Juan Gonzalo Larrain Campbell

 

 

Plinio Corrêa de Oliveira:

 

Previsiones y Denuncias

en defensa de la Iglesia y de la civilización cristiana

"CATOLICISMO" Nº 522 – Junio de 1994

 

La rampa inexorable de la

revolución en la indumentaria

 

La marcha devastadora de la corrupción moral hasta el nudismo, pronosticada hace décadas por Plinio Corrêa de Oliveira, es confirmada por los hechos.

 

En el artículo anterior mostramos la clarividencia con que el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira previó y denunció el origen de la decadencia moral en los medios católicos a partir de sectores influyentes de la Acción Católica.

Con el propósito de hacer comprender con mayor claridad algunas de las causas de la inundación de inmoralidad que sumerge al mundo contemporáneo, exponemos a continuación, en líneas muy generales, otros aspectos de la génesis de la corrupción descripta por el fundador de la TFP brasileña, así como la previsión de las consecuencias a las cuales esta crisis llegaría.

 

La “gradualidad”, engañosa regla en la escalada de la inmoralidad

“Deseamos hoy —escribía él en 1956— poner en evidencia uno de los principios más esenciales del triste camino seguido por Occidente, partiendo de sus tradiciones culturales y sociales cristianas, para el paganismo total, del cual ya se encuentra tan próximo.

“Se trata del principio que llamaríamos de ‘gradualidad’. La corrupción, en su larga marcha victoriosa, no dio saltos. Por el contrario, supo progresar por etapas tan insensibles que nadie, a lo largo de la trayectoria, prestaba atención al deslizamiento de las ideas, de las costumbres y de las modas. Y con esto el camino recorrido dócilmente por la humanidad fue inmenso”.

Después de analizar la “evolución” del traje de baño femenino en el período de 1830 a 1920, Plinio Corrêa de Oliveira se pregunta: ¿qué dirían las bañistas de 1920 “si pudieren ver como ellas mismas o sus hijas y nietas tomarían baños de mar o de piscina en 1956? Probablemente esta previsión habría suscitado en ellas una reacción saludable. Pero, como nadie preveía tales excesos, la moda continuó su curso. En 1956, nos es lícito preguntar: ¿cómo estarán las cosas en 1986?”[1].

Casi veinte años después, el Presidente de la TFP brasileña afirmaba: “Yo tenía cerca de diez años cuando asistí al primer gran lance de la revolución en la indumentaria que ahora está llegando a su auge”. Y, después de resumir, aplicando a la decadencia de los trajes femeninos el principio de la gradualidad, sustentaba: “En materia de trajes de baño, la revolución indumentaria fue mucho mas audaz. Y en una cadencia que conoció pocas e irrelevantes vacilaciones, la moda llegó hasta el biquini.

“¿Habrá sido el biquini el inspirador y el precursor del vestido de dos piezas?

“Sea como fuere, a partir del biquini y de las dos piezas, ¿hasta dónde llegarán las cosas?”[2].

 

Socialismo, libertad sexual y nudismo

A esta pregunta, dirigida a los moderados que sólo miran para el día de hoy y se niegan sistemáticamente a considerar el día de mañana, él ya había respondido el año anterior con una previsión.

Analizando la inmoralidad sexual imperante en Suecia, en ese entonces dominada por un gobierno socialista, donde un diputado había presentado al Parlamento un proyecto para establecer el monopolio estatal de la... prostitución, y otro había propuesto el reconocimiento oficial de matrimonios entre tres, cuatro, cinco o seis personas, siendo intercambiables las partes, Plinio Corrêa de Oliveira concluía: “El interés esencial del asunto proviene del hecho de que estos episodios de la vida sueca ponen en evidencia trazos de alma inherentes a la onda de socialismo y de libertad sexual que barre el mundo entero... y cuyas aguas van penetrando también en Brasil.

“Expresión característica de la amplitud de este fenómeno es la medida tomada por las autoridades... en Mónaco. Ellas acaban de permitir el nudismo en las playas...

“¿Hecho estrictamente monegasco?

¡Quién puede pretenderlo! Si ya se extendió por el mundo entero el biquini y hoy hasta es fabricado por manos de monjas [sobre esta afirmación ver recuadro anexo],¿quién puede cerrar los ojos para el hecho de que tendremos, en un plazo mayor o menor, el monoquini, y después de éste el desnudo total?...”[3].

