Juan Gonzalo Larrain Campbell

 

 

Plinio Corrêa de Oliveira:

 

Previsiones y Denuncias

en defensa de la Iglesia y de la civilización cristiana

 

 

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Neo-misiología indigenista: la denuncia, la confirmación y el futuro

 

La glorificación del indio en su estado salvaje, promovida por la izquierda católica y sus consecuencias para el futuro de la Iglesia, pronosticadas por Plinio Corrêa de Oliveira.

 

En el artículo anterior prometimos tratar del papel del clero progresista en la revolución indigenista en  Brasil y las denuncias que a este respecto formuló Plinio Corrêa de Oliveira. Es lo que hacemos ahora.

 

A – Ayer: la denuncia

En efecto, en 1977 —¡hace más de 30 años!¾ él escribió el libro Tribalismo Indígena, ideal comuno-missionário para o Brasil no século XXI, en el que comenta y prueba con gran documentación, el papel y el empuje que la izquierda llamada católica ha dado a la revolución indigenista en Brasil.

Son innumerables las declaraciones de clérigos y laicos progresistas partidarios del tribalismo indígena como modelo para nuestra  sociedad.

Debido al escaso espacio de que disponemos aquí, citamos sólo algunos ejemplos:

 

Las comunidades indígenas deben ser nuestro modelo

Así se expresó Mons. Fernando Gomes, entonces Arzobispo de Goiania:

Las comunidades indígenas deben ser recibidas como evangelizadoras, para que se vuelvan modelo para nuestra  sociedad que tiene mucho que aprender de ellas” [1].

 

Sólo tenemos para aprender con los indios

En el mismo sentido se pronunció el padre Egídio Schwade, en esa época asesor del CIMI (Consejo Indigenista Misionero), organismo dependiente de la CNBB (Conferência Nacional dos Bispos do Brasil).

“El padre Schwade dice que ‘confrontando los valores de la sociedad indígena con los de nuestra  sociedad, llamada civilizada, vemos que sólo tenemos para aprender con  ellos. La  marcha de la Historia que es irreversible, apunta, en tantos ejemplos que ya comienzan a verse en el mundo contemporáneo, que las sociedades humanas se están  abriendo para aquellos valores que siempre fueron los de los  índios, como el espíritu comunitario, la solidariedad y el respeto por el prójimo’.

“Schwade considera que ‘cuanto más procuramos respetar, defender y preservar física, cultural y hasta  ecológicamente la identidad de los pueblos indígenas, más chance tendremos también de salvarnos y encontrarnos a nosotros mismos, superando la alienación en que el ritmo de vida de nuestra sociedad civilizada nos sumerge’” [2].

 

Elogio de la desnudez indígena

Por su parte, Rose Marie Muraro, coordinadora de la colección “Presença do Futuro”, de la Editora Vozes, de los franciscanos de Petrópolis, en libro publicado por la misma Editora afirma:

“La gran mayoría de las sociedades primitivas, entretanto, estaban mucho más próximas de su humanidad, con sus danzas sagradas, su permisividad sexual, sus rituales mágicos, su integración emotiva con la naturaleza. Así, poseían un  equilibrio psíquico y físico que hoy, y sólo  hoy, estamos redescubriendo” [3].

Y en el mismo libro declara:

En la sociedad primitiva [...] la desnudez es una forma de adaptación a la vida y no sólo resultado de la ignorancia de la confección de ropas” [4].

 

Los índios: los verdaderos evangelizadores

Mons. Tomás Balduíno, entonces obispo de Goiás y Presidente del CIMI, que recientemente fué a Bolivia para rendir homenaje al guerrillero comunista Che Guevara, declara :

La convicción profunda de los misioneros ligados a la Iglesia es que estos pueblos (y yo estoy pensando, por ejemplo, en los pueblos indígenas) son los verdaderos evangelizadores del mundo. Nosotros, los misioneros, no vamos a ellos como quien lleva una doctrina o una evangelización que el Cristo nos trajo y confió, y que nosotros revestimos con  ritos civilizados y cultos. Sino que vamos a ellos sabiendo que el Cristo ya nos antecedió en medio de ellos, y que allá están las “Simientes del Verbo”. Tenemos la convicción de que ellos viven el Evangelio de la Bienaventuranza. Y que por eso se impone a nosotros una conversión a sus culturas, sabiendo que la Buena Nueva del Evangelio se encarna en cualquier cultura. Y a partir de los más marginados y oprimidos ella se vuelve la Buena Nueva Universal, con valor de profecía para todos los hombres” [5].

