.

La fermentación progresista se va gene­ralizando discretamente, sobre todo en dos campos: el movimiento litúrgico y la Acción Católica. Insistiendo en una exa­gerada y ambigua modernización, ella ali­menta tendencias que más tarde desembo­carán en el progresismo y en el izquier­dismo católico.

En el movimiento litúrgico esas inclina­ciones erosionan el principio jerárquico y las enseñanzas de la Iglesia sobre el Sa­cramento del Orden, identificando y nive­lando al Sacerdote con el simple fiel. En nombre de una mal entendida oración ofi­cial y comunitaria, inducen a subestimar los actos de piedad particular; invitan a considerar con reticencia la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y la Comunión fuera de la Misa. Respecto a la devoción a la Santísima Virgen, a los Santos y a las imágenes, difunden reservas y frialdad. Califican de decrépitas devociones como el Rosario y el Vía Crucis y escudas de es­piritualidad tradicionales como la de San Ignacio de Loyola, San Alfonso María de Ligorio, etc; consideran desactualizadas ciertas normas de la ascética clásica co­mo el combate a las pasiones desordena­das, el evitar las ocasiones de pecado, etc.

En la Acción Católica dichas tendencias se caracterizan también por una labor su­brepticia contra el principio de autoridad en la Iglesia y por la afirmación de la vir­tual independencia de los seglares en rela­ción al clero. So pretexto de levar al Cris­to a todos los ambientes, recomiendan fre­cuentar lugares reprobados por la moral católica. Al negar las desigualdades armó­nicas en la sociedad y favorecer la incipien­te lucha de clases, abren camino al izquier­dismo católico.

Ambos movimientos tienen rasgos co­munes: el igualitarismo, es decir, la ten­dencia a una nivelación antinatural en la Iglesia y en el Estado; y el liberalismo, en este caso la obsesión de adaptar la Igle­sia a las transformaciones cada vez más extremadas del mundo neopagano y tam­bién el horror al esfuerzo, al sacrificio y a la ascesis (11).

En las reuniones de la Redacción del "Legionario", la aparición y el desarrollo de esa infiltración son seguidos desde sus orígenes. Se ve con preocupación cómo doctrinas extrañas son difundidas por sa­cerdotes, monjas y seglares recién llegados de Europa —especialmente los provenien­tes de la JOC belga— en sectores exalta­dos de la Acción Católica.

Esta preocupación se refleja naturalmen­te en las combativas páginas del "Legiona­rio".

El periódico es sutilmente atacado por la corriente innovadora, por ser el porta-voz característico de una mentalidad que las nuevas tendencias quieren desplazar, para substituiría por la que hoy desgracia­damente se ha extendido a casi todos los medios católicos. Una silenciosa campa­ña comienza entonces contra el "Legiona­rio" y sus redactores, minando las posi­ciones de influencia que éstos ocupan en el movimiento católico. 

 

El primer golpe victorioso contra el “progresismo”: "En Defensa de la Acción Católica" 

Es necesario enfrentar el peligro nacien­te. Estudios y largas conversaciones con los demás compañeros de lucha van for­mando en Plinio Corrêa de Oliveira la convicción de que, ante la tormenta que amenaza a la Iglesia, alguien debe asumir el trágico papel de pararrayos. Un libro consagrado a la exposición y refutación de los nuevos errores podrá ser la bom­ba apropiada para alertar a las almas desprevenidas pero bien intencionadas. De manera que la expansión del mal quede si no detenida, por lo menos circunscri­ta a una pequeña zona donde el error, por estar ya muy arraigado, difícilmente será extirpado.

La publicación de ese libro podrá com­pararse a la acción de un kamikaze. Tan­to podrá destruir el progresismo nacien­te, como exponer al grupo del "Legionario" a ataques apasionados y desavenen­cias, que comprometerán profundamen­te su influencia en los medios católicos'.

Con un prestigioso prefacio del enton­ces Nuncio Apostólico en Brasil, el futu­ro Cardenal Bento Aloisi Masella, y con el imprimatur de Monseñor de Castro Mayer (por mandato del Arzobispo de São Paulo, Monseñor Affonseca e Silva), aparece en junio de 1943 el libro En De­fensa de la Acción Católica (15). Plinio Co­rrêa de Oliveira lo publica en calidad de Presidente de la Junta Archidiocesana de la Acción Católica paulista.

 

“Fue en Brasil y más precisamente en la JUC (Juventud Universitaria Católica),

al comienzo de los años 60, cuando empezaron a concretarse

muchas de las intuiciones de lo que constituirá más tarde

la Teología de la Liberación latinoamericana.”

P. Gustavo Gutiérrez (12)

 

El Nuncio Apostólico en Brasil, Mons. Bento Aloisi Masella, siempre apoyó la obra de Plinio Corrêa de Oliveira

Desde el comienzo el estudio provoca un gran revuelo en los medios católicos. Su edición de 2.500 ejemplares —conside­rable para la época, tratándose de un te­ma doctrinal— se agota rápidamente. Sus­cita los aplausos entusiastas de unos y la irritación exaltada de otros, seguida de amenazas: "¡El libro será condenado por la Iglesia!".

Arzobispos y obispos, sacerdotes y lai­cos, toman partido a favor o en contra de la obra. A las manos del autor llegan numerosas cartas de apoyo, veinte de las cuales de miembros del Episcopado y una del Provincial de la Compañía de Je­sús en el Brasil central (16).

A la gran mayoría somnolienta —que prefería, por ingenuidad o modorra, que esos problemas no salieran a la luz del día— el libro causa una gran perplejidad. Para esas personas, En Defensa de la Ac­ción Católica es demasiado categórico. Y aunque no están en desacuerdo con su doctrina, lo consideran inoportuno. Reputan inexistente o insignificante el mal que denuncia.

No obstante, aunque perpleja y desagra­dada, esa mayoría va despertando a la re­alidad, y comienza a mirar con desconfian­za al progresismo naciente, escapando así de su nefasta influencia.

