Plinio Corrêa de Oliveira
Entrevista sobre el actual rumbo de la Revolución mundial, después de la “caída del comunismo”
Expreso, 31 de mayo 1992 / Guayaquil, Ecuador |
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1 – Ultimamente Gorbachev ha estado difundiendo una serie de artículos a nivel mundial, y en ellos habla de que la lucha entre el socialismo y la religión no ha terminado. ¿Cuál es su opinión al respecto?
– De mi parte, estoy enteramente persuadido de que esa lucha efectivamente no terminó. Y esto por la razón muy simple de que no considero indiscutiblemente auténtica ninguna de las transformaciones recientes por las cuales el comunismo parece haberse evaporado del panorama contemporáneo. A mi modo de ver, el comunismo está simplemente en una fase de metamorfosis. Dado su enorme fracaso socio-económico, revelado por el curso de los propios acontecimentos de Rusia, la importancia política de esa ideología decayó enormemente en la ex URSS, como en el mundo entero. Y, para mantenerse de pie ella necesitaba “reencarnarse” en otra estructura ideológica y socio-política. Es lo que trabajosamente vienen intentando los principales agentes del comunismo internacional, entre los cuales Gorbachev. 2 – Gorbachev quiere lanzar un modelo nuevo de “modus vivendi” mundial. ¿Cree Vd. que ese “modus vivendi” sea la continuación del socialismo? – No me parece que Gorbachev haya enunciado sus ideas a este respecto con claridad suficiente. Estoy persuadido de que, si realmente el comunismo continuar sobreviviendo por medio de la presente metamorfosis, se notará, dentro de no mucho tiempo, que es el mismo comunismo, igual a lo que siempre fue. Sin embargo, en cuanto a la metamorfosis del comunismo, Gorbachev ya afirmó, en el primer artículo escrito para varios diarios occidentales y publicado en “El País” de Madrid, el 13 de febrero de 1992, bajo el título “El Socialismo no es el enemigo”, que lo que murió fue el modelo creado por Stalin, el cual, según él, traicionaba las ideas socialistas. Que él, Gorbachev, no fue el liquidador del régimen comunista, sino quien lo liberó de ese cáncer que era o stalinismo. Y que tal muerte no afecta al socialismo, pues éste continúa vivo y que, a su juicio, hay un “esfuerzo de búsqueda, un ansia de experimentar, de encontrar uma forma de vida nueva para ese ideal”. Evidentemente, Gorbachev no dice a partir de cuándo Stalin comenzó su desvío, cómo fue que todo el comunismo internacional en Rusia y fuera de Rusia lo siguió, como si nadie conociese la doctrina de Lenin y de Marx, considerada por él contraria a la de Stalin. No se puede compreender cómo, cuando éste mandó que la máquina comunista cambiase de rumbo, todos lo vieron y nadie se opuso. Los comunistas, inclusive Gorbachev, viven acusándose entre sí de apóstatas o cismáticos em relación al falso profeta de ellos que fue Marx. Pero si se acusan así, formando pequeñas sectas dentro del comunismo, ¿cómo fue que de repente Stalin obtuvo la unanimidad a favor de su desvío? Ahora bien, ¿cuándo notó Gorbachev que se trataba de un desvío? ¿Y cómo hizo su carrera en ese sistema desviado, sirviéndose del mismo para subir políticamente? ¿Cuándo resolvió corregir ese sistema? ¿Alguien le ayudó a cambiar de idea? ¿Cómo reclutó a quienes lo acompañaron en la aventura de desafiar al stalinismo omnipotente? ¿Cómo pudo hacerlo de modo impune? Sobre todo eso, misterio… Al tratar del socialismo futuro, Gorbachev, afirmando que hay un “ansia de experimentar, de encontrar una forma de vida nueva para ese ideal”, se convierte en el primer revolucionario de la Historia que dice que se rebeló sin tener meta alguna. Es parecido a un cirujano que no sospecha de una enfermedad determinada en su paciente, pero realiza su operación sin tener un objetivo preciso. ¿No es una aventura clínica? ¿O Gorbachev tiene una meta que aún no quiere explicar? En dicho