 

Indio, materia prima para la agitación comunista

En el texto que transcribimos a continuación queda demostrado que la revolución indigenista viene siendo preparada desde hace tiempo y que es un elemento fundamental de la Revolución gnóstica e igualitaria, como denunció Plinio Corrêa de Oliveira.

Así, el conocido especialista en asuntos comunistas Walter Kolarz, de la BBC de Londres, muestra que el comunismo utiliza al indio como materia prima para su agitación en América Latina:

La Segunda Declaración de La Habana invocó el caso de los indios, de los mestizos, de los negros y de los mulatos con la esperanza de encontrar, en esos grupos raciales, un poderoso ejército de reserva de la revolución. [...]. Esas cuestiones raciales estaban siendo suscitadas en la Declaración de La Habana con especial persistencia, y los textos en estudio recuerdan  varias declaraciones sobre América Latina hechas por la  Internacional Comunista de antes de la Guerra en la cual el  problema de los indios acostumbraba ocupar lugar importante.

Ya en 1928, por ocasión del Sexto Congreso de la Internacional Comunista, los partidos de América Latina fueron instruidos para elaborar ‘toda una serie de medidas especiales relativas a la autodeterminación para las tribus de indios, a la  propaganda especial en las propias lenguas de ellos y a los esfuerzos especiales para conquistar elementos importantes entre ellos’. En respuesta a esa orientación general, los comunistas peruanos abogaron por la formación de las repúblicas de Quechuan y Aymaran, y hasta el Partido Comunista de Chile exigió la creación de la república de Arauco, aunque hubiera sólo unos pocos miles de indios araucanos en las regiones  meridionales del país. Ya en 1950 los comunistas mexicanos lanzaban el “slogan”: “autonomía en la administración local y regional” para los pueblos indígenas.

No obstante las aserciones contenidas en la “Declaración de la Habana”, los comunistas no eran más pro-negros o pro-indios de lo que eran pro-tibetanos, pro-guineanos, pro-húngaros o pro cualquier otro pueblo. Negros, mulatos, indios y mestizos se destinaban simplemente a ser usados como materia-prima sociológica y política para promover la ascensión de los partidos comunistas latinoamericanos al poder [6].

*  *  *

Invitamos al lector a profundizar los textos aquí publicados, consultando el libro del  Prof. Plinio Corrêa de Oliveira citado más arriba en el cual transcribe y comenta más de 40 declaraciones análogas de los neo-misioneros anarco tribalistas [7].

 

B – Quince años después

Quince años después de la publicación del referido libro, la historia se encargó de confirmar las denuncias contenidas en él.

En efecto, por ocasión de la celebración del V Centenario del Descubrimiento de América —cuando el tema indigenista fue reencendido por la Revolución¾ la Comisión Inter-TFPs de Estudios Hispano-Americanos publicó el libro “Cristiandad Auténtica o Revolución Comuno-Tribalista”. En el prefacio de la obra, Plinio Corrêa de Oliveira escribió:

“... Esa reactivación, en tiempos más recientes, del tema indígena, culmina ahora con la virtual glorificación del indio y de sus condiciones de vida milenaria, promovida por las izquierdas. La ECO’92 fue una manifestación muy curiosa, muy aguda y muy sistemática de esa glorificación que, a su vez, el movimiento contrario a la celebración de los 500 años del Descubrimiento de América llevó hasta el paroxismo”...[8].

 

Gran mea culpa y soneto a Judas

El espíritu que anima  a los neo-misioneros indigenistas está bien expresado en las declaraciones de Mons. Pedro Casaldáliga. El entonces Obispo de San Félix de Araguaia (Brasil) así se manifestó: “Lo  peor que podría hacer la Iglesia Católica en América Latina y en el Primer Mundo, por ocasión de los 500 años, sería negarse a reconocer la verdad. La Iglesia debe entonar un gran mea culpa”.

En la misma ocasión Mons. Casaldáliga hizo una sugestiva revelación de su pensamiento: “Creo que Dios ni siquiera es juez. Al final, el problema de Dios va a ser condenar a alguien. Hace poco tiempo hice un ‘soneto a Judas’. Y  lo llamo a Judas, hermano Judas, compañero. ¿Tú crees —pregunta a su entrevistador¾  que Judas fue peor que yo? [9].