A partir de ese momento, la corriente progresista continúa avanzando, pero ais­lada y desenmascarada. Numerosos ambientes de todo Brasil le cerrarán sus puer­tas. El progresismo sólo conquistará aquí y allá, en el laicado, a pequeños puñados de radicales que simpatizan con su doctrina *. 

* Poco después de la publicación de En Defensa de la Acción Católica aparecen las Encíclicas Mystici Corporis Christi (1943) y Medíator Dei (1947), y la Constitución Apostólica Bis secolari die (1948). En su conjunto, estos tres documentos de Pío XII refutan y condenan los principales e­rrores combatidos por el libro. 

 

"La Acción Católica comienza a desarrollar una personalidad propia al adoptar, en 1950, el modelo de organización francés. Es a partir de ese momento que servirá de punto de partida para el compromiso social de sus militantes. Los adversarios de este compromiso, así como de las tendencias hacia el igualitarismo y el neomodernismo (tendencias que hacía mucho habían detectado en la Acción Católica), rompieron con ella en 1943. El portavoz de la ruptura es Plinio Corrêa de Oliveira y los argumentos del grupo son presentados en su libro `En Defensa de la Acción Católica'."

Marcio Moreira Alves (13)

 

En 1950, la Sagrada Congregación de Seminarios y Estudios Universitarios de la Santa Sede envía una carta a los obis­pos de Brasil, alertándolos sobre la necesidad de vigilar la formación de los futu­ros sacerdotes. Un historiador eclesiásti­co atribuye esa iniciativa de la Santa Se­de a la actuación de la corriente ligada al "Legionario": "Tanta influencia tenían sus miembros, con tanta fuerza tocaron la trompeta de alarma, que la propia San­ta Sede resolvió intervenir a través de la Congregación de Seminarios". El autor trata de establecer "coincidencias entre varios aspectos del documento y la acusa­ción contra los llamados `liturgicistas' en el período anterior a la `Medíator Dei "' (17). Existirían por lo tanto "coincidencias" entre las denuncias de la corriente ligada al "Legionario" y el posterior documen­to de la Santa Sede.

Pero, si ese es el efecto de En Defensa de la Acción Católica en el laicado y en el clero tradicional, y si el progresismo se queda, por el momento, reducido a pequeños núcleos, sin embargo el libro de Plinio Corrêa de Oliveira es puesto en cuarentena en la mayor parte de los seminarios y noviciados. De esta forma, la penetración progresista en el clero jo­ven sigue su curso. De este clero —así como de los sectores estudíantiles y obre­ros de la Acción Católica, también infiltra­dos— saldrán los líderes religiosos y lai­cos que formarán a su vez la vanguardía de la subversión izquierdista que estallará veinte años después” (18).

*      *      *

Aquí cabe un paréntesis.

Más o menos a partir de 1937, el filóso­fo francés Jacques Maritain comienza a ejercer en Brasil una influencia deletérea, sobre todo en ciertos sectores de la Ac­ción Católica. Propugna que los católicos acepten la política de la mano tendida, inaugurada por los comunistas. Esta tie­ne una buena acogida en la corriente pro­gresista brasileña, dando origen a los pri­meros núcleos de la llamada izquierda ca­tólica, a la orientación izquierdista de la Democracia Cristiana, etc. (19).

Contra la influencia maritainista se le­vanta el "Legionario", especialmente por medio del artículo Los "derechos huma­nos" y el Legionario, publicado los días 6 y 13 de febrero de 1944.

En Río de Janeiro, la principal figura de la reacción contra la influencia de Ma­ritain es el culto e intrépido jesuita P. Arlindo Vieira, a quien el “Legionario” fran­quea sus páginas. En la misma línea se destacan también —entre otros— los pe­riodistas Antonio Guedes de Holanda, del semanario "A Cruz", Osorio Lopes, del semanario católico "A União" y Mes­quita Pimentel, de la revista "Vozes de Petrópolis". En Recife, sobresale el P. An­tonio Ciríaco Fernandes, S.J., a la cabeza del dinámico grupo de jóvenes de la re­vista "Fronteiras", que el brillo intelec­tual de Manuel Lubambo, uno de sus inte­grantes, había proyectado en los medios culturales de toda la nación. 

 

"Monseñor Pedrosa, Abad del Monasterio de San Benito, advirtió inmedíatamente al cardenal Motta sobre el problema `Plinio Corrêa de Oliveira' y el grupo ligado a su libro `En defensa de la Acción Católica'."

Monseñor Polycarpo Amstalden, O.S.B. (20)

 

Una persecución implacable se abatió sobre Plinio Corrêa de Oliveira y sus seguidores, reduciéndolos por varios años a un completo aislamiento. Abajo, José Gustavo de Souza Queiroz (1914-1946), hijo de tradicionales famílias de São Paulo, uno de los batalladores del "Legionario", vivió sirviendo a la Iglesia y murió ofreciendo su vida por Ella.

Tormenta y ostracismo 

Las ya esperadas consecuencias de la osadía de En Defensa de la Acción Católi­ca comienzan a caer sobre los miembros del grupo del "Legionario" como una lluvia de catástrofes.

Desde las huestes progresistas sopla contra ellos un tifón de detracciones y calumnias, todas verbales, vagas y caren­tes de pruebas. El número de parroquias en que se vendía el "Legionario" comien­za a disminuir visiblemente.

A ese vacío que se va formando alrede­dor de ellos, se suman las deserciones en las propias filas: cierto número de jó­venes redactores, aún estudíantes, abando­nan el periódico ante tan violenta campaña. La tormenta continúa.

Plinio Corrêa de Oliveira, líder católi­co indiscutible pasa a ser una de las figu­ras más controvertidas en la intelligentzia católica, lo que tiene efectos desfavora­bles sobre el conjunto de los fieles. Po­co después de la publicación del libro pier­de el cargo de Presidente de la Junta Ar­chidiocesana de la Acción Católica.

En febrero de 1945, Monseñor de Cas­tro Mayer —que había dado el imprimátur a la obra y era Vicario General de la Archidiócesis— es nombrado simple Vica­rio ecónomo de la Parroquia de San Jo­sé de Belén.