artículo él añade que este “intento de búsqueda no concierne sólo a Rusia, sino al mundo entero, compreendidos naturalmente los países capitalistas” y “partidos y movimientos muy diferentes entre sí”, para “realizar algo que no sólo no está en contradicción con las ideas del socialismo, mas que en ellas halla más fácilmente un punto de encuentro”. O sea, Gorbachev quiere extender su experimento a todo el mundo, pues no le bastó para esto la pobre Rusia. ¡Y ni siquiera se trata de una búsqueda científicamente precisa, sino apenas de un “intento de búsqueda”! Y para esto él convida a personas de puntos ideológicos muy diferentes del socialismo… con tal que en el fondo acepten este régimen. Siendo que la expresión “socialismo” en el lenguaje de un comunista es siempre igual a comunismo. ¡Es decir, todo eso es un engaño! Se trata, según Gorbachev, de “no continuar contraponiendo capitalismo y socialismo” y de intentar mediante el diálogo de llegar a un acuerdo de convergencia entre ambos sistemas, lo que sería la felicidad de todos. Siempre el error pide para convergir con la verdad, y si la verdad acepta, el error vence y la verdad pierde. Admitiendo que haya terminado la guerra fría, un lado, el bloque soviético, estaba a punto de morir de hambre, y el otro, Occidente, estaba próspero y en progreso. ¿En qué consistió la victoria de Occidente? – ¡En no haber adherido a los errores que llevaron al Este a aquella catástrofe! ¡Y la derrota del mismo consistió en permanecer en aquel error! La forma que el socialismo tiene de arrebatar la victoria al mundo libre es, pues, proponer una convergencia con él. 3 – En el libro “Revolución y Contra-Revolución” se habla de cuatro Revoluciones que han llevado a la decadencia mundial. Desde ese punto de vista se avecina una nueva revolución. ¿Cómo sería esa Revolución? ¿Cómo contrarrestarla? – Globalmente hablando, innumerables acontecimentos que se dan hoy, no sólo en el mundo comunista sino también en el capitalista, indican un proceso general rumbo al caos. Y ahí están las modernas filosofías del caos, que quieren presentarlo como fecundo, etc. etc. Algunos de esos apologistas del caos llegan a alegar, en favor de su tesis de la fecundidad del mismo, lo que pasó en la Europa medieval, inmediatamente después de las invasiones germánicas. Invadido el Imperio Romano por las hordas germánicas procedentes del Oriente y por las hordas árabes procedentes del Magreb (¡Cómo a veces la Historia se repite extrañamente!) toda la vieja estructura política del Imperio Romano se deshizo. Y el caos reinó en Europa. Ahora bien, de ese caos se levantó lentamente la civilización medieval, marcada a fondo por el pensamiento católico. Y de ahí se siguió la Edad Media. ¿Por qué no suponer – alegan ciertos propagandistas del caos – que un nuevo caos contemporáneo puede ser igualmente fecundo, y que de él nazca otra era? En realidad, ellos olvidan lo esencial. Si es verdad que toda la estructura del Imperio Romano cayó, la estructura de la Iglesia Católica continuó en pié. Y los titulares de los varios puestos en esa estructura manifestaron um espírito de Fe y una conciencia moral dignos de nota. En tal ocasión, varios santos florecieron en la Iglesia. Pero esto, no en virtud del caos, sino por la acción del Divino Espírito Santo sobre las almas. Muchas de las personas sobre las cuales El así actuaba, correspondieron a la invitación de la gracia, y se elevaron mucho en la virtud. A partir de este momento, un superior principio de orden comezó a regir dentro de las almas. Y se expandió gradualmente con la irradiación de la religión Católica, sobre todo bajo la acción de la famosa abadía benedictina de Cluny. Esto muestra bien que el caos post-romano no era total. Coexistía con um principio de orden de una eficacia incomparable, que es la Iglesia Católica. Hoy en día, infelizmente, ese principio de orden