Plinio Corrêa de Oliveira

 

Los dos talones

 

"Cristiandad" N.º 517-518, Marzo-Abril de 1974 [1]

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A D V E R T E N C I A

Si el profesor Plinio Corrêa de Oliveira estuviera entre nosotros sin duda pediría que fuera colocada una explícita mención a su filial disposición de rectificar cualquier eventual discrepancia en relación al Magisterio inmutable de la Iglesia. Es lo que hacemos constar, con sus propias palabras, como homenaje a tan escrupuloso estado de espíritu:

“Católico apostólico romano, el autor de este texto se somete con filial ardor a las enseñanzas tradicionales de la Santa Iglesia. No obstante, si por lapso, algo en él hubiera en desacuerdo con dichas enseñanzas, desde ya y categóricamente lo rechaza”.

Las palabras “Revolución” y “Contra-Revolución”, son aquí empleadas en el sentido que se les da en el libro “Revolución y Contra-Revolución”, cuya primera edición apareció publicada en el número 100 de la revista “Catolicismo”, en abril de 1959.

Europa es un Aquiles que no tiene sólo uno, sino dos talones vulnerables.

Desde que corte el abastecimiento de petróleo del Oriente Medio, Rusia puede paralizar, de un momento a otro, casi todas las industrias y transportes de Europa Occidental. Tal medida va siendo cada vez más ejecutable, por dos razones. La primera es que el poderío naval soviético crece cada vez más en el Mediterráneo, lo que permite a Rusia eliminar o perjudicar a fondo el transporte del petróleo. La segunda es que el gobierno de coalición del Irak, del cual forman parte comunistas, expropió la Irak Petroleum Company, que funciona ahora con técnicos rusos. La colocación y la distribución del petróleo quedarán a cargo de Rusia. Añádase que la penetración soviética, siempre más intensa en Irán, va haciendo cada vez más peligrosa la situación no sólo del gobierno de ese país, sino también la de los sultanatos petrolíferos del Golfo Pérsico. Así, todo el petróleo del Oriente Medio podrá caer, en breve lapso, en las manos de los soviéticos.

PODERIO MILITAR SOVIÉTICO

Este es uno de los “talones de Aquiles” de Europa. El otro es la situación militar. Sin petróleo, el esfuerzo de guerra de Europa Occidental queda reducido a casi nada. Pero la cosa es aún peor. Aunque últimamente se ha extendido por el Mediterráneo, el poderío militar ruso en el norte de Europa alcanzó índices alarmantes. Los soviéticos superan a Europa Occidental en poder aéreo en la proporción de 7 por 1. Y el poderío naval de ellos está, respecto al de los europeos occidentales, en la proporción de 4 por 1.

Así, por el Norte y por el Sur, Rusia va sitiando a Europa Occidental.

Pero, dirá el lector, ¿y la reducción equilibrada de las fuerzas?

— Respondo que ésta sólo está siendo negociada, por el momento, entre Oriente y Occidente, en el sector central vital (y, por lo tanto, ni en el Norte ni en el Sur). Así, se explica fácilmente que Rusia tenga ya preparado un plan de invasión de Europa Occidental, consistente en ocupar el Continente y todo el litoral del Atlántico en dos semanas. En dos semanas más, ella contaría con neutralizar toda la resistencia en la zona ocupada. Los Estados Unidos serían paralizados por el terror de una agresión atómica.

“FINLANDIZACIÓN”

A esa invasión, Europa tendría poco que oponer, pues la NATO sólo dispone de 11 mil tanques, en cuanto que las naciones del Pacto de Varsovia disponen de 17 mil. Lo más probable es que, en la inminencia de esta invasión, Europa Occidental se deje “finlandizar”, sin ninguna resistencia militar. O sea, los gobiernos conservarían una aparente soberanía, no obstante, en realidad, quedarían en la dependencia de cualquier gesto de mano de los Señores del Kremlin. Una situación casi igual a la de los países satélites. Quede entendido que Rusia aprovecharía esta situación privilegiada para imponer gradualmente el comunismo a los países “finlandizados”.

¿FICCIÓN O REALIDAD?

En vista de ese conjunto de noticias y previsiones catastróficas, el lector tendrá un sobresalto y me preguntará en qué me baso.