En marzo de 1946, el P. de Proença Si­gaud, también un destacado propagador del libro, es enviado por sus superiores a España.

Los demás redactores que continuaron fieles a la línea de En Defensa de la Ac­ción Católica van perdiendo sus cargos en el movimiento católico.

Circunstancias diversas los llevan a de­jar la tribuna que les quedaba. En diciem­bre de 1947 cesan su colaboración en el "Legionario".

La densa noche de un ostracismo plúm­beo, completo, interminable, cae sobre los que quedan del antiguo grupo del "Le­gionario": Adolpho Lindenberg, Fernan­do Furquim de Almeida, José de Azere­do Santos, José Carlos Castilho de Andra­de, José Fernando de Camargo, José Gon­zaga de Arruda, Paulo Barros de Ulhoa Cintra y, evidentemente, Plinio Corrêa de Oliveira. La soledad y el olvido los cercan cuando aún estaban en la flor de la edad: el mayor tenía 39 años y el me­nor 22. * 

* José Gustavo de Souza Queiroz había fallecido el 8 de marzo de 1946. La traduc­ción de las famosas Cartas sobre la inquisi­ción española de Joseph de Maistre, que de­jó casi concluida, es terminada por manos amigas y publicada por las Lecturas Católi­cas de don Bosco, N° 712, septiembre de 1949, con una nota biográfica sobre el tra­ductor escrita por Plinio Corrêa de Oliveira

Este es el sacrificio previsto y acepta­do de antemano. 

 

Imagen de María Auxiliadora que confortó al grupo del "Legionario" durante el ostracismo. Se venera actualmente en la sede del Consejo Nacional de la TFP brasileña. Abajo, Plinio Corrêa de Oliveira y algunos de los redactores del "Legionario" que resistieron con firmeza la persecución desencadenada por las huestes progresistas después de la publicación de "En Defensa de la Acción Católica"

 

"El olvido nos envolvió cuando estábamos aún en la flor de la edad: este era el sacrificio previsto y consentido. Pero el progresismo naciente sufrió un golpe del cual hasta hoy no se rehizo."

Plinio Corrêa de Oliveira (21)

 

Sin embargo, el grupo no se dispersa. En febrero de 1945 se instala en una pequeña sede —tres salas y una cocina­ en la planta baja del N° 665 de la calle Martim Francisco, en el barrio de Santa Cecilia. Allí, alrededor de la imagen de María Auxiliadora que los había acompañado desde los primeros tiempos de la sede de la Congregación Mariana de San­ta Cecilia, se reúnen los antiguos colabo­radores del "Legionario" todas las no­ches sin excepción.

Una convivencia fraterna y cordíal los caracteriza. Los miembros del grupo re­cuerdan sin amargura ni orgullo las lu­chas y la inmolación de los días pasados. Analizan sobrecogidos la deterioración discreta pero implacable de la situación religiosa de Brasil y del mundo, y el avan­ce inexorable del socialismo y del comu­nismo en el escenario nacional e interna­cional. Hacen diversos estudios doctrina­les en común; rezan; procuran al mismo tiempo aumentar su devoción a la Santísi­ma Virgen, según el método enseñado por San Luis María Grignion de Montfort. Las apariciones y el mensaje de Nuestra Señora en Fátima, en 1917, cuyo verdade­ro alcance comienza entonces a ser cono­cido por el mundo, son objeto de su más atento estudio y de su más calurosa adhe­sión.

Tres años completos dura este perío­do de ostracismo; tres años en los cuales parecen verse los tristes síntomas de un estado definitivo e irremedíable: un gru­po de líderes que cumplió su misión y sobrevivió a los combates, pero que ha­bía quedado como sobrando. Tal es la si­tuación en la que estos jóvenes se encuen­tran y de la cual no saben cuándo ni có­mo los librará la Providencia.

En realidad, en esta catacumba hacen una larga y recogida vigilia de armas pa­ra otras luchas en pro de la misma causa. Así los conduce la Providencia.

En efecto, en este período se multiplican las condiciones propicias para que los miembros del pequeño grupo se unan aún más. La convivencia cotidíana, ilumi­nada por los más altos ideales, crea una cohesión tan grande en el pensar, en el sentir y en el actuar que los eleva a la con­dición de una verdadera familia de almas.

De esta familia de almas, que más tar­de conocerá una impresionante expan­sión, nacerá, en 1960, la Sociedad Brasilena de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad.

 

"Explicaste y defendiste con penetración y claridad la Acción Católica, de la cual posees un completo conocimiento y a la cual tienes un gran aprecio."

J.B. Montini, Subst. Secretaría de Estado de Su Santidad Pío XII

  

En el ostracismo y en la penumbra, la Providencia interviene 

Un día de enero de 1947, Plinio Corrêa de Oliveira llega a la sede ubicada en la calle Martim Francisco dejando traslucir una gran satisfacción. Tiene una novedad para comunicar a sus amigos: un periódi­co vespertino dió la noticia de que Pío XII había elegido al P. Sigaud para Obis­po de Jacarezinho.

¿Cómo? ¿Qué? La alegría es grande, pe­ro la duda aún mayor. El P. Sigaud está aún en España y es difícil obtener de él una noticia segura. ¿Volverá? Sí, volverá. Sobre los destrozos del naufragio, una luz se enciende y brilla en la noche del ostracismo.

Contra toda expectativa otra gran sor­presa los aguarda al año siguiente.

Así la recuerda Plinio Corrêa de Olivei­ra, en uno de sus artículos para la "Folha de S. Paulo": "Al llegar en una noche de marzo de 1948 a nuestra `catacumba', un amigo me esperaba en la puerta, efer­vescente de júbilo. El canónigo Mayer (...) acababa de comunicarnos por teléfo­no su nombramiento como Obispo coad­jutor de Campos. Es inútil decir con qué regocijo fuimos a felicitarlo en el mismo instante" (22).

El significado de estos hechos es ine­quívoco: dos sacerdotes, relegados al ol­vido por el apoyo que habían dado al li­bro En Defensa de la Acción Católica y al grupo del "Legionario", y también por la lucha que desarrollaban contra la infil­tración izquierdista y progresista en los medios católicos, son honrados por una clara manifestación de confianza de la San­ta Sede al ser elevados, precisamente los dos, a la condición de obispos.

