Plinio Corrêa de Oliveira

 

 

Previniendo para tonificar

 

 

"Folha de S. Paulo", 5 de julio de 1983

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Desde el primer momento en que inicié mi colaboración en la ya entonces famosa sección "Tendencias/Debates" de este diario, me pregunté sobre qué temas escribir. ¿Meramente culturales? ¿O culturales, sí, pero relacionados con problemas de actualidad?

Tanto uno como el otro género tenían acogida en la página. Empero, opté por este último. Y, desde entonces, no presenté colaboración alguna que no contuviese ese doble cuño.

En este marco de tormenta — ¿tan sólo marco, o verdadera tormenta? — en que nos encontramos, considero mi deber tratar de un asunto de actualidad absolutamente vibrante.

En un libro reciente (*) afirmé que en el Brasil no existen solamente los tres Poderes, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, sino otros dos más, sensiblemente de mayor influencia frente a la opinión pública. El 4to. Poder es la Publicidad, cuya base de prestigio está constituida más por la credulidad de los ingenuos que por la adhesión de los lectores verdaderamente cultos. El 5to. Poder es la CNBB (N. de la R.: Conferencia Nacional de los Obispos Brasileños), la que —salvadas las mismas raras y honrosas excepciones— pesa mucho más por su influencia sobre los crédulos que sobre los verdaderos hombres de fe.

Ahora bien, algo sucede en este momento, en virtud de lo cual el 4º. y el 5º. Poder predicen explícita o implícitamente, más o menos lo mismo en cuanto a nuestro futuro próximo, o quizás inmediato.

Por ejemplo, uno y otro Poder manifiestan las más graves aprensiones en cuanto a los efectos de aquellas medidas del "paquete" del presidente Figueiredo que hasta ahora no han sido anunciadas: agitaciones urbanas tendientes procesivamente al paroxismo. "Pari passu", el mal olor —hecho de pólvora y de sangre— de las guerrillas rurales parece próximo a irrumpir, según pronunciamientos del 4to. y 5to. Poder. Primeramente, en las selvas de Araguaia…

Guerrilla urbana y guerrilla rural a la vista; ¿qué puede haber de mayor actualidad?

No está en mis posibilidades poner freno a las guerrillas urbanas, ni a las rurales. Pero puedo hacer aquí un comentario que sirva para estimular una actitud de prevención en una parte de los brasileños cuyo pronunciamiento podría aún frenar el mal.

No creo que Rusia, cuya "longa manus" es el único agente claro dentro de la inmensa confusión nacional, le convenga desencadenar ahora, en el país, propiamente una guerra civil. Ella sabe que nuestras clases dirigentes aún tienen sobrada influencia para que esta guerra no resulte finalmente una derrota de los rojos. Aun hace poco, el "camarada" Gregorio Bezerra, destacado "jefe de fila" del Partido Comunista Brasileño declaró al diario "A União" de João Pessoa, que "a pesar de la ayuda que da la Iglesia a las comunidades de base, el coronelato va a permanecer aún por mucho tiempo. Mientras que las masas del campo y de la ciudad no estén realmente organizadas y concientizadas, la camarilla de los sembradíos aún será el mandón de nuestros campos" (Colección de entrevistas al "Jornal de Domingo", 2-2-83).

Conscientes de esto, los comunistas no tienen otro medio más que cubrir al Brasil, de Norte a Sur, con una inmensa erupción de guerrillas locales. Considerada cada una en sí misma, ninguna guerrilla tendría gran importancia. Y sólo alarmaría a las clases conservadoras fijadas en la zona así afectada inmediatamente. De a poco, cuando la erupción de la violencia se fuere extendiendo, los espíritus ya estarán resignados a medias a convivir con ella. Y cuando ella cubriere todo el País, ya estarían preparados para capitular. El mecanismo guerrillero urbano y rural existiría, pues, y de modo capital, para amortecer gradualmente en los anticomunistas la voluntad de reaccionar.

Esta táctica toma en su punto flaco a buena parte de las clases dirigentes del País. Los potentados, por ejemplo.

Entre los potentados que más se exhiben, más "promovidos" por el 4to. Poder, y mejor vistos por el 5to. Poder, figuras así no son raras. Estas figuras hasta hallan gusto en denominarse "cristianas".

Es característico de este mal género de potentados un modo de ser que los coloca potencialmente en las garras del comunismo. Para cada uno de ellos, sus parques industriales, sus bancos, sus negocios o sus campos son el centro del mundo. Si todo eso está intacto, el mundo nada tiene que temer. Si se intenta probarles el error que hay en semejante enfoque, son insensibles: detestan oír; la cultura de los otros les trae complejos, y la de ellos no les permite ver muy lejos. Por otro lado, detestan igualmente la previsión. Les basta el día de hoy, con sus deleites de mando durante la semana, y en el gozo de los "weekends". En nada ayudan a que se abran los ojos del público para el comunismo. Abrir sus propios ojos, o los de los demás, es algo que abominan.

* * *

Ahora bien, sucede que esta clase de potentados tienen inmediatamente por debajo de ellos una categoría de potentadejos que se mueren de amargura por no ser potentados. Y que tratan de consolarse dando a entender a los sub-potentadillos que tienen por debajo, que ellos, los potentadejos, son de hecho auténticos potentados. Ilusión que crean imitando a los potentados de mal género en lo que éstos tienen de más típico, o sea, sus defectos. Y así, el mal ejemplo va contagiando a sectores enteros de las diversas clases de la burguesía. Lo cual hace muy difícil a esta última el tomar la actitud grande y llena de bríos frente a la catástrofe nacional que podría abrirle los ojos al País en cuanto al vacío religioso (para no decir más) que hay en la CNBB y en las CEBs (Comunidades de Base), así como a la consecuente inconsistencia de la fuerza de impacto de una y otra sobre la masa. En fin, el 5to. Poder es una empanada vacía, al contrario de lo que afirma casi todo el 4to. Poder...

¿Palabras en el aire? No. Observación serena de la realidad. De una realidad sobre la cual todo, o casi todo, ha sido ya escrito. Pero sobre la cual la mayoría de los componentes del 4to. y del 5to. Poder se obstinan en contemplarla con ojos miopes.

Es lo que yo afirmo sobre el 5to. Poder, y con posibilidades de indigestar de pruebas al lector más exigente. Por ejemplo, dirigiendo el telescopio sobre la selva del Araguaia, y sorprendiendo allí, cometiendo "hechos”, y esparciendo rumores, a Mons. Pedro Casaldáliga (N. de la R. Obispo de S. Félix de Araguaia, de conocida línea subversiva) quien tal vez tenga suficiente envergadura como para intentar en el Brasil, por las buenas o por las malas, la misma revolución que en su España natal se está haciendo mediante la "entente” de la Pasionaria... y del Rey.

Pero todo esto queda para otro artículo...

(*) Plinio Corrêa de Oliveira - Gustavo A. Solimeo y Luis A. Solimeo "Las CEBs… de las que mucho se habla y poco se conoce" - La TFP las describe como son" (Ed. Vera Cruz, S. Pablo, 1982, 250 pp.).


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