Sección Segunda

 

TFPs acciones conjuntas en el ambito internacional

 

 

 

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TRADICION FAMILIA PROPIEDAD

UN IDEAL, UN LEMA, UNA GESTA:

 

La Cruzada del siglo XX

 

Se designa en este libro con el nombre genérico de TFPs al conjunto de Sociedades de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad constituidas bajo esa denominación, así como a las entidades que, aunque con otros nombres, se dedican a la defensa de la trilogía Tradición, Familia y Propiedad, y a los Bureaux TFP existentes en varias capitales.

Autónomas y cohermanas, las TFPs son el mayor movimiento cívico-cultural anticomunista de inspiración católica del mundo.

Cuando en la reseña de cada país usamos la sigla TFP, estamos aludiendo a la respectiva entidad local.

Comisión de Estudios de las TFPs orientada por
CARLOS FEDERICO IBARGUREN
MARTIN JORGE VIANO

Proyecto gráfico y arte final
Luis GUILLERMO ARROYAVE
JOSE RICARDO B. LUZITANO
FELIPE BARANDIARAN PORTA

Impresión
ARTPRESS — INDUSTRIA GRAFICA E EDITORA
Rua Javaés 681 São Paulo Brasil

Este volumen se terminó de imprimir el día 2 de febrero de 1990, día de la festividad de la Purificación de la Santísima Virgen y Nuestra Señora del Buen Suceso, en la ciudad de São Paulo, Brasil

1981-1984

La historia de un documento que da la vuelta al mundo

 

 Las TFPs denuncian el socialismo autogestionario francés 

Los acontecimientos históricos generados en Francia —la Revolución de 1789, los sismos revolucionarios de 1848, la comuna de París en 1871, la explosión ideológica y temperamental de 1968—­ encontraron y pusieron en movimiento, en el espíritu de los pueblos de Occidente, aspiraciones, tendencias e ideologías cuyo desarrollo marcó su evolución psicológica, cultural, política y socioeconómica en los siglos siguientes.

Lo mismo comienza a ocurrir con la revolución incruenta, no por ello menos profunda, que desencadena François Mitterrand al ser elegido para la Presidencia de la República en 1981: el socialismo autogestionario.

Pero este nuevo modelo revolucionario encuentra delante de sí a las TFPs: a partir de diciembre de ese mismo año divulgan el Mensaje en que denuncian a la autogestión socialista como cabeza de puente del comunismo internacional.

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Cuando, en mayo de 1981, la coalición socialocomunista gana en Francia las elecciones presidenciales y, poco después, las legislativas, la propaganda izquierdista del mundo entero pone a Mitterrand y a su programa en el ápice de la popularidad. Súbitamente, el socialismo autogestionario se convierte en la esperanza de todas las izquierdas que, desanimadas por las reiteradas derrotas electorales, ven encallada la posibilidad de aplicar sus programas clásicos.

El Partido Socialista Francés, que se declara internacional por naturaleza y por vocación, afirma su determinación de colocar la influencia política y la irradiación cultural que Francia ejerce en el mundo al servicio del objetivo socialista autogestionario.

Coherente con esta declaración de intenciones, Mitterrand —beneficiado por el prestigio que le da su victoria— inaugura una política exterior de expansionismo ideológico y de intervencionismo político. Iberoamérica está en la mira. El apoyo dado a los movimientos guerrilleros de Centroamérica —ya ampliamente favorecidos por la izquierda católica—y, sobre todo, la provocadora protección diplomática prestada a los sandinistas de Nicaragua, atestiguan que las pretensiones imperialistas del socialismo francés no son simples figuras de retórica.

Los partidos y corrientes socialistas de Iberoamérica, tan desprestigiados hasta entonces, van levantando cabeza; y la autogestión, última moda en Francia, comienza a despertar simpatías en ciertos sectores de la opinión pública.

Las TFPs, siempre atentas a las grandes maniobras de la Revolución, se proponen entonces iniciar una contraofensiva ideológica que neutralice la operación Mitterrand. Es necesario reaccionar, especialmente teniendo en cuenta el inexplicable mutismo de quienes por su influencia, cargo o situación deberían articular el contraataque.

