Plinio Corrêa de Oliveira

 

 

La TFP y la homosexualidad

 

 

 

 

29 de octubre 1992

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Entrevista

El Prof. Plinio Corrêa de Oliveira responde al Sistema Brasileño de Televisión (SBT) sobre el polémico tema de la homosexualidad.

SBT: ¿Hoy el homosexual es más aceptado por la sociedad?

PCO: - Más aceptado, no. Es... menos rechazado. No estoy haciendo un juego de palabras.

SBT: - ¿Eso le parece peligroso?

PCO: - Sí, ya que representa la desaparición de la censura social a un hábito que es contrario al ordem natural de las cosas.

SBT: - ¿Cúal es su opinión sobre la homosexualidad?

PCO: - El acto sexual, en el orden natural de las cosas, existe para la fecundidad de la familia y, a través de la fecundidad de la familia, la expansión del género humano.

El precepto de Dios Nuestro Señor a los hombres, a nuestros primeros padres, fue Creced y multiplicaos y poblad la tierra. Este precepto se cumple a través de la relación sexual, que sólo se ejerce legítimamente en el matrimonio. Ahora, para la homosexualidad no existe matrimonio y sobre todo, no puede existir fecundidad. La relación homosexual es estéril por definición. El resultado es que la homosexualidad es completamente contraria al orden natural de las cosas y, por lo tanto, contraria a la familia.

SBT: - ¿Cómo ve el rechazo de la sociedad a la homosexualidad?

PCO: - La homosexualidad siempre fue objeto de una verdadera aversión de las generaciónes que se sucedieron. Y no por capricho ni por moda.

En los tiempos en que la fe impregnaba, profunda y suavemente, con el esplendor de sus valores toda la vida social y, por lo tanto, también la vida familiar, era comprensible que todo aquello que fuese opuesto a la fe fuese visto con rechazo.

Según la doctrina católica, la homosexualidad es un pecado calificado entre los pocos que “gritan al cielo y claman a Dios por venganza”.

Tanto como el homicidio, que causa un rechazo moral por parte de los hombres, también la homosexualidad causa aversión. Esa aversión es una preservación de la sociedad contra aquello que siente opuesto a sí misma. Todo aquello que es vivo rechaza lo que lo destruye. Y así, por un movimiento comparable al del instinto de conservación, las sociedades humanas modeladas según la doctrina católica, se manifestaban y eran profundamente antihomosexuales. Con la paganización de las costumbres, todo esto fue perdiendo su signicado más profundo.

SBT: - ¿La homosexualidad interfiere en el desempeño laboral?

PCO: - La homosexualidad desvía a las personas de un acto fecundo, para la práctica del acto sexual en condiciones forzosamente estériles. Es algo que como brasileño no puedo dejar de deplorar, tanto más profundamente cuanto nosotros tenemos un territorio que es una dádiva de Dios, una dádiva de la Historia.

O Brasil llena su territorio, o tarde o temprano vendrán naciones alegando que el territorio brasileño, en las manos de Brasil, constituye un latifundio improductivo.

SBT: - ¿La homosexualidad interfiere en la formación ideológica del país?

PCO: - La homosexualidad con cierta frecuencia se conjuga con la llamada pedolia, o sea, con las relaciones sexuales de adultos con niños.

La pedofilia, naturalmente, es una plaga para la enseñanza. Y por eso es reprimida hoy en día por la legislación de incontables paises. ¿Cómo no pensar que es inconveniente que un profesor que está dando clases a alumnos de su mismo sexo, se sienta atraído por éste o aquel de sus alumnos?

¿Cómo no pensar que no acabará desviando la atención del ocio de maestro, por prestar atención en estas predilecciónes espúrias y así se bajará el nivel de su enseñanza?

SBT: - ¿Qué consejo daría para un joven homosexual?

PCO: - Si se trata de un joven que tiene tendencia a la homosexualidad pero que tiene bastante energía, bastante dominio sobre si mismo como para resistir a esa tendencia, yo le diría: “lo respeto, lo admiro y pido a Dios que continúe ayudándolo, para que se mantenga puro, sin prácticas sexuales condenables, hasta su casamiento”.

Ahora, si es un joven que cayó en la práctica de la homosexualidad, en cuanto criatura de Dios, no puedo dejar de desear su bien, su salvación. Y, tratándolo con dignidad y respeto le diré: “apreciado amigo, yo comprendo que es difícil y hasta heroico para una persona que abandonó la práctica de la pureza para dejarse arrastrar por eso, abandonar dicha práctica. Pero la experiencia muestra que es posible, desde que tome las precauciones necesarias.”

“Es decir, no vea a personas que lo invitan a eso, no se meta en los ambientes en que esto se practica, y trate sobretodo de desviar siempre su mirada y sus pensamientos de prácticas de esa naturaleza. Si Ud. consigue eso, habrá conquistado una victoria brillante y yo, no sólo lo felicitaré en esa ocasión, sino que desde ya lo invito a iniciar esa lucha.”

“Si Ud. no quiere, si ese esfuerzo tan grande pero tan noble, prefiere no realizarlo, para dar lugar a fruiciones ilegítimas a las que su naturaleza desordenada aspira, yo no puedo dejar de lamentarlo y permanecer rezando para que Dios tenga pena de ud. y que algún día su alma pueda ser tocada por la gracia y erguida a mejores disposiciones.”


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