 

El  cristianismo hace perder la identidad a los indios

Por su parte Mons. Erwin Krautler, Obispo de Xingú y en la ocasión presidente del CIMI afirmó que: “... los indígenas perdieron su identidad cuando se hicieron cristianos, y todavía no existe en  América Latina una Iglesia con rostro indígena [10].

 

Incitación a una revolución total

Mons. Leonidas Proaño, que fue Obispo de Riobamba (Ecuador) declaró: “Los indios de América —más de 40 millones¾  comenzaron a abrir los ojos y a tomar conciencia de sí mismos. Comenzaron a desatar su lengua, a recuperar la palabra y a hablar con fuerza. Comenzaron a ponerse de pie y a caminar. (...) ellos consideran que la conmemoración de los 500 años del ‘descubrimiento’ de América no puede ser objeto de festividades pomposas y triunfalistas, como pretenden los gobiernos y las Iglesias de España, de Europa y de América Latina”.

La meta de esta movilización indígena es  una revolución total: “la única vía que les queda a los pueblos de América Latina para cambiar el llamado ‘orden establecido’ es una auténtica revolución (...) global, radical, rápida [11] [12].

 

C – Hoy

El asunto tratado aquí, de suyo importantísimo para Brasil, en estos momentos toma especial actualidad, pues la neo-misiología indigenista está dando hoy [2009] uno de sus mayores lances con la campaña a favor de la demarcación de la Reserva Raposa Serra do Sol, en el Estado de Roraima,  contando con altos apoyos eclesiásticos. ¡Dicha reserva de 1.760.000 hectáreas es destinada por el gobierno para aproximadamente 12.000 indios! Su tamaño es un poco mayor que la mitad de Bélgica, donde viven 10,5 millones de habitantes (cfr. Catolicismo, septiembre/2008, p.20).

Si por una parte el clero progresista se empeña a fondo en la manutención del indio en su estado de barbarie, proponiéndolo como modelo que debe ser seguido por los pueblos civilizados, por otra parte, en gran medida por acción u omisión del mismo clero, Occidente está siendo  barbarizado a través de la Revolución Cultural, que es un aspecto fundamental de la IV Revolución.

 

D – El Futuro

Concluimos este artículo con las consideraciones que Plinio Corrêa de Oliveira formuló en 1976, en la III Parte de Revolución y Contra-Revolución, con comentarios agregados por él en 1992, previendo el futuro que espera a la Iglesia bajo el soplo de la IV Revolución:

 

Tribalismo eclesiástico - Pentecostalismo

“Hablemos de la esfera espiritual. Por cierto la IV Revolución también quiere reducirla al tribalismo. Y el modo de hacerlo ya se puede notar claramente en las corrientes de teólogos y canonistas que tienen en vista transformar la noble y ósea rigidez de la estructura eclesiástica, tal como Nuestro Señor Jesucristo la instituyó y veinte siglos de vida religiosa la modelaron magníficamente, en un tejido cartilaginoso, muelle y amorfo, de diócesis y parroquias sin circunscripciones territoriales definidas, de grupos religiosos en los que la firme autoridad canónica va siendo substituida gradualmente por el ascendiente de los ‘profetas’ más o menos pentecostalistas, congéneres ellos mismos de los hechiceros del estructuralismo-tribalismo, con cuyas figuras acabarán por confundirse. Como también con la tribu-célula estructuralista se confundirá, necesariamente, la parroquia o la diócesis progresista-pentecostalista” [13].

 Comentario agregado por el autor en 1992:

La “desmonarquización” de las autoridades eclesiásticas

“En esta perspectiva, que tiene algo de histórico y de conjetural, ciertas modificaciones de suyo ajenas a ese proceso podrían ser vistas como pasos de la transición del  status quo pre-conciliar al extremo opuesto aquí indicado.

“Por ejemplo, la tendencia a la colegialización como el obligatorio modo de ser de todo poder dentro de la Iglesia  y como expresión de cierta “desmonarquización” de la autoridad eclesiástica, la cual ipso facto quedaría en cada grado, mucho más condicionada que antes al escalón inmediatamente inferior.

“Todo esto, llevado a sus extremas consecuencias, podría tender a la instauración estable y universal, dentro de la Iglesia, del sufragio popular, que en otros tiempos fue adoptado a veces por la Iglesia para llenar ciertos cargos jerárquicos; y, en un último lance, podría alcanzar, en el cuadro soñado por los tribalistas, una indefendible dependencia de toda la Jerarquía con relación al laicado, presunto portavoz necesario de la voluntad de Dios.