Y la reacción nace por parte de católicos anticomunistas con una envergadura que sorprende a las izquierdas del mundo entero: el 9 de diciembre de 1981, es publicado en el "Washington Post" de Estados Unidos y en el "Frankfurter Allgemeine Zeitung" de Alemania, un estudio que ocupa seis páginas y que descarga un golpe monumental sobre el socialismo autogestionario francés.

Las Sociedades de Defensa de la Tradición, Família y Propiedad y entidades afines de 13 países (Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos, Francia, Portugal, Uruguay y Venezuela) dirigen un mensaje conjunto a la opinión pública mundial titulado El socialismo autogestionario frente al comunismo, ¿barrera o cabeza de puente?, cuyo autor es el Profesor Plinio Corrêa de Oliveira. El documento es publicado inmediatamente después en "The Observer" de Londres; "Il Tempo" de Roma; "La Vanguardia" de Barcelona; "Diário de Noticias" de Lisboa; "The New York Times", "Los Angeles Times" y "The Dallas Morning News" de los Estados Unidos; "The Globe and Mail" de Toronto; "Folha de S. Paulo" Brasil; "La Nación" de Buenos Aires; "El Mercurio" de Santiago de Chile; "El Diario" de La Paz, Bolivia; "El Tiempo" de Bogotá, Colombia; "El Comercio" de Quito, Ecuador; "El Comercio" de Lima, Perú; "El País" de Montevideo, Uruguay; "El Universal" de Caracas, Venezuela; y en otros 27 grandes diarios de la prensa occidental.

La izquierda internacional se desconcierta, pero la mayoria silenciosa —ese magma impreciso y numeroso que opone una resistencia muda a las transformaciones de índole comunista— comprueba con satisfacción que hay todavía una voz conservadora que proclama las verdades que ella, aunque atrincherada en su silencio, desea oír. 

Tras su victoria en las elecciones presidenciales de 1981, Mitterrand inaugura una política exterior de expansionismo ideológico al servicio del nuevo modelo revolucionario

 

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El socialismo autogestionario levanta graves perspectivas no solo para Francia sino para todo el mundo

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El estudio del Profesor Plinio Corrêa de Oliveira impresiona por su contenido, por el meticuloso examen que hace de los documentos del PS francés, por la lógica con que analiza las proposiciones socialistas y por la claridad con que muestra —desenmascarando lo que está detrás de esa doctrina— sus últimas consecuencias. Consecuencias disimuladas bajo un gradualismo puramente táctico, pero que en realidad son de una radicalidad sin precedentes. El público en general ignora, pues, en qué consiste exactamente ese socialismo y cuál es su meta.

Todas las afirmaciones del Mensaje de las TFPs están basadas en abundantes citas de textos del Partido Socialista, a las que contrapone la enseñanza tradicional de la Iglesia.

Bajo el subtítulo El doble juego del socialismo francés: gradual en la estrategia, radical en la meta, las TFPs ponen en evidencia que el programa autogestionario tiene como objetivo la disgregación de la sociedad actual en corpúsculos autónomos dotados de una casi soberanía. Esto redundaría en la implantación de la utopia anarquista en Francia.

El socialismo autogestionario, sin embargo, no reconoce esa utopia como desordenada y caótica. Verdadera escuela filosófica —sustancialmente marxista y, por lo tanto, también evolucionista— el socialismo francés espera promover, con la gradual aplicación de la reforma autogestionaria, una fundamental transformación no sólo de la empresa industrial, comercial y rural, sino también de la familia, de la escuela y de toda la sociedad. Más aún, pretende influir a fondo en la propia vida individual, modelando los entretenimientos y hasta la decoración interior de las casas.

Por otra parte, esencialmente laico, espera implantar la escuela autogestionaria laica, a la cual los padres deben entregar sus hijos apenas cumplan los dos años de edad. Pretende abolir la escuela privada religiosa tanto por ser propiedad individual como por ser religiosa.

El documento muestra que el programa del PS equipara el matrimonio a la unión libre entre los sexos y reivindica la equivalencia entre la unión heterosexual y la unión homosexual.

La empresa, al final de la evolución autogestionaria, no tendrá patrón. Su dirección cabrá, en última instancia, a la asamblea general de los trabajadores. Esta tendrá derecho a ser informada periódicamente de todas las actividades empresariales. Ni siquiera el secreto industrial le podrá ser ocultado. Los dirigentes de la empresa serán elegidos por la asamblea de los trabajadores, la cual será soberana en lo que respecta a las actividades empresariales.

