El castigo de Jerusalén – Profecia de Ezequiel

“Santo del Día” – 1966

ADVERTENCIA

El presente texto es una adaptación de la transcripción de la grabación de una conferencia dada por el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira a los miembros y cooperadores de la TFP, manteniendo, por lo tanto, el estilo verbal, y no ha sido revisado por el autor.
Si el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira estuviera entre nosotros, seguramente pediría que se colocase una mención explícita de su voluntad filial de rectificar cualquier discrepancia con el Magisterio de la Iglesia. Es lo que hacemos aquí, con sus propias palabras, como homenaje a tan bello y constante estado de ánimo:
“Católico Apostólico Romano, el autor de este texto se somete con ardor filial a la enseñanza tradicional de la Santa Iglesia. Sin embargo, si por error se diera en él algo que no estuviera conforme con esa enseñanza, lo rechaza categóricamente”.
Las palabras “Revolución” y “Contrarrevolución” se utilizan aquí en el sentido que les da el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira en su libro “Revolución y Contrarrevolución“, cuya primera edición se publicó en el n.º 100 de “Catolicismo“, en abril de 1959.

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Profeta Ezequiel – “Aleijadinho”, Congonhas do Campo, Minas Gerais, Brasil

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Tenemos hoy una profecía de Ezequiel para leer, que me han dicho ser estupenda. Es Ezequiel 16, 1-42 (1). Son unas palabras de Ezequiel para figurar el destino de los judíos.

En el capítulo 15 se señala a Jerusalén como un palo de vid que será arrojado al fuego, y en el capítulo 16 viene la razón, lo que vamos a leer.

¿Por qué es arrojado al fuego? Porque habiendo sido guardada por Dios, adornada y tratada como esposa se ha vuelto… inútil e ingrata.

Así que ahora viene la primera parte, Dios adornándola y tratándola como esposa, y luego viene su torpeza ingrata.

Dice Ezequiel:

1 Y vino a mí palabra del Señor, diciendo:

El punto de la cosa ya lo saben Uds., es que la nación judía es una prefiguración de la Iglesia Católica.

2 Hijo de hombre, haz conocer a Jerusalén sus abominaciones:

3 Y dirás: Esto dice el Señor Dios a Jerusalén: Tu raíz, y tu raza es de la tierra de Chanaan: tu padre era amorrheo, y tu madre cethea.

4 Y cuando naciste, no fue cortado tu ombligo en el día de tu nacimiento, ni fuiste lavada can agua para salud, ni salada con sal, ni envuelta en pañales.

5 Ni ojo se compadeció de ti para hacerte una de estas cosas, apiadado de ti: sino que fuiste arrojada sobre la tierra con abatimiento de tu alma en el día que naciste.

Es de una belleza suprema, ¿verdad? Y expresa tan bien la miseria del niño que nace despreciado, al que no han prestado el menor servicio y han arrojado a la tierra.

6 Y pasando por ti, vi que estabas hollada en tu sangre. Y te dije cuando estabas en tu sangre: Vive. De nuevo te dije: Vive en tu sangre.

Estos son los beneficios. La nación no era nada, era menos que nada, fue arrojada sobre la tierra, y Dios comenzó a adornarla, aunque no había nada en ella que despertara esta misericordia de Dios. Es una misericordia entonces completamente gratuita.

7 Te hice multiplicar como la yerba del campo: y fuiste multiplicada, y hecha grande, y entraste, y llegaste y atingiste una belleza perfecta en el tiempo de la pubertad: y estabas desnuda, y llena de confusión (en la tierra de Egipto).

Es decir, la nación ya estaba desarrollada, pero estaba en cautiverio.

8 Y pasé por ti, y te vi: y he aquí tu tiempo, tiempo de amores, (el de la pubertad): y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu ignominia. Y te juré, y entré en concierto contigo: dice el Señor Dios: y fuiste mía.

Es una imagen preciosa. Es decir, Dios dio todo tipo de beneficios a la nación, y cuando la nación se constituyó y estaba floreciendo, entonces Dios quiso que la nación se entregara a Él. La cubrió con Su manto y la hizo Suya.

9 Y te lavé con agua, y limpié tu sangre sobre ti: y te ungí con óleo.

10 Y te vestí de varios colores, y te di calzado morado: y te ceñí de lino fino, y te vestí de telas (finas).

Vean qué belleza, esos vestidos orientales, esos zapatos color jacinto, esas cosas fantasiosas, tan diferentes de la materia plástica.

* Lujo presentado como símbolo del amor de Dios y de la predilección de Dios, de los dones de Dios, de las gracias espirituales de Dios.