¿Una reparación? Muchos así lo afirman en los medios católicos.

*      *     *

Estas no son las únicas sorpresas. Exac­tamente un año después, un gran amigo del grupo, el carmelita Fray Jerônimo Van Hintem, entrega a Plinio Corrêa de Oliveira una carta de la Santa Sede, enca­minada a través de la Curia Generalicia de su Orden, que a continuación transcri­bimos.

"Palacio del Vaticano, 26 de febrero de 1949

"Preclaro Señor,

"Movido por tu dedicación y piedad filial ofreciste al Santo Padre el libro `En Defensa de la Acción Católica', en cuyo trabajo revelaste primoroso cuidado y persistente diligencia.

"Su Santidad se regocija contigo por­que explicaste y defendiste con penetra­ción y claridad la Acción Católica, de la cual posees un completo conocimiento y a la cual tienes un gran aprecio, de tal modo que se hizo claro para todos cuán importante es estudíar y promover esta forma auxiliar del apostolado jerárquico.

"El Augusto Pontífice de todo corazón hace votos para que de este trabajo tu­yo resulten ricos y sazonados frutos, y recojas no pequeñas ni pocas consolaciones; y como prenda de ello te concede la Bendición Apostólica.

"Por tanto, con la debida considera­ción, me declaro muy devoto tuyo.

J.B. Montini, Subst."

El firmante, Substituto de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, es el futuro Pablo VI. La carta está dirigida al Profe­sor Plinio Corrêa de Oliveira. ¡Pío XII ala­ba y recomienda el libro del kamikaze! Ahora todo queda claro.

Todo... excepto la conducta de cier­tos ambientes progresistas.

Oída la voz de Roma, era de esperar que acabasen la incomprensión y el hie­lo; que Plinio Corrêa de Oliveira y sus amigos recuperasen, en los medios que los hostilizaban, la consideración y la es­tima que otrora los cercaban.

Falsa esperanza. La voz del Vicario de Cristo se ha alzado en vano. E1 hielo no se derrite. Alentado por elementos pro­gresistas, persiste el mutismo frío e impla­cable que rodea al grupo de ex redacto­res del "Legionario". Y el ostracismo con­tinúa... (23).

No obstante, en medio de las perpleji­dades y victorias de esta lucha, sobrevie­ne un acontecimiento auspicioso. 

 

“La trayectoria de Plinio Corrêa de Oliveira como militante católico a lo largo de este período (1930 a 1980) puso en evidencia las contradicciones de la Iglesia [sic] en el mundo moderno.”

Lisânias de Souza Lima (25)

 

Al regresar a Europa el P. Walter Mariaux, varios integrantes de la Congregación Mariana que él dirigía golpearon las puertas de la sede de la Martim Francisco y se incorporaron al grupo del "Legionario". En el recuadro, el Canónigo José Luis Marinho Villac que pertenecía a esa Congregación, valeroso amigo a quien tanto deben las TFPs

El "grupo de la Martim Francisco" 

El P. Walter Mariaux era un jesuita que impresionaba: alto, corpulento, decidi­do, de inteligencia brillante y gran perso­nalidad.

Por haberse opuesto al nazismo es obli­gado a abandonar Alemania. Después de ejercer durante varios años el cargo de Director del Secretariado Mundíal de las Congregaciones Marianas, en Roma, llega a Brasil en plena guerra.

En São Paulo quiere conocer a Plinio Corrêa de Oliveira, pues en Roma era asi­duo lector de sus artículos en el "Legiona­rio" y había oído hablar mucho de él. Es el comienzo de una amistad profunda.

Al radicarse en São Paulo, el P. Mariaux dirige la Congregación Mariana del Cole­gio San Luis, la cual, bajo su dirección, se vuelve numerosa y pujante. Los principios en que este hijo de San Ignacio se basa son muy afines a los defendidos por el antiguo "Legionario". Su actuación no agrada a los influyentes círculos pro­gresistas de São Paulo, pero el jesuita pro­sigue su eficiente apostolado.

Sin embargo, en 1949, el P. Mariaux re­cibe de sus superiores la orden de regre­sar a Europa. Parte de los congregantes marianos, que con tanta dedicación había formado, golpean la puerta de la calle Martim Francisco 665. Diez de ellos se in­corporan al grupo del Profesor Plinio Co­rrêa de Oliveira.

Poco tiempo después se juntan a éstos otros jóvenes, que con los antiguos redac­tores del "Legionario" constituyen todos un mismo grupo (24).

Tras múltiples y duros combates perma­necerán en las filas de la TFP brasileña Caio Vidigal Xavier da Silveira, Celso da Costa Carvalho Vidigal, Eduardo de Ba­rros Brotero, Fabio Vidigal Xavier da Sil­veira (fallecido prematuramente en 1971), Luis Nazareno de Assumpção Filho, Pau­lo Corrêa de Brito, Plinio Vidigal Xavier da Silveira y Sergio Brotero Lefevre. Entre estos elementos sobresale un jo­ven que no ingresará en la TFP brasileña únicamente por haber seguido la noble senda del sacerdocio. Nos referimos al hoy Canónigo José Luis Marinho Villac, valeroso amigo a quien mucho debe la entidad.

En agosto de 1948, el antiguo grupo del "Legionario" se traslada a la calle Viei­ra de Carvalho, N° 27, 6° piso, conser­vando no obstante la sede de la calle Mar­tim Francisco. En ésta se instalan los ele­mentos provenientes de la Congregación Mariana del Colegio San Luis y los que a ellos se habían incorporado. Los dos gru­pos comienzan a ser conocidos, en el len­guaje interno, como Grupo de la Vieira de Carvalho y Grupo de la Martim, res­pectivamente.

Más tarde, en 1952, el Grupo de la Viei­ra de Carvalho ocupa también el 7° piso del mismo edificio, donde se instala un auditorio. 