Como es fácil ver —y los documentos del PS lo afirman claramente— una reforma tan completa de la sociedad supone una reforma igualmente completa del propio hombre. Y es en función de la naturaleza humana así reformada que el socialismo autogestionario pretende no ser calificado de utópico.

El PS no espera realizar esta reforma total de la sociedad y del hombre en una sola etapa, sino por transformaciones graduales. Uno de los medios esenciales para poner en movimiento y llevar a término ese proceso es la lucha de clases. Al negar no sólo el principio de autoridad, sino toda jerarquía, el PS abre camino para esa lucha. En la empresa, levantando a los obreros contra los patrones y a los dirigidos contra los dirigentes. En la familia, suscitando la lucha de los hijos contra los padres. En la escuela, entre los alumnos y los profesores. Y así sucesivamente.

El programa del PS francés no niega la libertad de funcionamiento a la Iglesia. Pero la Iglesia —comenta el Mensaje— quedará reducida a vivir en una sociedad totalmente laicizada que no tomará en consideración las obligaciones del hombre para con Dios, ni los principios del orden natural delineados en el Decálogo.

El socialismo autogestionario francés se proclama coherente con la trilogia de la revolución de 1789: Libertad, Igualdad, Fraternidad. Para él, la abolición del patrón en la empresa es la consecuencia lógica de la instauración de la república. El socialismo señala en el patrón a un pequeño rey en el interior de la empresa, y en el rey al gran patrón que la república democrática eliminó.

El Mensaje termina con las magníficas palabras del Papa San Pío X que afirman su esperanza de que la nación francesa llegue a relucir en el mundo con todo el brillo cristiano que le compete como hija primogénita y bienamada de la Iglesia.

 

 La autogestión conduce a una verdadera esclavitud

Los hombres, reunidos en grupos llamados autogestionarios, necesitarán herramientas, tecnologia. semilias, abono, materia prima, etc. En consecuencia, esos núcleos deberán formar cooperativas, a su vez dependientes, de uno u otro modo, del poder estatal. Por otra parte, en el interior de los pequeños grupos autogestionarios —donde los movimientos de todos serán facilmente controlables— imperará la dictadura de los comités mucho más feroz y dominante que la de la actual máquina estatal comunista. El obrero soviético de hoy, amparado por el anonimato de las grandes ciudades y de las empresas estatales gigantescas, es más libre que el pobre trabajador que sea sometido al régimen de autogestión.

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Publicado en seis lenguas (español, portugués, francés, inglés, alemán e italiano), el Mensaje es difundido inicialmente en 17 países: Alemania, Argentina, Bolivia, Brasil, Canada, Chile, Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos, Inglaterra, Italia, Perú, Portugal, Suiza, Uruguay y Venezuela. Varios canales de televisión, como la CBS norteamericana, la CBC canadiense, TF1 y Antena 2 francesas, le dan mucho destaque, aunque no siempre bajo un prisma favorable. Diarios como el "Washington Post", agencias de noticias como la "Associated Press", revistas como "L'Europeo", solicitan entrevistas al Profesor Plinio Corrêa de Oliveira.

Desde el primer momento comienzan a afluir a las diversas TFPs miles de cartas, provenientes de lectores de las más variadas razas y condiciones sociales. Diversas asociaciones solicitan ejemplares del Mensaje para difundirlo en el círculo de sus relaciones. Se sabe de instituciones universitarias que toman el documento de las 13 TFPs como materia de estudio en sus cursos. Muchos desean información sobre el Profesor Plinio Corrêa de Oliveira y su obra. Contribuciones, generalmente modestas, llegan espontáneamente para ayudar a este enorme esfuerzo publicitario.

Pero la irradiación del Mensaje no se limita a los países en que es publicado. Llegan también cartas de Oceanía (Australia, Nueva Zelandia, Nueva Caledonia), del Extremo Oriente (Bangladesh, Hong-Kong, Malasia, Nepal, Singapur), del Oriente Medio (Arabia Saudita, Turquía, Chipre), de América (Costa Rica, El Salvador y Méjico), de Europa (Andorra, Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Grecia, Holanda, Irlanda, Islandia, Lichtenstein, Malta, Mónaco, Noruega, San Marino, Suecia y también Yugoslavia) y de Africa (Argelia, Bophuthaswana, Botswana, Camerún, Ghana, Isla Mauricio, Lesotho, Malawi, Marruecos, Namibia, Swazilandia, Transkei, Túnez, Venda y Zimbabwe).