11 Y te atavié con adornos, y puse brazaletes en tus manos, y un collar alrededor de tu cuello.

12 Y puse un pendiente sobre tu (frente), y zarcillos en tus orejas, y corona de hermosura en tu cabeza.

13 Y fuiste ataviada de oro y de plata, y fuiste vestida de lino fino, y de bordados, y de muchos colores: comiste la flor de la harina, y miel, y óleo, y fuiste muy extremadamente hermoseada: y llegaste hasta ser reina (del mundo).

Es maravilloso. Es decir, es el pueblo de Israel convirtiéndose en el pueblo elegido, y en el eje alrededor del cual giraba la historia. Es curioso que [¿per transcendunt?] veamos aquí la consagración del lujo, ese lujo tan vacunado por la democracia cristiana y que anoche alabábamos “X”, “Y”, “Z” y yo. Es decir, el lujo aquí se presenta como el símbolo del amor de Dios y de la predilección de Dios, de los dones de Dios, de las gracias espirituales de Dios. (N.R.: Sobre el papel de lujo en la vida humana ver, por ejemplo: Tienen los símbolos, la pompa y la riqueza una función en la vida humana?)

14 Y se esparció tu nombre entre las naciones por tu hermosura: porque tú eras perfecta por mi belleza, que yo había puesto sobre ti, dice el Señor Dios.

Es como la belleza moral del alma que tiene vocación. Puede ser una belleza perfecta, pero es una belleza que proviene de la vocación que Dios ha puesto en la persona. Y ésta es la historia de toda vocación.

Todos nosotros, antes de pertenecer al Grupo (2), estábamos desde un punto de vista u otro colocados en la condición de este niño recién nacido. Y la Virgen pasó cerca de nosotros e hizo exactamente esto con nosotros. Nos formó, nos guio, nos purificó, hasta formarnos para su servicio. Y en el momento en que fuimos formados para su servicio, la vocación pasó junto a nosotros y dijo: “Ahora entrégate enteramente a mí”.

Entonces entramos en el Grupo, entramos en el Movimiento, es decir, se afirma en nosotros la vocación y resplandece en nosotros una belleza moral, que es el resplandor previo de algo puesto en nosotros, pero que no es una acción de nuestra naturaleza. Es la belleza de la gracia penetrando en nosotros y constituyendo esto.

* En Occidente, la nación que era la barbarie desde dentro de la barbarie fue elegida para ser la primogénita de la Iglesia.

Ahora viene el fracaso de la nación. Esto se ve también en Europa: es la historia de Occidente.

Probablemente se puede considerar —no es seguro, pero probablemente fue así— que los francos eran la última de las tribus bárbaras, que eran bárbaros criminales que vagaban por el monte, expulsados por sus respectivas tribus, y que constituyeron un pueblo de libres, de francos que no tenían sobre sí el dominio de nadie, y que constituyeron una nación.

Esta nación, que era la última de las naciones, constituida por la chusma; la barbarie dentro de la barbarie, el crimen dentro de la barbarie, esta nación fue elegida para ser la nación primogénita.

Y junto con ella todas las naciones bárbaras de Europa, que se cristianizaron, que se evangelizaron, que se constituyeron, que recibieron la llamada de la gracia y llegamos hasta el siglo XIII en que Europa estaba adornada con toda forma de grandeza, virtud y belleza.

Hasta el momento en que Europa se rindió al príncipe del mundo, al demonio y entonces comenzó el proceso de la Revolución (3), y Europa comenzó a prostituirse dentro de la Revolución, hasta el punto en que se encuentra hoy. Así que ahora comienza (el texto de) la decadencia.

* Europa en un momento dado se embriagó de su belleza, y no queriendo reconocer más que esta belleza venía de la gracia, se entregó a la fornicación

15 Mas confiada en tu beldad, fornicaste en nombre tuyo: y expusiste tu fornicación a todo el que pasaba, para ser de él.

Esto es algo hermoso porque significa lo siguiente: es la persona que empieza a pensar que lo que tiene vino de ella, y que esos dones son para ella y no para el servicio de Dios, entonces empieza a querer usar eso exclusivamente para ella. Este es exactamente el papel de Europa, por ejemplo, en relación con su propia grandeza. En un determinado momento transformó su grandeza en el factor de su placer, de su alegría, se inebrió con su belleza, con los estándares naturalistas de las cosas clásicas, antiguas, etc., dejando de querer reconocer que toda esa belleza venía de la gracia. Entonces se entregó a la fornicación.

Pero ¿qué es ahí la fornicación? Sabemos bien que en la Sagrada Escritura fornicación, adulterio y herejía son la misma cosa.