De arriba a abajo: Antonio Ablas Filho (1911-1960), José de Azeredo Santos (1907-1973), Fernando Furquim de Almeida (1913-1981) y José Carlos Castilho de Andrade (1925-1988), insignes colaboradores del "Legionario" y de "Catolicismo" ya fallecidos. Los tres últimos, socios fundadores de la TFP brasileña

Del "Legionario" a "Catolicismo" 

En enero de 1951, Monseñor de Castro Mayer funda en Campos la revista men­sual de cultura "Catolicismo", cuya direc­ción asume el P. Antonio Ribeiro do Rosa­rio. * 

* Monseñor Antonio de Castro Mayer, hoy Obispo emérito de Campos, distinguió a la TFP brasileña con su valiosa cooperación en el período 1960-1982. En este año se dis­tanció de la entidad. En varias cartas su Excia. alegó motivos a los cuales el Profesor Plinio Corrêa de Oli­veira respondió con el debido respeto en misivas del 31 de octubre y 7 de noviembre de 1982. Hechos públicos posteriores ahon­daron más, por ambas partes, este distancia­miento. El presente esclarecimiento es dado con el único propósito de no crear en el espíri­tu del lector la impresión inexacta de que el Prelado aún colabora con la entidad.

 

Por delegación de Monseñor de Castro Mayer y del P. Rosario, todo el trabajo de redacción es confiado al grupo del Pro­fesor Plinio Corrêa de Oliveira y realiza­do en São Paulo. El Dr. José Carlos Casti­lho de Andrade, quien había dado sus pri­meros pasos de periodista en los tiempos del "Legionario", es encargado de coordi­nar el cuerpo de redactores; indica temas para los artículos y se ocupa personalmen­te de la revisión, hecha siempre con esme­ro y competencia. Con el auxilio de un pequeño equipo, cuida además de la pagi­nación de la revista. Durante más de dos décadas presta colaboración a "Catolicis­mo". Más tarde asume el cargo de Vicepre­sidente de la Dirección Administrativa y Financiera Nacional (DAFN) de la TFP brasileña, el cual ejerce hasta su muerte ocu­rrida en junio de 1988.

El Profesor Plinio Corrêa de Oliveira, además de colaborador insubstituible, es el inspirador y el orientador más destaca­do de "Catolicismo". Sus artículos dan la clave a la revista. Es el autor de la sección no firmada— Ambientes, Costumbres, Civilizaciones, que por medio del análisis de cuadros, fotografías, dibujos, trajes, es­culturas, etc., pone de relieve los valores de la civilización cristiana y fustiga, por contraste, los desvaríos de la civilización neopagana actual. Única en su género— despertando inclusive el interés de ad­versarios ideológicos— esta sección orien­ta, a la luz del espíritu católico, el senti­do de observación y de crítica de los lecto­res. De esta manera realiza una labor apos­tólica auténticamente contrarrevolucionaria, pues realza la importancia de la Revolu­ción en las tendencias y su nexo con la Revolución en las ideas, ambas preparatorias de la Revolución en los hechos (26). Entre los demás colaboradores cabe des­tacar al Profesor Fernando Furquim de Al­meida, autor de la sección Los católicos franceses del siglo XIX —serie que posteriormente se llamará Cálicem Dómini bi­berunt— donde son narrados episodios de la perpetua lucha de los católicos fie­les contra la infiltración de la herejía a lo largo de la Historia de la Iglesia. Más tarde es elegido Vicepresidente del Conse­jo Nacional de la TFP brasileña, cargo que ocupa hasta su fallecimiento en 1981 y que ha permanecido vacante en homenaje a su memoria. Adolpho Lindenberg escribe lúcidos y concisos comentarios referentes a la política internacional. La sección Nova et Vétera, está a cargo de José de Azeredo Santos, fallecido en 1973, a cuya fecunda pluma "Catolicismo" de­be brillantes artículos sobre los más varia­dos temas, publicados muchas veces ba­jo el seudónimo de Cunha Alvarenga o C.A. de Araújo Viana.

El representante de la revista para los Estados del sur de Brasil es el Profesor Antonio Ablas Filho, conocido médico y líder católico residente en Santos, unido al grupo del "Legionario" por una profun­da simpatía, y cuya amistad se estrecha aún más a lo largo de su preciosa colabo­ración con "Catolicismo", que solo cesa en 1960, año de su muerte. Poco antes, en mayo de 1958, había recibido las insig­nias de Comendador de la Orden Ecues­tre de San Silvestre Papa, concedidas por el Santo Padre Pío XII.

 

Don Luis de Orleans e Bragança, actual Jefe de la Casa Imperial de Brasil y su hermano, Don Bertrand, Príncipe Imperial (abajo). Ambos ofrecen su valiosa dedicación a la TFP brasileña, en carácter estrictamente apolítico

 

Numerosos son en Brasil los amigos del antiguo "Legionario" a quienes las acusaciones progresistas no han conven­cido. Apenas se han dispersado y desalentado. Entre ellos corre célere la noticia de la publicación del primer número de "Catolicismo", con lo cual cobran ani­mo, se rearticulan y empiezan a actuar.

Poco a poco el número de nuevos lec­tores de la revista va aumentando, irradíando así su influencia por ese país de dimensiones continentales.

El sector de opinión al cual se destina particularmente "Catolicismo" es, en ge­neral, el católico. La revista tiene por ob­jeto alertar y estimular a ese público en la lucha contra los factores de deteriora­ción religiosa, moral y cultural del neopaganismo contemporáneo y, de manera especial, promover la reacción contra el progresismo y la izquierda católica (27).

Desde la fundación de la revista, los grupos de la Vieira de Carvalho y Martim Francisco comienzan a ser llamados, por amigos y adversarios, como el grupo de "Catolicismo".

 

La gran repercusión de la "Carta Pastoral sobre problemas del apostolado moderno" 

En 1953, Monseñor de Castro Mayer asesta un fuerte golpe contra el progresis­mo al publicar la Carta Pastoral sobre pro­blemas del apostolado moderno, que vuel­ve al tema de En Defensa de la Acción Católica. Las dos ediciones brasileñas se agotan rápidamente. En el XXXVI Congre­so Eucarístico Internacional, que tiene lu­gar en Río de Janeiro en julio de 1955, "Catolicismo" monta un stand con sus obras, punto de partida para la gran difu­sión alcanzada por la publicación en el extranjero. La Carta Pastoral es editada en Italia, Francia, España, Canadá y Argen­tina. 

