Plinio Corrêa de Oliveira

 

La primera mirada

 

"Santo del Día" [1], 30 de noviembre de 1988 [2]

 

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A D V E R T E N C I A

Este texto es trascripción de cinta grabada con conversación del profesor Plinio Corrêa de Oliveira dirigida a jóvenes de la TFP. Conserva, por tanto, el estilo coloquial y hablado, sin haber pasado por ninguna revisión del autor.

Si el profesor Corrêa de Oliveira estuviera entre nosotros sin duda pediría que fuera colocada una explícita mención a su filial disposición de rectificar cualquier eventual discrepancia en relación al Magisterio inmutable de la Iglesia. Es lo que hacemos constar, con sus propias palabras, como homenaje a tan escrupuloso estado de espíritu:

“Católico apostólico romano, el autor de este texto se somete con filial ardor a las enseñanzas tradicionales de la Santa Iglesia. No obstante, si por lapso, algo en él hubiera en desacuerdo con dichas enseñanzas, desde ya y categóricamente lo rechaza”.

Las palabras “Revolución” y “Contra-Revolución”, son aquí empleadas en el sentido que se les da en el libro “Revolución y Contra-Revolución”, cuya primera edición apareció publicada en el número 100 de la revista “Catolicismo”, en abril de 1959.

 

LUCES DE LA NOCHEBUENA

Ofrecemos a nuestros amigos esta inspiradora reflexión del gran líder católico brasileño sobre la relación entre el Niño Dios y su Santísima Madre, junto con nuestros fervientes deseos, para todos y cada uno, de una santa Navidad con renovadas gracias de Fe, confianza y amor de Dios.

 

Este fresco representando la Natividad del Niño Jesús es de Giotto, y se encuentra en la Capilla de los Scrovegni, en Padua.

San José está durmiendo. A su alrededor están las ovejitas, el burro y otros animales. Los ángeles llenan el cielo, cantando Gloria in excelsis Deo, et in terra pax hominibus bonae voluntatis! Y los pastores oyen atentos el cántico celestial. Es exactamente lo que la liturgia celebrará en la Nochebuena, el 24 de diciembre.

*   *   *

Es entrada la noche. Nuestra Señora acaba de dar a luz al Niño Jesús de un modo misterioso y maravilloso. Su gesto, su actitud, es presentado como el de una persona enteramente sana que se vuelve en su lecho para confortar, para mejor acondicionar al Niño. Ella realiza ese gesto con una desenvoltura física que no es lo propio de una madre que acaba de dar a luz.

Sabemos que, como consecuencia del pecado original, el proceso de nacimiento es siempre doloroso y difícil. Pero no lo fue para Nuestra Señora: por un particular don de Dios, siendo Ella preservada de toda mancha —Virgen antes, durante y después del parto— el nacimiento del Hijo de Dios se realizó de modo milagroso; para Ella no representó ningún esfuerzo. Y Ella está como si hubiese apenas despertado de un sueño ligero y apacible, para mirar a su Niño.

¡La escena es lindísima y conmueve! Giotto ha representado magníficamente aquel primer cruzarse de miradas, cuando la Santísima Virgen, por primera vez, con los ojos de la carne ha podido contemplar el fruto del Divino Espíritu Santo concebido en su seno virginal.

El Niño Jesús es representado como un recién nacido. Debemos considerar que Él también fue concebido sin pecado original, y en virtud de que su naturaleza humana estaba unida hipostáticamente a la de la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, Él gozó de inteligencia plena desde el primer instante en que Nuestra Señora lo concibió. Y ya en el claustro materno, perfectamente consciente, Él adoraba al Padre, le ofrecía reparaciones y le imploraba por los hombres.

Es por tanto claro que ya durante la gestación había entre el Niño y su Madre una íntima relación espritual de carácter místico, pues Nuestra Señora sabía que Él era una criatura enteramente inteligente. Esta relación alcanza su ápice cuando, por la primera vez, sus miradas se encuentran y ambos se contemplan, se conocen... La expresión del Niño es lúcida y plena de amor. Él analiza la fisonomía de su Madre, y Ella fija en Él su mirada.

Es un momento sublimísimo de la vida de ambos. ¡Podemos imaginar el auge de amor a Dios a que Ella llegó en ese momento, y qué mirada de amor el Niño posó sobre Ella!

 


NOTAS

[1] Los "Santos del Día" eran unas breves reuniones en las que el Prof. Plinio ofrecía una reflexión o comentario relacionado con el santo o fiesta religiosa que se celebraba aquel día.

[2] Excerpta de conferencia del Prof. Plinio Corrêa de Oliveira, a socios y cooperadores de la TFPd30 de noviembre de 1988. Sin revisión del autor. Traducción, resumen y adaptación por  "Tradición y Acción por un Perú Mayor".