Es decir, se ha entregado a la impureza de costumbres, pero más allá de la impureza de costumbres ha habido impureza de ideas. Es decir, los principios depravados, las herejías: entonces empieza a nacer la Revolución. Es la fornicación de Europa.

Pero que resulta exactamente de este reposo en si mismo: “¿No es esto lo que se me ha dado? Ahora soy así, tengo esto y esto es para mí, y yo a partir de este momento con esto empezaré a divertirme, empezaré a hacer mi vida agradable”.

16 Y tomando de tus vestiduras te hiciste altos de aquí y de allí cosidos: y fornicaste con ellos, como no ha sucedido, ni sucederá.

Miren bien. Tomó los ornamentos e hizo con ellos una nueva composición, distinta de la que Dios le había dado, y fornicó con ellos. Vean cuán similar es esto al pecado de Israel dejándose paganizar, y dejándose penetrar por la Civilización Helenística.

Portanto, similar a la Edad Media en su final. En su decadencia tomó las telas invaluables ideadas por la Edad Media para convertirlas en el Renacimiento.

… “y fornicaste con ellos, como no ha sucedido, ni sucederá”. Es decir, no ha habido un horrendo adulterio espiritual como el del pueblo de Israel. No ha habido pecado culpable de sensualidad como el del pueblo de Israel y nunca sucederá.

¿Qué quiere decir lo que nunca sucederá? De hecho, la fornicación del pueblo de Israel y el adulterio, etc., todo terminó en el repudio de Nuestro Señor Jesucristo y en el deicidio. En esas proporciones no sucederá. Ni lo que vemos hoy es lo que se hizo: tomar al Hijo de Dios  encarnado y matarlo, prefiriendo aún más a Barrabás antes que a Él.

17 Y tomaste los vasos de tu hermosura de mi oro y de mi plata, que de di: y te hiciste imágenes de hombres, y fornicaste (idolatraste) con ellas.

Es el pecado de la idolatría. Es la adoración de los frutos de la civilización cristiana por sí mismos, lo que se dio en Europa. Tomemos por ejemplo la “vergüenza” de Francia. ¿Por qué Francia no quiso luchar contra Hitler en la última guerra? En última instancia fue un acto de culto a la ciudad de París.

la adoraban por ella misma (y no por ser fruto de la Civilización Cristiana). Y para que París no fuera destruida, entregaron entonces Francia. Ahora van a destruir Paris por las cosas de la hipocresía
… la adoraban por ella misma (y no por ser fruto de la Civilización Cristiana). Y para que París no fuera destruida, entregaron entonces Francia. Ahora van a destruir Paris por las cosas de la hipocresía…

La ciudad de París, que en algunos aspectos sigue siendo fruto de la Civilización Cristiana, la adoraban por ella misma (y no por ser fruto de la Civilización Cristiana). Y para que París no fuera destruida, entregaron entonces Francia. Ahora van a destruir Paris por las cosas de la hipocresía, para hacer una cosa más bella. Y ese es el castigo.

* Los dones de la Iglesia de Dios cubren a los ídolos, y es el incienso de la Iglesia de Dios el que arde ante ellos.

18 Y tomaste tus vestiduras de muchos colores, y las cubriste (las imágenes de los ídolos): y mi óleo, y mis perfumes pusiste delante de ellas.

Esto es exactamente lo que estamos presenciando hoy día. Los dones de la Iglesia de Dios cubren estos ídolos, disfrazan estos ídolos y es el incienso de la Iglesia de Dios el que arde ante ellos. Lo que acabo de decir sobre el divorcio (4) es muy significativo en este sentido.

Es decir, son vestiduras sacerdotales, son ornamentos sacerdotales que adornan a los ídolos del mundo y de Belial. Es la alabanza sacerdotal, solidaridad sacerdotal que sube ante ellos como incienso para que el pueblo adore a los enemigos de Jesucristo.

19 Y el pan, que te di, la flor de la harina, y el óleo, y la miel, con que te alimenté, pusiste delante de ellos en olor de suavidad, y así fue, dice el Señor Dios.

Este es precisamente el pecado del que hablaba antes. Tomar las cosas dadas por Dios para la salvación y ponerlas al servicio de la perdición, ponerlas al servicio del hijo de la perdición, del diablo, del Anticristo, etc….

* Tomando los hijos que ha engendrado y dándolos a los ídolos, eso es lo que se hace hoy en día

20 Y tomaste tus hijos y tus hijas, que engendraste para mí: y se los sacrificaste, para que fuesen devorados (por las llamas). ¿Es acaso pequeña tu fornicación?