Para satisfacer ese notable interés, a partir de mayo de 1982 las TFPs comienzan a publicar un resumen del Mensaje con el título Socialismo Autogestionario: hoy Francia — ¿mañana el mundo? En Europa, es publicado en diarios de Austria, Inglaterra e Irlanda y de importantes ciudades de Alemania, España y Suiza; en Iberoamérica en Argentina, Brasil, Paraguay, Costa Rica y Venezuela; en Asia, en Filipinas y Nepal; en Oceanía, en Australia y Nueva Zelandia; en Africa del Sur, en Capetown y Johannesburg.

"Excelsior", el principal diario de Méjico, y "The Weekend Australian" de Sydney reproducen íntegramente las seis páginas del Mensaje, mientras el resumen es publicado por "The Wall Street Journal" de Nueva York y "Speakup" de Toronto.

Sin embargo, el documento del Profesor Plinio Corrêa de Oliveira tendrá una difusión todavía mayor. En efecto, "Selecciones del Reader's Digest", —con sus 10.000.000 de ejemplares, la revista más leída del mundo— publica a partir de agosto de 1982 el resumen del Mensaje de las TFPs.

La edición de esta revista en lengua inglesa, destinada al Extremo Oriente, llega a Corea del Sur, Japón, Formosa, Tailandia, Singapur, Filipinas, Malasia, Indonesia, Paquistán, Bangladesh, Sri-Lanka y a la ciudad de Hong-Kong. A la India se destina una edición especial, también en inglés; a Oceania una para Australia y otra para Nueva Zelandia; al Africa una edición sudafricana.

A Europa llega una edición portuguesa, otra española, dos belgas (una en francés y otra en flamenco), una para Gran Bretaña e Irlanda, otra para Alemania y Austria, dos para Suiza (una en alemán y otra en francés), una para Dinamarca, una para Noruega y otra para Suecia.

En América, dos para Canada (una en francés y otra en inglés); dos para Estados Unidos (una en inglés y otra en español); una edición para Méjico, otra para Guatemala, Nicaragua, Panamá, El Salvador, Costa Rica y Honduras; otra destinada a Puerto Rico y Republica Dominicana. Una edición para cada uno de los siguientes países: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela; y otra para Bolivia, Paraguay y Uruguay.

Es superfluo decir cuánto este gran esfuerzo ha representado de esperanza y aliento para tantas personas dispersas por el mundo que veían, con preocupación y alarma, la formación de embriones semejantes al socialismo autogestionario francés en sus respectivos países.

La publicación en "Selecciones" ocasiona un torrente de cartas. Varias contienen insistentes pedidos de aunar esfuerzos en pro de la tradición, familia y propiedad en diversos países. 

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El Mensaje de las TFPs sobre el socialismo autogestionario francés fue publicado en 52 países, repercutió en 116 naciones y tuvo unatirada de 33.500.000 ejemplares.

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La TFP francesa en las calles de París hace oír su voz de alerta 

¿Y en Francia?

Inmediatamente después de la publicación del Mensaje en Alemania y Estados Unidos, la prensa izquierdista se indigna contra "las seis páginas de divagaciones anti-Mitterrand" (148), a las que califica de "ladrillo indigesto" escrito por un "profesor brasileño" (149), propio de una "publicidad de dictadores" (sic) (150) y otras cosas por el estilo.

El órgano del Partido Comunista francés, sin disimular su irritación, pregunta "¿quién permite a no se sabe qué sociedad, más o menos brasileña, difundir golpes de millones idioteces destinadas a dar una imagen repelente del gobierno de la república francesa?... Es necesario no dramatizar esta ruidosa campaña internacional" (151).

Por parte del Gobierno y del Partido Socialista las reacciones iniciales son igualmente intensas; pero rápidamente adoptan la misma línea de conducta de la mayor parte de la prensa: evitar sistemáticamente el análisis de la doctrina contenida en el Mensaje. Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores llega a declarar que "en este género de situaciones... siempre es más conveniente no decir nada" (152).