Casi todos los datos que menciono tienen como origen dos artículos publicados por el señor C. L. Sulzberger en el “New York Times” y en “O Estado de S. Paulo” de los días 17 y 18 del corriente mes. De mi parte sólo añadí hechos de notoriedad absolutamente universal.

El señor Sulzberger es un periodista conocidísimo, miembro de la poderosa familia a la cual pertenece el órgano neoyorquino. De este discrepo en todo y por todo. Pero el lector y yo sabemos que es uno de los periódicos más importantes del mundo. Además, en sus artículos, el señor Sulzberger menciona fuentes como el servicio secreto norteamericano, y el informe “Europa y el Mediterráneo”, recientemente aprobado por la Unión de la Europa Occidental.

DESCONFIANZA “SAPA”

Por fin, añádase que el señor Sulzberger está muy lejos de ser —como yo— un anticomunista empeñado en alertar la opinión mundial contra el peligro ruso. No está él, pues, expuesto a la desconfianza “sapa” [2] de exagerar el peligro ruso, para despertar una reacción del Occidente.

Por esto, es sin indignación que el señor Sulzberger constata, en uno de sus artículos citados, la siguiente catástrofe: “Es innegable que Europa Occidental se está volviendo cada vez más irreversiblemente dependiente de la voluntad de Moscú en lo que dice respecto al mantenimiento de su seguridad y progreso económico”.

La serenidad del periodista americano tiene una causa. Él dice: “La Unión Soviética desea sinceramente una conferencia paneuropea de seguridad, que sea seguida por un acuerdo formal entre el Este Y el Oeste, y está preparada a pagar por la ratificación de las fronteras vigentes en Europa, concordando con alguna especie de reducción mutua y equilibrada de fuerzas de los ejércitos del Pacto de Varsovia y de la NATO”. Para el periodista, continúa así abierta una esperanza en medio de esas tinieblas. El cree que “la tendencia para una “detente” venga a reducir la amenaza de crisis”.

Todo esto muestra al lector cuan insospechado es el señor Sulzberger de querer crear, con sus artículos, un sobresalto anticomunista.

URGE ALERTAR SIN TARDANZA

—Y yo ¿por qué motivo trato aquí de esos asuntos?

Me niego a admitir que esté todo perdido. Porque pertenezco, por la gracia de Dios, a la categoría de hombres que luchan animosamente, incluso con los recursos más menguados, contra el más poderoso adversario. Porque, antes de nada, creo en la Providencia Divina, y sé que por los ruegos de Nuestra Señora los buenos jamás serán abandonados en su lucha contra el mal. Porque, así, urge alertar sin tardanza a los buenos. No se puede prestar al Occidente un deservicio más fatal que dejarlo dormir delante del peligro que crece asustadoramente.

No sé en qué se ha fundado, exactamente, el señor Sulzberger para afirmar que, si se realizaran las hipótesis catastróficas por él mencionadas, esto sólo se daría de aquí a “varios años”. Esto quiere decir que aún hay muchas resistencias por vencer. Entre éstas está —en nuestros tiempos de agresión psicológica— la resistencia de los hombres de fibra en el mundo entero.

Estimular esta resistencia por la consideración —hecha a tiempo— del peligro, crear un ambiente de Fe y coraje, es deber de todos. Para el señor Sulzberger, como vimos, el peligro no existe, porque se puede confiar en las intenciones pacíficas de los rusos. Los que, en el mundo libre, participan de su candidez, son una minoría insignificante. Esa minoría perderá rotundamente, si los que no creen en la buena fe soviética despertasen. He aquí por qué escribí este artículo.

 

PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA                                  

Presidente del Consejo Nacional de la  Sociedad Brasileña de Defensa de la

 TRADICIÓN, FAMILIA y PROPIEDAD                             


 NOTAS

[1] Artículo originalmente publicado en la "Folha de S. Paulo" de 25 de junio de 1972. Traducción y adaptación al español por "Cristiandad".

[2] El autor llama “sapos” a los comunistas y socialistas adinerados que usan la máscara progresista o democristiana. El “sapo” sueña con un mundo en el cual esté en vigor la democracia política liberal, juntamente con un férreo socialismo en el campo económico y social. Y postulan toda clase de concesiones al comunismo.