“De la ‘voluntad de Dios’, sí, que ese mismo laicado tribalista conocería a través de las revelaciones ‘místicas’  de algún brujo, gurú pentecostalista o hechicero; de modo que, obedeciendo al laicado, la Jerarquía supuestamente cumpliría su misión de obedecer la voluntad del propio Dios” [14].

 

La IV Revolución y lo preternatural

“‘Omnes dii gentium dæmonia’[15], dice la Escritura. En esta perspectiva estructuralista, en que la magia es presentada como forma de conocimiento, ¿hasta qué  punto es dado a un  católico divisar las fulguraciones  engañosas, el cántico al mismo tiempo siniestro y atrayente, emoliente y  delirante, ateo y fetichistamente crédulo con el que, desde el fondo de los abismos en que yace eternamente, el príncipe de las tinieblas atrae a los hombres que negaron a la Iglesia de Cristo?

“Es una pregunta sobre la cual pueden y deben discutir los teólogos. Digo los teólogos verdaderos, o sea, los pocos que aún creen en la existencia del demonio y del infierno. Especialmente los pocos, entre esos pocos, que tienen el coraje de enfrentar los escarnios y persecuciones  publicitarias, y de hablar [16].

*  *  *

El cuadro aquí descrito es de suma gravedad y de innegable realidad. No obstante esto, nada obnubiló la inquebrantable Fe de Plinio Corrêa de Oliveira en la promesa hecha por Nuestro Señor de que las puertas del infierno no prevalecerán contra la Iglesia.

 Es, pues, con ánimo firme que él concluyó la III Parte de “Revolución y Contra-Revolución” en el Postfacio de 1992:

En medio de ese caos, sólo algo no variará. Es, en mi corazón y en mis labios, como en el de todos los que ven y piensan conmigo, la oración transcripta poco más arriba: ‘Ad te levavi oculos meos, qui habitas in caelis. Ecce sicut oculi servorum in manibus dominorum suorum, sicut oculi ancilae in manibus dominae suae; ita oculi nostri ad Dominam Matrem nostram donec misereatur nostri [17]. Es la afirmación de la invariable confianza del alma católica, arrodillada pero firme en medio de la convulsión general.

“Firme con toda la firmeza de los que, en medio de la  borrasca, y con una fuerza de alma mayor que ésta, continuaren a afirmar de lo más hondo del corazón: ‘Credo in Unam Sanctam, Catholicam et Apostolicam Ecclesiam’, o sea, ‘Creo en la Iglesia Católica, Apostólica y Romana contra la cual, según la promesa hecha a Pedro, las puertas del infierno no prevalecerán’ ”


NOTAS

[1] Tribalismo Indígena, ideal comuno-missionário para o Brasil no século XXI, Editora Vera Cruz Ltda. São Paulo, pág. 76,  1ª. edição.

[2] Ídem pág. 74.

[3] Ídem pág. 66.

[4] Ídem pág. 66.

[5] Ídem pág. 82.

[6] Idem págs. 118 y 119.

[7] Consultar: http://www.pliniocorreadeoliveira.info/1977%20-%20Tribalismo.doc 

[8] Cristandade Autêntica ou Revolução Comuno-Tribalista, Artpress Ind. Graf e Editora Ltda. São Paulo, pág. 9, 1ª. Ed. 1993.

[9] Idem pág. 22.

[10] Idem  pág. 25.

[11] Idem pág. 26.

[12] Para tener una idea más completa tanto de la posición comuno-progresista como de la verdadera doctrina católica con relación al V Centenario consultar la obra citada.

 [13] Revolución y Contra-Revolución – Tradición y Acción por un Perú mayor – Lima   – 2005 – 1ra. Edición peruana. Parte III, Capítulo III, 2 E, pág. 164. Para bajarlo gratuitamente de internet:

 http://www.accionfamilia.org/publicaciones/libros/revolucion-y-contra-revolucion/ 

[14] Idem  pgs. 164, 165.

[15] “Todos los dioses de los gentiles son demonios” (Sal 95, 5).

[16]  Ídem  pág. 161.

[17] “Levanté mis ojos hacia Ti, que habitas en los cielos. Helos como los ojos de los siervos, puestos en las manos de sus señores. Como los ojos del esclavo fijos en las manos de su Señora, así nuestros ojos están fijos en la Señora Madre Nuestra hasta que Ella tenga misericordia de nosotros”. cfr.  Sal 122, 1-2.


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