se encuentra muy comprimido por factores hostiles. Me refiero aquí a la crisis interna que sufre la Santa Iglesia, crisis ésta que fue calificada por Paulo VI de “misterioso proceso de autodemolición”, y de “humo de Satanás, que por alguna fisura penetró en templo de Dios”. Es evidente que, en esas condiciones, el poder regenerador de la Iglesia se encuentra muy disminuído por la oposición que le hacen los hombres. ¿Qué saldrá del caos? De él sólo nos puede sacar la acción de la gracia, a partir del momento en que ésta sea tan intensa que la maldad de los hombres no le ponga más barreras. ¿Cuándo vendrá ese momento? Creo que nadie puede decirlo. Esa Revolución, ahora es, pues, la del caos, con todos sus imprevistos y con toda su capacidad de destrucción. ¿Cómo contenerla? Evidentemente, haciendo todo lo posible para que los principios de la doctrina católica, no sólo en el terreno estrictamente religioso, sino también en los ámbitos social, político, económico y, de modo general, en el cultural, sean conocidos y ejerzan sobre las almas el efecto específico. El momento pide una acción conjunta de los eclesiásticos verdaderamente fieles a la Iglesia, con los laicos que estén en las mismas circunstancias. 4 – ¿Cuál es el papel de la TFP en la caída del comunismo detrás de la cortina de hierro? – Las 15 TFPs existentes en otras tantas naciones occidentales, y muy en especial las de Ibero-América, así como los Bureaux de representación de estas entidades en varios lugares claves, lucharon doctrinariamente por años, y en algunos casos por décadas, contra el comunismo, tanto velado cuanto declarado, en los países del mundo libre. Esto, especialmente en los momentos en que las mayores potencias occidentales mostraban negligencia frente al avance rojo y a veces colaboraban con el mismo. Ese combate de las TFPs incluyó, como es sabido, entre muchas otras cosas, la denuncia de la infiltración comunista en los medios católicos, la resistencia ante la distensión entre la Sagrada Jerarquía y los agentes de Moscú, la refutación del socialismo pretendidamente católico, el ataque a las reformas estructurales confiscatorias, el desenmasacarmiento del socialismo autogestionario y la impugnación de las otras formas de colectivismo. Todo ello advirtió a incontables ambientes y fuerzas de estas naciones del peligro que las mismas corrían, lo que significó reacciones dignas de nota, y, por tanto, grandes reveses para la expansión comunista, lo que muchas veces enfureció a los agentes de la misma. Es evidente que, si el comunismo no hubiese encontrado la oposición que las TFPs suscitaron en la opinión pública de estos países, habría vencido en algunos o incluso en muchos de ellos, obteniendo de paso la resignación de innumerables burgueses occidentales a su nefasto dominio. Y esto le habría significado tener condiciones incomparablemente más ventajosas para arrancar ayuda económica occidental para el arruinado imperio soviético, el cual así podría mantenerse en pié mucho más tiempo. Fue fundamental para la población rusa, por tanto, que Occidente fuese preservado del avance comunista, pues, si éste hubiese vencido aquí, probablemente no habría caído en el Este. En tal derrota comunista en el mundo libre – repetimos – las TFPs tuvieron un papel notable. Por ejemplo, para citar hechos recientes, todas las TFPs desarrollaron en 1990 una campaña de recolección de firmas en apoyo a la independencia de Lituania, en la cual obtuveron más de 5 millones de adhesiones, lo que constituye record mundial. Ese apoyo multitudinario a la independencia de Lituania – del cual fueron entregados documentos comprobatorios a las autoridades de ese país y en el mismo Kremlim – estimuló a ese valiente pueblo a continuar la lucha, e hizo ver a Gorbachev que, a pesar de no haber apoyo de los gobiernos occidentales a la misma, sería ruinoso para él continuar la