El "International Herald Tribune", prestigioso diario editado en París por "The New York Times" y "Washington Post", así describe, el 1l de diciembre, la reacción del Gobierno socialista en relación al Mensaje: "En París, fuentes gubernamentales autorizadas dijeron que no estaban preparadas para responder a esa publicación, pero que estaban estudiándola. 'Absolutamente no hay pánico y estamos más interesados en saber qué hay por detrás de esa publicación', declaró el jueves un porta voz del Eliseo, agregando que `más tarde' podría haber alguna reacción."

Como la repercusión internacional del documento hacía imposible subestimarlo, representantes de la Presidencia de la República, del Ministerio de Relaciones Exteriores y del PS escogen la vía del ultraje y de la impertinencia para rechazar un dialogo doctrinal propuesto con altura y cortesía. Así, las críticas contenidas en el texto sereno, objetivo y ampliamente documentado de las TFPs son consideradas por los portavoces del Gobierno "abusivas", "excesivas", "profundamente deshonestas". Los responsables de la publicación "son unos locos delirantes", es la tesis de Phillipe Parrenier, portavoz del PS (153).

Otros artilugios son empleados. Un secretario para asuntos iberoamericanos del Primer Ministro Pierre Mauroy afirma: "Una organización con esa sigla (TFP) evoca algo que provoca en los franceses una enorme repulsa, porque recuerda `Trabajo, Familia y Patria, slogan de Petain" (154).

¡Como si bastase una simple y fortuita coincidencia de siglas entre organizaciones tan diversas para inspirar al pueblo francés una "¡enorme repulsa!", comenta el Profesor Plinio Corrêa de Oliveira. Tras mostrar la improcedencia de la comparación, concluye: "Tenemos la alegría de defender contra ese mezquino juego de palabras, o de siglas, al pueblo francés, demasiado inteligente para actitudes tan primarias" (155).

El propio Primer Ministro echa mano a recursos similares en un debate en la Asamblea Nacional: "Cuando la derecha quiere parecer nueva desentierra el arsenal de las doctrinas anti-igualitarias y anticristianas, [sic] que produjeron en la primera mitad de este siglo los resultados que todos conocemos. Sería muy grave que, por simple hostilidad al Gobierno, hubiese demócratas que se dejasen engañar por falsas ideas nuevas" (156).

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Mucho más inhábiles son las declaraciones de la Embajada francesa en Buenos Aires, a raíz de la publicación del Mensaje en esa capital. En una nota oficial acusa a la TFP argentina de criticar "violentamente el programa del Gobierno francés" y de hacer una insinuación "insultante para la divisa Libertad, Igualdad y Fraternidad que está inscripta en la bandera nacional" (157).

En un comunicado de prensa, la TFP argentina responde que el Mensaje contra el socialismo autogestionario francés está escrito en términos doctrinales elevados, y desafía a la Embajada a exhibir las pruebas de todo lo que hahía afirmado "¿O es que debemos admitir —continúa la nota— que [la Embajada] identifica desacuerdo con insultos y tiende a replicar a cada crítica como si fuera intrínsecamente una ofensa, casi diríamos, un delito? (...) En este caso nos limitamos a recordar que es exactamente así que se procede detrás de la Cortina de Hierro" (158).

Después del comunicado de la entidad, la Embajada se mantiene en silencio. Cinco días después, una declaración de la TFP pone de relieve lo expresivo del mutismo, y agrega que la desacertada nota de la Embajada "en nada perjudica el concepto en el cual es tenida entre nosotros la ilustre Nación francesa" (159).

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Estas reacciones revelan el embarazo del gobierno Mitterrand por la publicación del Mensaje y permiten comprender por qué resulta ventajosa para él la inexplicable negativa de la prensa francesa a publicar el documento.

Efectivamente, a pesar de todos los esfuerzos hechos por la TFP de aquel país para dar a la publicidad el estudio y de haber llegado a cerrar contrato con dos grandes diarios —que ya habían anunciado la publicación en sus propias páginas—los periódicos franceses con tirada superior a 100.000 ejemplares se niegan a reproducirlo.