 

Victoriosa expansión de "Catolicismo" 

La fundación de la revista crea condicio­nes propicias para el reclutamiento de nuevos cooperadores.

Los miembros del grupo de "Catolicis­mo" recorren varias ciudades del país, donde mantienen contactos, organizan reuniones y charlas, y exponen las tesis y las metas de la revista.

De esta manera se prepara el terreno para la obra de profunda formación que "Catolicismo" llevará a cabo.

En muchos lugares la adhesión va más allá del simple aplauso. En 1953 comien­zan a formarse en Río de Janeiro, Belo Horizonte y Campos grupos de jóvenes para el estudio de las posiciones defendi­das por la revista. Abrieron sedes en ca­da una de esas ciudades para realizar reu­niones y actividades de propaganda de "Catolicismo". Posteriormente se consti­tuirán núcleos de propagandistas en otros Estados. Tal es el caso de capitales co­mo Porto Alegre (1953), Fortaleza (1954), Salvador (1954), Curitiba (1958), Florianó­polis (1959).

Paralelamente nacen grupos en varias ciudades de los Estados de São Paulo, Río de Janeiro y Minas Gerais. Estos núcleos son frecuentemente visitados por miem­bros del grupo de "Catolicismo" de São Paulo, quienes les dan charlas y los orientan en las líneas generales de sus activida­des.

Hasta 1956 los miembros del grupo de "Catolicismo" pertenecían, en su ma­yor parte, a tradicionales familias paulis­tas. Desde entonces quienes comienzan a aproximarse provienen en general de la medía o pequeña burguesía, muchos de ellos hijos de inmigrantes italianos, españoles, sirios, japoneses, alemanes y otros. Se alquila una sede en la calle Aure­liano Coutinho N° 23, donde se reúnen. Así queda constituido el llamado Grupo de la Aureliano.

Se forma también en São Paulo un gru­po de jóvenes, casi todos alumnos del Colegio San Luis, remanentes de la in­fluencia dejada por la Congregación Ma­riana del P. Mariaux. La sede de este gru­po recibe el nombre de Alcácer, en me­moria de la batalla de Alcácer do Sal, de la reconquista portuguesa. Entre los miembros de ese grupo sobresalen, por su fervor religioso y por su dedicación, dos jóvenes cuyos nombres tienen por obvias razones históricas un natural y brillante relieve: el Príncipe Don Luis de Orleans e Bragança, actual Jefe de la Casa Imperial de Brasil y su hermano, Don Bertrand, Príncipe Imperial. Ambos ofrecen su valiosa dedicación a la TFP brasileña, en carácter estrictamente apo­lítico.

Los jóvenes de esos dos grupos entran en su mayoría en la histórica Facultad de Derecho de la plaza San Francisco o en otras Facultades, donde desarrollan una intensa actuación en favor de los ideales de la tradición, familia y propiedad.

El grupo de "Catolicismo", creciendo de esta forma, refleja la pluralidad de es­tratos sociales y de procedencias étnicas del São Paulo industrializado. Se pasa de la fase germinativa a la de franca expansión.

 

Participantes de la VII Semana de Estudios de "Catolicismo" en el hall del Teatro Municipal de São Paulo

Conferencias, congresos, viajes 

Este progreso lleva al grupo de "Catoli­cismo" a promover anualmente en São Paulo, a partir de 1953, Semanas de Estu­dio que contribuyen a dar una mayor co­hesión doctrinal y un fervor creciente a los agentes y propagandistas de la revis­ta en los diversos Estados de Brasil.

Para la preparación de estas Semanas se crea una comisión de miembros del grupo de "Catolicismo" de São Paulo. Con el tiempo, esa comisión va estructu­rándose y ampliando su campo de acción. Comienza también a dar asistencia a los distintos grupos de São Paulo y a los de todo Brasil. Así nace la llamada Comisión de Movimiento.

Mientras tanto, el Profesor Plinio Co­rrêa de Oliveira y otros miembros del gru­po inician viajes al extranjero, recorriendo países europeos e hispanoamericanos. Es el punto de partida de crecientes con­tactos con personas y asociaciones antico­munistas del mundo entero.

Para coordinar todas esas relaciones se constituye la Comisión de Contactos con el Exterior.

Como fruto de este trabajo se realiza en 1961 un encuentro que marca época en el grupo: el Congreso Latinoamerica­no de "Catolicismo", más conocido en los círculos de las TFPs como Congreso de Serra Negra, debido al nombre del lu­gar donde se celebra. Al mismo asisten cerca de 350 congresistas brasileños. Tam­bién 20 hispanoamericanos de distintas naciones: son las primeras semillas de las cohermanas y autónomas Sociedades de Defensa de la Tradición, Familia y Pro­piedad que, a partir de 1967, se fundarán en Hispanoamérica.

Debido al gran número de participan­tes, las Semanas de Estudio para todos los agentes y propagandistas de "Catoli­cismo" se hacen impracticables. Se reali­zan entonces, regularmente, Semanas de Estudio regionales y Programas Especia­les de Formación en São Paulo y otras ca­pitales.

Los contactos con el exterior se amplían considerablemente a partir de 1962, Guan­do el grupo de "Catolicismo" organiza, en la Ciudad Eterna, una Secretaría con el objeto de seguir de cerca el desarrollo de las secciones del Concilio Vaticano II.

*      *     *

Sería una ilusión pensar que ese creci­miento del grupo de "Catolicismo" transcurre bajo un cielo sereno y azul. Cuesta "sangre, sudor y lágrimas". En es­ta trayectoria ascensional no faltan reve­ses inesperados, incomprensiones, preocu­paciones de toda índole y deserciones desoladoras.