represión que había comenzado contra ella. De ahí que el movimiento independientista persistiera, despertando ecos en las demás naciones bálticas, Letonia y Estonia, y luego en varias de las demás componentes de la URSS, con el efecto de acelerar el desmembramiento del imperio soviético. En cuanto a la acción en el territorio ruso propiamente tal, por el momento la TFP brasileña no la está teniendo porque está absorta por los problemas de su propio país, muchos de ellos gravísimos, los cuales exigen toda nuestra atención. Sin embargo, la valiente TFP francesa está empeñada en la campaña “Lumières sur l’Est”, destinada a difundir en el territorio de la extinta URSS, incluídas Siberia y Tartaria, las profecías que la Santísima Virgen diera a conocer en Fátima en 1917, que advirtieron al mundo sobre el inminente peligro comunista y establecieron las condiciones apara preservar a la humanidad de él. Con tal fin fue hecha, hace algunos meses, la primera edición en ruso, de 110.000 ejemplares, del libro “Fátima, ¿mensaje de tragedia o esperanza?” del Dr. Antonio Augusto Borelli Machado, socio de la TFP brasileña, obra que ya sobrepasó el millón de ejemplares vendidos en todo el mundo. La difusión en Rusia es financiada con la cooperación económica de decenas de miles de franceses e incluye propaganda de la obra en territorio ruso, así como el envío gratuito de ejemplares a los habitantes de aquel territorio que lo soliciten por vía postal. La cantidad de pedidos es tal que ya se hace necesario proyectar una segunda edición en ese idioma y, probablemente, en otras lenguas. 5 – ¿Cómo se quiere presentar Gorbachev ante la opinión pública mundial? ¿Cuál es su verdadera fisionomia? ¿Qué hay por detrás de esa careta? – Gorbachev presenta, a mis ojos, la extraña figura de una serpiente que de vez en cuando dice la verdad. Así, de tiempo en tiempo advierte a los otros que no se ilusionen con él, que es verdaderamente comunista y que su orientación consiste en dirigirse constantemente hacia las metas últimas del comunismo. A mi modo de ver eso es lo que él no ha dejado de hacer. No hablo de la glasnost, palabra vacía y que perdió su actualidad. La perestroika, que hace poco tiempo era novedad, también ya está envejecida. Después de esto, Gorbachev no presentó nada de nuevo. Pero él es veraz al decir que es comunista y que desea de todas maneras llegar a la finalidad que los autores clásicos del comunismo presentan para el movimiento rojo. En este sentido, la perestroika fue un instrumento muy coherente y fiel a Gorbachev, en las manipulaciones diestras y verdaderamente serpentinas, que ha hecho en el escenario internacional. ¿Qué viene a ser la perestroika? Es la disolución de casi todo el mundo urbano moderno, y la reversión de la mayor parte de la población hacia los campos, donde pequeños grupos de ciudadanos, integrados en la vida rural, formen soviets microscópicos, donde todo será común: esposas, hijos, trabajo, lucros. Serán minúsculas cooperativas de fondo comunista. Es evidente que, en ese régimen, la fiscalización para reprimir cualquer tentativa de vuelta al comunismo clásico será mucho más brutal y eficaz que la habida en Moscú y en San Petersburgo, durante el régimen comunista. Esas dos grandes ciudades, como Novo Sibirsk y otras más, evidentemente no son manejables, gobernables, ni policiables de la misma manera como puede serlo cada una de esas pequeñas unidades bajo la dirección de un tiranete comunista. Es hacia allá que Gorbachev quería empujarnos por medio de la autogestión. ¿Habrá desistido de ésta? – Tal vez. Pero, en tal caso, busca algo tan parecido con la autogestión como sea posible. Ahora bien, por el artículo 1º. de la Constitución rusa, la autogestión es la finalidad última del régimen, del mismo modo como en el comunismo, puesto que hacia ella tendía el capitalismo de Estado, como el río se dirige al mar. |