Ante esa situación, las TFPs y entidades congéneres divulgan el comunicado titulado En Francia: el puño estrangulando la rosa —alusión al símbolo del PS francés— en el que levantan una hipótesis para explicar la actitud de los mass media. Las compañías propietarias de los medios de comunicación corren el riesgo de ser nacionalizadas o autogestionadas por deliberación legislativa de la entonces mayoría parlamentaria socialo­comunista. En este caso, sus dueños quedarían transformados en meros gerentes o incluso podrían perder toda función dentro de la empresa. No es, pues, tan sorprendente que esos periódicos nieguen a las TFPs una libertad de expresión que ellos mismos no tienen.

Las TFPs alertan además sobre lo contradictorio e impracticable de la promesa autogestionaria del socialismo en libertad, pues, al demostrar que esta última no se respeta, lo único que queda del régimen autogestionario es su afinidad con el comunismo. El comunicado es transcrito en 26 periódicos de 12 países, a partir de febrero de 1982.

Esta publicación ocasiona un nuevo flujo de cartas de adhesión y de manifestaciones de simpatía hacia las TFPs. Revistas especializadas de la Industria, del Comercio, del Cuerpo Diplomático, de Universidades, de Bibliotecas solicitan ejemplares para difundirlos en sus respectivos medios.

A la TFP francesa así amordazada sólo le queda el recurso de enviar 300.000 ejemplares del Mensaje por mass-mailing. Un año después de su aparición, sólo un periódico francés de gran tirada, el semanario "Minute" del 4/10-12-1982, osa publicar un resumen del Mensaje y del Comunicado de las TFPs.

En diciembre de 1983, la TFP francesa editará el libro Autogestión Socialista: las cabezas caen en la empresa, en el hogar, en la escuela. Además del texto integral del Mensaje, la obra narra la amplia acogida dada a su vasta difusión y las vivas polémicas que suscitó a través del mundo.

Dos episodios que a continuación consignamos revelan lo vulnerable de la posición en que quedó el socialismo francés y hacen comprender los manejos realizados para evitar la divulgación del Mensaje en Francia.

En Bogotá, Colombia, una Comisión de Senadores franceses se ve en dificultades cuando, en una conferencia de prensa realizada en febrero de 1982, un cooperador de la TFP local les pide explicaciones sobre la actitud arbitraria del Gobierno socialista, que coartó la libre divulgación del Mensaje. Y en diciembre de 1983, el entonces Primer Ministro francés, Pierre Mauroy, queda en situación incómoda cuando, en una conferencia de prensa en Buenos Aires, representantes de la TFP argentina le preguntan por qué en su país no puede publicarse libremente el Mensaje. Para Mauroy "la mejor respuesta" (sic) es su presencia "en esta jornada histórica (...) del comienzo de la democracia y de la libertad" en Argentina... Se refiere a la toma de posesión del Presidente Alfonsín (160).

A lo largo de 1982, las TFPs y entidades afines se empeñan en sus respectivos países en campañas públicas para difundir un número especial de sus revistas, que contiene el texto integral del Mensaje. Entre todas totalizan 94.000 ejemplares (161).

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A través de la revista "Heraldos del Porvenir", de la asociación Jóvenes Paraguayos Pro Civilización Cristiana, han sido difundidos en ese país los ideales de la tradición, familia y propiedad, los cuales han tenido gran resonancia en la opinión pública.

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Hasta aquí, lector, una breve historia "de uno de los supremos esfuerzos emprendidos `in signo Crucis', a fin de evitar a la civilización occidental agonizante el naufragio final hacia el cual se está dejando conducir" (162).

¿Qué influencia tuvo la batalla publicitaria de las TFPs en la marcha del socialismo autogestionario después de la publicación del Mensaje?

El Profesor Plinio Corrêa de Oliveira comenta el asunto en dos artículos para la "Folha de S. Paulo", aunque de paso, pues éstos versan sobre la derrota socialocomunista en las elecciones cantonales francesas de 1982 (163). He aquí un resumen de los mismos.

Antes del Mensaje de las TFPs el gobierno Mitterrand caminaba despreocupado. Alentado por los éxitos electorales de 1981, marcha resueltamente, en el campo interno, al asalto de la propiedad privada individual y, en el campo externo, a la expansión ideológica y al intervencionismo político, sobre todo en el llamado Tercer Mundo. La autogestión es conducida al cenit de su prestigio por la publicidad.