 

“Estoy seguro de que con su docto libro

ha hecho un singular servicio a la causa católica y

contribuirá a concentrar las fuerzas del bien

en la rápida solución del gran problema contemporáneo”

Monseñor Rómolo Carboni – Arzobispo titular de Sidón, Nuncio Apostólico en el Perú (28)

 

El Arzobispo de São Paulo, Mons. Duarte Leopoldo e Silva, con motivo de la inauguración de las máquinas del "Legionario". A la derecha del Prelado, doña Lucilia Ribeiro dos Santos Corrêa de Oliveira y su hijo el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira, Director del periódico. A la izquierda, el Obispo de sorocaba, Mons. José Carlos de Aguirre, el Obispo Auxiliar de São Paulo, Mons. José Gaspar de Affonseca e Silva y doña Olga de Paiva Medeiros Presidente de la Liga de las Damas Católicas

El Prof. Plinio Corrêa de Oliveira recibe al Príncipe Alberto de Baviera en la sede de "Catolicismo" en 1959

Brillante orador, Plinio Corrêa de Oliveira era siempre solicitado para hablar en actos y celebraciones. Arriba, en una concentración en Itatiba, con motivo del mes del Rosario (1945). Abajo, en el IV Congreso Eucarístico Nacional, pronunciando el saludo oficial a las autoridades, el 6 de septiembre de 1942. La asistencia, más de un millón de personas, llenaba literalmente el céntrico valle de Anhangabaú en São Paulo

 

Revolución y Contra-Revolución 

Dada la expansión alcanzada por el gru­po de "Catolicismo", se hace necesario definir con claridad an­te el público sus fines y métodos de acción.

En 1959, el Profesor Plinio Corrêa de Olivei­ra escribe su magistral ensayo Revolución y Contra-Revolución. El estudio constituye un marco para todos los miembros del grupo de "Catolicismo", pues en él están perfilados los trazos esenciales del ideario del movi­miento, así como una visión panorámica de la lucha a emprender.

El adversario es descrito y la Revolución, esto es, el proceso que a lo largo de cinco siglos viene destruyen­do a la Cristiandad, desde la decadencia de la Edad Medía hasta nuestros días.

Desde un punto de vista teológico y filo­sófico tomista son analizadas las causas profundas de ese proceso, los agentes que lo promueven, los elementos esen­ciales de la doctrina que lo inspira, la im­portancia de los varios campos donde actúa, el vigor de su dinamismo y el mecanismo de su expansión.

Es estudíada además la Contra-Revolución, es decir, el proceso que debe oponerse a la Re­volución, y sus condi­ciones de victoria.

Revolución y Con­tra-Revolución pasa a ser el libro de cabece­ra de los miembros del grupo de "Catolicis­mo", y también de todos aquellos que ingresarán más tarde en las Sociedades de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad hoy existentes en el mundo. Ver Parte III: Revolución y Contra-Revo­lución, fuente de inspiración, programa de vida y, en la acción, común denomi­nador de las 15 TFPs. 

 

Tradición, Familia, Propiedad

"la unión de esos tres términos no es casual...

constituyen un todo coherente

que debe aceptarse o rechazarse,

pero cuyos elementos no pueden separarse."

Max Delespesse (29)

 

En 1960 es fundada la Sociedad Brasileña de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad. A partir de entonces, la historia de Plinio Corrêa de Oliveira y de la TFP brasileña se confunden. A tal punto que cada palabra, cada letra de este libro forman parte de la gesta de aquél sin el cual la TFP brasileña, y en cierto sentido las otras TFPs, no existirían

Plinio Corrêa de Oliveira funda la TFP brasileña 

Con la publicación del libro Revolución y Contra-Revolución todo está prepara­do para el paso decisivo que cambiará la fisonomía del grupo de "Catolicismo", confiriendo carácter jurídico a esta fami­lia de almas que poco a poco se ha ido formando orgánicamente: en julio de 1960 se funda la SOCIEDAD BRASILENA DE DEFENSA DE LA TRADICION, FAMI­LIA Y PROPIEDAD — TFP.

Los socios fundadores y los directi­vos son todos integrantes del grupo de "Catolicismo". Su nacimiento es el co­mienzo de otra fase de la lucha para aquellos amigos a quienes el idealismo, la fidelidad, la desventura y también las recientes alegrías han unido tan íntimamente.

*      *      *

A partir de entonces la historia de Pli­nio Corrêa de Oliveira y la de la TFP brasileña se confunden. A tal punto que cada palabra, cada letra de este libro forman parte de la gesta de aquél sin el cual la TFP brasileña, y en cierto senti­do las otras TFPs, no existirían.

Cualquier observador puede notar que todas las realizaciones con el cuño TFP tienen un estilo inconfundible y crean una atmósfera moral de extraordi­naria elevación. Se nota la existencia de una afinidad que se comunica de al­ma a alma, hasta las últimas ramificacio­nes de ese gran árbol. Ahora bien, dicha afinidad —nadie lo puede negar— es el fruto de la palabra y del ejemplo de Pli­nio Corrêa de Oliveira.

La sustancia, el estilo y el élan de la TFP brasileña son la sustancia, el esti­lo y el élan de Plinio Corrêa de Olivei­ra. Mutatis mutandis, algo análogo pue­de decirse de las otras TFPs en expan­sión en los cinco continentes, de las cuales es inspirador este insigne hijo de la Santa Iglesia.

Esta es, sin duda, una forma superior de paternidad, por lo general caracterís­tica de los fundadores de las grandes co­rrientes de pensamiento o de acción y de las grandes instituciones religiosas y temporales.

Cabe recordar en este sentido un epi­sodio de la vida del Bienaventurado Don Nuno Alvares Pereira, Condestable de Portugal. Después de una de sus gran­des victorias le preguntaron cómo había conseguido vencer con tropa tan exigua el ejército mucho mayor del adversario. El guerrero, buen conocedor del alma de su pueblo, dió esta respuesta: “nues­tro Rey venció porque su ejército no es de soldados, es un ejército de hijos.”

Afirmación análoga puede hacerse de las TFPs. Es la razón por la cual sus socios y cooperadores participan con in­tensa dedicación e intrepidez de la gran gesta global aquí narrada.