¿No es esto lo que vemos hoy? ¿No hace exactamente esto un episcopado que entrega a sus hijos al divorcio? ¿No hace precisamente esto un Episcopado que abre las puertas de un país al comunismo? ¿Tomar a los hijos que Él ha engendrado y quemarlos a esos ídolos? Continúa,

21 Sacrificaste mis hijos, y los diste (a los ídolos), consagrándolos a ellos.

Es decir, el matarlos consistió en entregarlos a los ídolos.

22 Y después de todas tus abominaciones y fornicaciones, no te has acordado de los días de tu mocedad, cuando estabas desnuda, y llena de vergüenza, hollada en tu propia sangre.

Es decir, olvidaste incluso que de mí lo recibiste todo, y que sin mí no serías nada. Y tú, en el delirio de tu orgullo, fuiste completamente ajeno a todo lo que dije.

¿Por qué debo decir cuál es el paradigma de esto? Uno no debe decir lo que es obvio.

Estos hombrecillos nacidos de la última chusma de la plebe, investidos del poder de dirigir a toda una nación, olvidando que por sí mismos no serían nada, y que aunque fueran príncipes no serían nada porque en el orden sobrenatural ningún hombre es nada.

Toman la dirección de las cosas y siguen adelante sin recordar que todos los poderes que tienen vienen de Dios y que deben ser utilizados en favor de Dios.

23 Y acaeció después de toda tu malicia, ay , ay, de ti , dice el Señor Dios.

24 Y te fabricaste un burdel, y te hiciste una ramería en todas las plazas.

23 En todo cabo de calle levantaste una señal de tu prostitución: e hiciste abominable tu hermosura: y (te entregaste) a cuantos pasaban, y multiplicaste tus fornicaciones.

¿Qué es esto? ¿Qué es este lupanar donde tienen lugar toda clase de prostituciones? ¿Qué es esta plaza pública donde ella se entrega a todo el que pasa?

Si la prostitución es sobre todo la prostitución de la doctrina y de los principios y es aceptar una alianza con cualquier error que pase, es mezclarse con cualquier abominación que pase, es aceptar cualquier inmoralidad y cualquier herejía, me pregunto si esto no tiene analogía con el principio de la libertad individual en virtud del cual no se puede obligar a nadie, etc., en virtud del cual se debe entonces ser cómplice y se debe entrar en diálogo con toda clase de error.

20 Y fornicaste con los hijos de Egypto tus vecinos de grandes carnes: y multiplicaste tu fornicación para irritarme.

Esos hijos de Egipto, ahí la cosa —para mí al menos— está menos clara. Pero ¿no será el más poderoso de los adversarios, el más maldito de ellos, y en ese caso no será el comunismo? ¡Cómo se parece!

20 Y fornicaste con los hijos de Egypto tus vecinos de grandes carnes: y multiplicaste tu fornicación para irritarme.

Ya entonces viene el deseo de hacer enojar a Dios.

 

(El texto disponible se concluye aquí, no habiéndose encontrado los originales completos)

 


NOTAS

(1) Citas de la Sagrada Escritura tomadas de:

La Santa Biblia/traducida al español de la Vulgata latina y anotada conforme al sentido de los santos padres y epistolarios católicos por Felipe Scío de San Miguel, 1738-1796.

Reproducción digital de la edición de Madrid, Gaspar y Roig, 1852. Biblioteca de la Universidad de Alicante (Biblioteca ilustrada de Gaspar y Roig).

https://sirio.ua.es/libros/BEducacion/santa_biblia_04/ima0318.htm

Con pequeñas adaptaciones de acuerdo al texto de la Vulgata anotada pelo Pe. Matos Soares. Edições Paulinas, 14ª edição, 1986, que es el texto, en português por supuesto, usado por el Prof. Plinio en la conferencia.

(2) “Grupo” – La TFP se originó remotamente del  “grupo del Legionário”, como eran conocidos los participantes de la redacción de ese periódico. Después como grupo de “Catolicismo”, y por mucho tiempo como el “grupo de Plinio”. Solo después de muchos años, cuando la TFP se institucionalizó enteramente, esa denominación dejó de ser corriente, aunque se usaba internamente por los miembros de la TFP para referirse a sí mismos.

(3) Ver nota en “Advertencia” sobre el sentido que da el Prof. Plinio a la palabra “Revolución”.

(4) En 1966 la TFP estaba empeñada en una campaña nacional contra el intento de implantar el divorcio en Brasil, con una recogida de firmas que alcanzó en recórd de 1.000.000 de firmas, con lo que se bloqueó la aprovación da la ley en el Congreso Nacional. Para más detalles ver aquí.

 

Traducción y adaptación realizada con auxílio de la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

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