Es verdad que contra Mitterrand se levantan dentro de Francia voces de descontento. Pero son voces francesas que hablan para franceses, sobre aspectos fundamentalmente locales de la gestión gubernamental. Voces, por eso, con poca capacidad de advertir contra la autogestión —en el plano doctrinal— a la opinión pública mundial. 

La promesa autogestionaria es desenmascarada por las TFP’s: el puño estrangula la rosa...

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En su abnegada acción en defensa de la propiedad privada y de la libre iniciativa, las TFPs han obtenido un resultado de gran expresión moral: el de reunir a su alrededor a un gran número de jóvenes que no son propietarios. Pero que, sin embargo, dan desinteresadamcnte tiempo y trabajo en favor de esos principios básicos del orden social y económico de la civilización cristiana.

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El primer documento publicado internacionalmente que denuncia el peligro autogestionario es el Mensaje de las TFPs. Sale a luz cuando los tenores y las prima donne de la izquierda todavía entonan el aria de la autogestión. Después, más sutiles que el Gobierno Mitterrand, éstos disminuyen el tono de voz pues perciben que algo está cambiando en la matización político-ideológica de Occidente.

Por otra parte, aquí y allá comienza a cuestionarse el programa autogestionario socialista, para lo cual se utilizan muchas veces argumentos y análisis del documento de las TFPs. Es otra forma de penetración del Mensaje: la "creación de opinión" como dice un gran diario italiano (164).

Mitterrand comienza entonces a enfrentar dificultades en el ámbito interno. La opinión pública francesa rechaza la autogestión en las elecciones municipales de 1982, dando una victoria espectacular a la coalición de centro-derecha. El Gobierno, súbitamente, encuentra a la mayoría de los franceses cortando el paso a su programa de reformas. El rechazo a la fórmula autogestionaria, en el propio país que le sirve de foco de irradiación, fortalece a su vez las prevenciones despertadas por el Mensaje en extensas áreas de la opinión mundial.

En el ambiente irremediablemente transformado es inútil que las altas cúpulas socialocomunistas intenten mantener su anterior conducta. La derrota impone, forzosamente, una disminución en la fuerza de impacto, en el dinamismo y en la audacia del Partido Socialista. Y, como consecuencia, en la acción del Gobierno.

Si Mitterrand continuase en el camino de las confiscaciones, no sólo levantaría en su contra a la mayoría cada vez más compacta e indignada de los franceses, sino que daría también, implicitamente, razón a la denuncia de las TFPs.

"La confirmación del Mensaje por los hechos —decía el Profesor Plinio Corrêa de Oliveira— podría crear a su alrededor la atmósfera que la catástrofe de Allende creó en torno al libro `Frei, el Kerensky chileno' de mi inolvidable Fabio Vidigal Xavier da Silveira" (165). Y en otro artículo afirma: "Si pese a todo, el gobierno y las altas cúpulas socialocomunistas resolvieran avanzar, quedarían cada vez más aislados de sus propias bases. O sea, cada vez con menos amigos en la retaguardia y con más adversarios en el frente. Sería una marcha hacia el abismo. El itinerario de Allende" (166). 

Pero Mitterrand aprendió la lección. No sólo no avanza sino que hasta retrocede. En 1984 nombra como Primer Ministro al discreto Laurent Fabius, en lugar del llamativo Pierre Mauroy. Nuevamente derrotado en las urnas en 1986, llega a tener que aceptar como Jefe de Gobierno a un personaje de la oposición. A partir de ahí, continúa presentándose como socialista, pero adepto de un socialismo tan rosado, tan moderado y tan a-ideológico que parece haber olvidado su programa autogestionario radical de 1981. Esto le permite ganar las elecciones presidenciales de 1988.

Son innumerables las opiniones de los comentaristas políticos en este sentido. Por ejemplo, el periodista y economista francés Guy Sorman afirma: "El cambio de los socialistas y de François Mitterrand es todavía más notable. El Presidente, que al comenzar su mandato nacionalizó todos los bancos y las grandes empresas industriales, que estableció el impuesto sobre las grandes fortunas, (...) y que trató de suprimir la enseñanza católica, es partidario ahora de una economía de mercado" (167).