Notas

1. N° 242, 2-5-1937.

2. Apud Bernard Botte, O.S.B., O movimento li­túrgico, Ed. Paulinas, São Paulo, 1978, p. 217.

3. Cfr. Plinio Corrêa de Oliveira, Kamikaze, "Fo­lha de S. Paulo", 15-2-1969.

4. Mons. Duarte Leopoldo, Illuminuras, Empre­sa Graphica de la "Revista dos Tribunaes", São Paulo, 1937, p. 126.

5. "Legionario", N° 223, 20-12-1936. Oswaldo Euclides de Souza Aranha fue uno de los ele­mentos más importantes de la revolución getu­lista de 1930. Fue Ministro de Justicia y de Re­laciones Exteriores en el Gobierno de Getúlio Vargas. En 1947 presidió la Asamblea General de la ONU.

6. "Jornal de Minas", Belo Horizonte, 3-7-1986. Paulo Brossard fue Diputado Federal, Senador y Ministro de Justicia del Gobierno del Presi­dente José Sarney (1985-1989).

7. Cfr. Plinio Corrêa de Oliveira, Kamikaze, op. cit.

8. O Movimento Litúrgico no Brasil - Estudo Histórico Ed. Vozes, Petrópolis, 1983, p. 314.

9. Cfr. Kamikaze, op. cit.

10. Apud Bernard Botte, O.S.B., op. cit., p. 221.

11. Cfr. Plinio Corrêa de Oliveira, Cómo se de­rrumbó la piramide de Keops, "Folha de S. Paulo", 8-2-1969.

12. Apud Luis Alberto Gómes de Souza, A JUC: os estudantes católicos e a política, Ed. Vozes, Petrópolis, 1984, p. 9. Una de las organizacio­nes en que se subdividía la Acción Católica era la JUC, cuyos desvíos ya habían sido de­nunciados por el Profesor Plinio Corrêa de Oliveira en los años 30 y 40. Conviene señalar que el P. Gutiérrez (peruano) es considera­do el inspirador de la Teología de la Libera­ción y uno de sus principales portavoces.

13. A Igreja e a Política no Brasil, Prefacio de Frei Betto, Ed. Brasiliense, São Paulo, 1979, p. 228. Marcio Moreira Alves procede de una conoci­da familia de políticos del Estado de Minas Gerais, Brasil. Desde joven se vinculó a la iz­quierda católica, transformándose en destaca­do activista de esta corriente. Es autor de va­rias obras sobre el papel de los católicos pro­gresistas en la vida pública brasileña.

14. Cfr. Plinio Corra de Oliveira, Kamikaze, op. cit.; Eloi de Magalhães, Para evitar las prescrip­ciones de la Historia, "Catolicismo", N° 150, junio de 1963.

15. Ed. Ave Maria, São Paulo, Brasil, 384 pp.

16. Mons. Helvecio Gomes de Oliveira, Arzobis­po de Mariana; Mons. Atico Eusebio da Rocha, Arzobispo de Curitiba; Mons. João Becker, Arzobispo de Porto Alegre; Mons. Joaquim Domingues de Oliveira, Arzobispo de Florianó­polis; Mons. Antonio Augusto de Assis, Arzo­bispo-Obispo de Jaboticabal; Mons. Otaviano Pereira de Albuquerque, Arzobispo-Obispo de Campos; Mons. Alberto José Gonçalves, Arzobispo-Obispo de Ribeirão Preto; Mons. José Mauricio da Rocha, Obispo de Bragança Paulista; Mons. Henrique César Fernandes Mourão, Obispo de Cafelandía; Mons. Antonio dos Santos, Obispo de Assis; Mons. Fray Luis de Santana, Obispo de Botucatú; Mons. Ma­nuel da Silveira D'Elboux, Obispo auxiliar de Ribeirão Preto (después Arzobispo de Curiti­ba); Mons. Ernesto de Paula, Obispo de Jacare­zinho (hoy Obispo titular de Gerocesarea); Mons. Otávio Chagas de Miranda, Obispo de Pouso Alegre; Mons. Fray Daniel Hostin, Obis­po de Lajes; Mons. Juvencio de Brito, Obis­po de Caetité; Mons. Francisco de Assis Pires, Obispo de Crato; Mons. Florencio Sisino Viei­ra, Obispo de Amargosa; Mons. Severino Vieira, Obispo de Piaui; Mons. Fray Germano Ve­ga Campón, Obispo-Prelado de Jataí; P. L. Riou, S.J., Provincial de la Compañía de Jesús en el Brasil central.

17. Fray José Ariovaldo da Silva, O.F.M., op. cit. pp. 336 y 317.

18. Cfr. Plinio Corrêa de Oliveira, La Iglesia ante la escalada de la amenaza comunista -Llamamiento a los obispos silenciosos, Edito­rial Vera Cruz, São Paulo, Brasil, 4a. ed., 1977, pp. 43 a 53.

19. Cfr. Plinio Corrêa de Oliveira, op. cit., pp. 37 a 46.

20. Apud Fr. José Ariovaldo da Silva, O.F.M., op. cit., p. 352.

21. Kamikaze, op. cit.

22. Plinio Corrêa de Oliveira, Nace la TFP, "Folha de S. Paulo", 22-2-1969.

23. Ibidem.

24. Ibidem.

25. Plinio Corrêa de Oliveira, un cruzado del siglo XX - Departamento de Historia de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas de la Uni­versidad de São Paulo -Disertación de Grado, 1984, p 19.

26. Cfr. Plinio Corrêa de Oliveira, Revolución y Contra-Revolución, Parte I, Cap. V Las Tres pro­fundidades de la Revolución: en las tendencias, en las ideas, en los hechos.

27. Cfr. Plinio Corrêa de Oliveira, Nace la  TFP, op. cit.

28. Carta al Profesor Plinio Corrêa de Oliveira, fe­chada el 24 de julio de 1961.

29. Tradition, Famille, Propriété: Jésus et la triple contestation, Fleurus-Novalis, Paris-Ottawa, 1972, pp. 7-8.

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