Confirmando de modo elocuente la previsión arriba transcrita, la revista Veja, del 12 de enero de este año [1994], con el subtítulo En las playas y los lugares de nudismo millares de brasileños se sacan la ropa..., informa:

“La semana pasada 400 veraneantes se extendían al sol en los 500 metros de la Playa del Pinho, en Santa Catarina. Todos sin ropa. La escena se repetía en otras cuatro playas brasileñas: Tambaúba, en Paraíba, Playa Brava y Olho de Boi, en Río de Janeiro y Pedras Altas, también en Santa Catarina. Juntas, las cinco playas suman 10 kilómetros.... En dos lugares del interior de São Paulo, 67 familias acostumbran encontrarse los fines de semana para churrasqueadas de confraternización, igualmente desnudas.

“El nudismo —o naturismo, como los nudistas prefieren que sea llamado— tiene una fiel legión de seguidores en Brasil. Sólo el año pasado, cerca de 60.000 brasileños se sacaron la ropa en una de las cinco playas en que esto es permitido, según los cálculos de la Federación Brasileña de Naturismo. ....

“En los Estados Unidos el nudismo es un gran negocio”, prosigue la noticia, agregando que, según la revista “Forbes” —“Biblia de los banqueros y de los grandes empresarios”— 20% de los americanos adultos tienen el hábito de nadar desnudos en el verano. Y agrega: “Esta cifra es un tercio mayor que la de diez años atrás. El número de asociaciones de nudistas aumentó de 40 para 70 en los Estados Unidos en sólo dos años. La economía del nudismo mueve cerca de 120 millones de dólares por año en hoteles especializados, cruceros de navío y publicidad. Agencias de turismo especializadas llenan navíos fletados hasta con 1.000 pasajeros sin ropa, que pagan hasta 5.200 dólares por un crucero de una semana”[4].

 

Quien avisa, amigo es

Si “quien avisa, amigo es”, como afirma el adagio, han sido muchas las demostraciones de amistad que, a lo largo de su vida, Plinio Corrêa de Oliveira ha dado a sus contemporáneos a través de su ejemplo, de discursos, conferencias, libros, artículos, campañas públicas inspiradas por él, etc., previniendo el pantano moral en el que habríamos de caer, si el mundo no retomase las vías de la civilización cristiana.

Tales pronósticos, que la Historia viene confirmando paso a paso, él siempre los hizo acompañados de una firme esperanza sobrenatural en el triunfo de la Santa Iglesia Católica y de la civilización cristiana, después de la tempestad que azota al mundo actual.

 

 

Desconcertante actitud de monjas “aggiornate”

 

En el proceso de decadencia moral analizado en el artículo adjunto, se dio un hecho doloroso, comentado, aún en la década del 70, por Plinio Corrêa de Oliveira. Se trata de una inconcebible colaboración que religiosas contemplativas españolas prestaban a la difusión del biquini. Vamos a la noticia.

“El diario ‘Pueblo’ de España informa ‘que la Sociedad Española Acrílica de Fibras (SEAF), deseando ofrecer al público biquinis de espléndida terminación, se puso a procurar mano de obra altamente calificada, y no consiguiendo encontrarla en los ambientes comunes, obtuvo que se encargasen de la tarea —sujétese el lector para no caerse— un equipo de monjas de una de las Órdenes religiosas más austeras de la Iglesia’. Se trata de clarisas....

“Ocho clarisas del convento de Benavente, en España, aceptaron poner sus calificadísimas cualidades de costureras al servicio de la empresa arriba referida. Y, mediante 50 mil pesetas, lanzaron 92 modelos diferentes de biquinis de colores rutilantes” (Algoz-mor, Princesa e abstrusas clarissas! Folha de S. Paulo, 12-8-73).

 


NOTAS

[1] Catolicismo, agosto de 1956, O princípio da gradualidade, regra ardilosa do progresso do mal.

[2] Folha de S. Paulo, 7-4-74, Para onde?

[3] Folha de S. Paulo, 19-8-73, Bangladesh, Watergate e nudismo.

[4] Veja, 12-1-94.


 

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