Este socialismo camuflado hace también su aparición en otros países. En Italia, el órgano del Partido Socialista reconoce que los “planes que delineaban una nueva frontera del socialismo —la frontera autogestionaria— (...) han sido rápidamente puestos de lado, resultando de ahí que los partidos de la Internacional Socialista hoy se encuentran en la incómoda situación de tener que gobernar (...) sin poder indicar una gran meta" (168).

También en España, los socialistas están conscientes de la necesidad de adaptarse. El propio Felipe González no tiene reparos en reconocer que el margen de maniobra en materia económica es por ahora muy limitado y que el ser progresista en estos momentos significa avanzar en otros terrenos, como las costumbres, la educación y la familia (169).

El tema de la autogestión sólo volverá a las páginas de la publicidad internacional años más tarde con el libro Perestroika de Gorbachov, pero curiosamente revestido de las apariencias de un reformismo liberal. 

Reagan elogia el Mensaje

El 20 de diciembre de 1981, la TFP norteamericana envía al Presidente Reagan el Mensaje de las TFPs acompañado de una carta. El Jefe de Estado responde el 5 de abril del año siguiente por medio de su asesora Anne Higgins:

"El Presidente Reagan me pidió que agradeciera su carta que acompañaba el Mensaje de las Sociedades de Defensa de la Tradición, Família y Propiedad. El comprende bien la contradicción entre los principios que están por detrás de las distintas formas de socialismo y las que sustentan el sistema norteamericano de libertades. El Presidente aprecia la iniciativa de esa publicación, que permite ver algunas de las dificultades inherentes al abandono de nuestras nociones tradicionales sobre la libertad humana." 


Notas:

(148) "Le Canard Enchaîné", París, 16-12-1981.

(149) "Le Matin", París, 11-12-1981.

(150) "Liberation", París, 19-12-1981.

(151) "L'Humanité" 11-12-1981.

(152) "Jeune Afrique", París, 3-3-1982.

(153) "Jornal da Tarde", São Paulo, 10-12-1981; "O Estado de S. Paulo", 11-12-1981; "Folha de S. Paulo", 11-12-1981, artículos de J. B. Natali.

(154) Respuesta del Profesor Plinio Corrêa de Oliveira a la correspondencia de J.B. Natali, en "Folha de S. Paulo", 15-12-1981.

(155) Ibídem.

(156) "Le Monde", París, 18-12-1981.

(157) "La Nación", Buenos Aires, 20-1-1982.

(158) Ibídem, 24-1-1982.

(159) Ibídem, 28-1-1982; "Pregón de la TFP", N° 63 2ª. quincena enero 1982.

(160) Cfr. "Pregón de la TFP", N° 109-110, 1ª. y 2ª. quincena, enero de 1984.

(161) Cfr. “Covadonga Informa”, España, N° 49-52, septiembre-diciemhre 1981; "Catolicismo" N° 373-374, enero-febrero 1982; "Tradición, Familia y Propiedad", Chile, marzo de 1982; "Resistencia", Venezuela, marzo de 1982; "Lepanto" de la TFP uruguaya, número especial, abril de 1982; "Tradición, Familia y Propiedad" de la TFP colombiana, boletín N° 22, mayo de 1982; "Tradición, Familia y Propiedad" de Argentina, N° 41. marzo-junio de 1982; "Reconquista" de la TFP ecuatoriana, mayo de 1982 y "Crusade for a Christian Civilization", Nueva York, Vol. XII, N° 3, abril-junio de 1982. Un resumen es publicado en "Cristiandad Informa", de Jóvenes Bolivianos pro Civilización Cristiana, N° II, mayo de 1982.

(162) Comunicado de las 13 TFPs: El puño estrangulando la Rosa.

(163) En el itinerario de Allende, 2-4-1982; Jeito, trejeito y estertor, 5-4-1982.

(164) "Il Giorno", Milán, 20-1-1982.

(165) Jeito, trejeito y estertor, op. cit.

(166) En el itinerario de Allende op. cit.

(167) "Jornal do Brasil", Rio de Janeiro, 8-4-1988.

(168) "Mondo operaio", Roma, noviembre de 1987.

(169) Cfr. España anestesiada sin percibirlo, amordazada sin quererlo, extraviada sin saberlo, la obra del PSOE. Sociedad Española de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad - TFP Covadonga, Editorial Fernando III El Santo, Madrid 1988.

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